These shoes are made for dancing (over the pain)
Hay cosas que sólo se curan de noche. Con los zapatos más altos de tu armario y una copa en la mano que anestesie por unas horas ese dolor que lleva días machacándote cada vez que tu mundo para, cada vez que bajas el ritmo, cada vez que te quedas sola. Caminas por la ciudad y el dolor está ahí. Conduces y sigue ahí. De noche, en tu rinconcito del sofá, es un dinosaurio imposible ignorar. No sirven los libros. No sirven las películas. Sólo la noche. La música. El alcohol. Las risas. Las amigas. El coqueteo que sabes que no llevarás a ningún lado. Por unas horas, todo eso grita más que el dolor, que, cansado, aprovecha para dormir, acurrucado en el ventrículo izquierdo, a la espera de que la noche se acabe, no quede una gota de alcohol, la música se calle y vuelvas a estar a solas con él. Quizás en el coche, de vuelta a casa. Quizás mientras te desvistes en la penumbra. Quizás cuando ya estás en la cama, sintiéndote a salvo.
Una suerte de diario se puede leer en estos últimos post. Lo que me dijo una vez una amiga de una antiguo proverbio de origen persa: "This too shall pass" (esto también pasará).
ResponderEliminarUn gran abrazo
Claudia, sí, y no sé si es bueno o malo, pero es un alivio hacerlo. A veces pienso que esto es como el pensadero de Dumbledore, en cuanto lo suelto aquí, me duele menos. Todo pasa, lo sé, pero hasta que eso sucede hay que buscar atajos, anestésicos y consuelos.
EliminarUn abrazo
¡Que bonito Dorothy!!! Espero que estas palabras no te hayan salido al respecto de tu situació actual. Y si es así, ten presente que "Después de la tormenta siempre llega la calma"
ResponderEliminarBesotes
Marian, no sé si la situación actual o la de hace un tiempo. Sea como sea, son cosas que están ahí enquistadas y que hay que sacar. Además, nunca he tenido claro si prefiero la calma o la tormenta.
EliminarBesines
Conozco bien la sensación.
ResponderEliminarAlbanta, es algo que conocemos todos, me temo.
EliminarUn abrazo
A veces el sosiego se encuentra en los lugares más dispares. Besos.
ResponderEliminarMarisa, no sé si en los más dispares, pero, hay muchas formas, lugares y situaciones para anestesiarte.
EliminarBesotes
Caramba Dorothy. Corto pero muy intenso. Arrincona ese maldito dolor, ponlo contra las cuerdas para que no le queden ganas de volver. Es cuestión de tiempo.
ResponderEliminarBesitos
Norah, gracias. Lo tengo contra las cuerdas, pero el muy cabrito aún no se rinde y da buenos golpes. A ver si se cansa.
EliminarUn beso
Es cierto...hubo un tiempo en que con subirme a según qué zapatos se me curaban algunos males.
ResponderEliminarAlgunos.
Siempre había quién no lo entendía: "¿otros zapatos?"
No eran los zapatos en sí mismos, que también, era sentirte otra dentro de ellos, saber que desde allí podrías enfrentarte a lo que te echaran, como una especie de escudo.
Todo pasa, y a veces, después, logras caminar incluso descalza.
Por cierto, los tuyos son:
Eliminares-pec-ta-cu-la-res.
Reve, sí, es esa sensación de 'aquí estoy yo', de 'yo puedo con todo', de poder en cierta manera. Me encanta caminar descalza. Incluso en pleno invierno en casa, donde no hay moqueta ni parqué.
EliminarUn besazo
A mí me parecieron monísimos, sí
Lo que hacen unos buenos (y bonitos) zapatos, eh?A mi me da mucha pereza ponerme tacón, y eso que queda genial, porque me canso en seguida.
ResponderEliminarBesos.
Azalea, cansar, cansan, pero por una noche se aguanta el dolor. Yo sólo he salido de noche sin tacones mientras estaba recuperándome de un esguince.
EliminarBesines
Soy más de soledades cuando me encuentro perdida, la gente me suele agobiar mucho más que ayudarme. En lo del alcohol estoy de acuerdo pero soy más de película de bañera.
ResponderEliminarAbro una buena botella de vino tinto o un oloroso seco y me mimo un poco con una bañera de sales o de bombas de olor y después me acurruco y al final consigo esa tranquilidad perdida.
Un saludo.
Mariuca, la soledad es también mi compañía en esos momentos. Soy de bañera llena de agua calentita, con luz apagada y mucha espuma con olor a vainilla, pero a veces eso no es suficiente, sobre todo cuando meto la cabeza dentro del agua y mis pensamientos siguen sonando. Cuando eso no funciona, necesito a mi gente.
EliminarUn abrazo
Dice mi poeta de cabecera:"Tu deseo no puede alejar la realidad, como el grito no aleja el dolor del herido"
ResponderEliminarLo que nos pesa está hasta que conseguimos relativizarlo, cambiarlo por una ilusión nueva, olvidarlo.
Un cuento corto excelente. La historia de un parentesis.
Voy aprendiendo la razón de la mágia de los tacones de vertigo.
Guille, ya me contarás quién es tu poeta de cabecera. El deseo, recíproco y correspondido, anestesia, pero sólo eso. Una nueva ilusión sí que cura y ayuda, aunque no son fáciles de encontrar. De momento, no las venden en el súper.
EliminarEntiendo ese subidón (nunca mejor dicho) que te pueden dar esos zapatos, pero es que yo no puedo jajaja, por mucho que lo intente, no no no, que me hago daño yo :-)
ResponderEliminarMe alegro que puedas encontrar esos momentos de despiporre con las amigas, qué buena terapia. Y, bueno, no sé qué te pasa, pero solo espero que ese sufrimiento se acabe pronto. Si lo de "mal de tontos..." te sirve, te diré que no eres la única que sufre de esos males :-(
Una abraçada molt gran!
Jaja he dicho "mal de tontos", aix... "Mal de muchos, consuelo de tontos..." En què devia estar pensant...
EliminarDona, es que no es lo mismo ponérselos en un sitio chiquitito como Ibiza que en una gran ciudad, que tienes que andar mucho. No sé si yo me atrevería. Sé que somos muchos tontos, deberían inventar una pastillita para que estas cosas no duelan...
EliminarUna abraçada
I ànims per tu també
Devies estar pensant en algun 'tonto' en concret ;)
No et pensis, no et pensis... és més aviat el desengany el que em tortura.
EliminarUn petonàs!
No podías describir mejor esa sensación, ese dolor que a veces no hay forma de echar, conozco lo que dices perfectamente...
ResponderEliminarMe gustan los zapatos de la foto, y el título me recordó a un tema que me suelo poner en casa cuando estoy un poco bajón y siempre me levanta el ánimo y lo termino bailando "these boots are made for walking", me hace gracia, no sé por qué.
Un beso
Eva, el título es totalmente consciente. La de Nancy Sinatra es una de esas canciones que me ponen de buen humor (las otras son 'Boys don't cry', 'Brown eyed girl' y 'A la luz de Lorenzo'), así que entiendo perfectamente que te suba el ánimo a ti también.
EliminarBesos
Tienes razón. Toda la razón. A veces un dolor se ancla a tu vida y no hay manera de echarlo de ahí y todo lo que puedas hacer para conjurarlo al final no sirve de nada. Lo malo es cuando ese ancla de hierro se transmuta en madera y en raíz y te va oprimiendo el corazón y absorbiéndote la energía. Enredándose en el fondo de tu alma, pese a que quieras hacer como si no existiera, como si no importara.
ResponderEliminarQuiero pensar que subida a esos tacones verás llegar antes la primavera y que te traerá flores y alegría. Ya verás. Ya queda poco.
Un beso.
M., cada dolor es una pequeña raíz que se enreda en la raíz madre, haciéndola más fuerte y oprimiéndote un poco más. A veces consigues que no se pegue mucho y es más fácil deshacerse de él, pero no siempre ocurre. Queda poco, sí, para esa primavera queda poco. No sé cuánto falta para la otra.
EliminarUn beso
Precioso comentario
Refugios de medio pelo que se usan para respirar cuando no sabemos un método mejor. Pero sólo duran un rato.
ResponderEliminarBesos, un relato muy íntimo
Mientrasleo, me gusta eso de refugios de medio pelo. Sólo duran un rato, pero al menos ese rato no piensas mucho.
EliminarBesines
Y que momento tan plácido ese de estar en la cama después de un largo día y una intensa noche... Lo recuerdo a la perfección como si lo hubiera hecho hace 3 días :)
ResponderEliminarUn beso!!!!
Nieves, ese momento es plácido si consigues conciliar el sueño antes de que vuelvas a acordarte de todo.
EliminarUn besote
Eres una maestra hacedora de esencias. Gracias por compartir tu talento. 1beso!
ResponderEliminarTizire, gracias, pero creo que exageras con eso de 'hacedora de esencias'. ¡Aunque me encanta!
EliminarUn besazo
A mi me ha resultado hoy más familiar que nunca, esas horas de risas en un baile con tacones a las que siguen el llegar rendida en relativa calma. Lo has expresado a la perfección y como tan bien sabes hacerlo. Besos
ResponderEliminarMarilú, esos bailes con amigas tras los que llegas rendida a casa y te desplomas en la cama me da que son familiares para muchos.
EliminarUn beso
Y gracias
No sabes lo que me convendría ahora una noche de esas, eso sí sin nada de alcohol, que una es abstemia. Gracias y besos.
ResponderEliminarEmily, pues adelante, llama a tus cómplices de fiesta y monta una fiesta, aunque sea sin alcohol. Hay muchas noches que yo tampoco bebo.
EliminarUn besazo
no me gusta dar consejos, no juzgo... voy aprendiendo... pero me he dado cuenta que muchas veces hay que lanzarse un poco al vacío para encontrar lo que buscas... Coge el teléfono, haz esa llamada... manda ese mensaje... ponte esos tacones.. y siente el pivón que llevas dentro!!!
ResponderEliminarMarieta, ¿pivón? Me temo que no serlo es, en buena parte, el problema. Me lanzo. El mensaje está mandado, hay comunicación, pero lo de la llamada... Eso no es posible. No me queda más que mantener los puentes abiertos y esperar y confiar.
EliminarUn besazo
Que bueno, siempre es un placer leerte. Quitando lo de los taconazos, me siento identificada, creo que muchas nos hemos sentido así muchas veces y lo has descrito a la perfección.
ResponderEliminarTambién te quería contestar, que gracias por contarme la curiosidad de Steinbeck, ese tipo de curiosidades me apasionan y lo de pigasus no lo conocía, me consta que muchos otros sí lo usaban pero de este autor no tenía idea.
Besotes
Raquel, gracias. Es verdad que todos nos hemos sentido así y no sólo una vez, sino muchas, pero cuando vuelves a estar en ésas, te olvidas de cómo era. Y te da rabia.
EliminarUn besazo
De nada, lo leí el otro día en algún sitio
Hay momentos en los ni uno se aclara, cuando bate la tormenta añoras la calma y cuando te inunda la calma y el aburrimiento echas de menos esa vidilla que te revoltija las entrañas. De todas maneras siempre es preferible llorar por haberlo hecho que llorar por no haberlo intentado.
ResponderEliminarSaludos desde Tenerife y te dejo un beso de gofio para que endulces tu momento. Te dejo enlace para cuando gustes.
http://gofioconmiel.blogspot.com.es/
Gloria, es así. Cuando estás en calma echas de menos la pimienta en el corazón y cuando te echan pimienta piensas en lo bien que estabas cuando estabas tranquila. Es preferible llorar, sí, pero mientras lo haces no lo ves así.
EliminarMe paso a por tu gofio en un ratito
Un abrazo
Y yo que soy incapaz de ponerme zapatos de tacón...!! Abrazo!
ResponderEliminarZamarat, seguro que eres capaz de muchísimas cosas que yo no.
EliminarUn abrazote
Qué sería de nosotros sin alguno de esos momentos en los que el ruido, el alcohol y la compañía nos hacen enterrar un poco lo malo. Y disfrutar de una noche como si el futuro no fuera a llegar y el pasado ya no importase.
ResponderEliminarUn besote, Dorothy! ;)
Rober, apunto lo de si el futuro no fuera a llegar, pero por mucho alcohol y música y baile que haya el pasado más inmediato sigue ahí, dando por saco.
EliminarUn besazo
está claro que para cada cosa hay un momento, que envidia poderllevar esos tacones y no morir en el intento :-) Un besote!
ResponderEliminarMeg, morirse una se muere, pero antes muerta que salir con zapato plano. Las bajitas no podemos permitírnoslo.
EliminarUn besazo
Bea, en eso estoy. Machacado no sé, pero hoy, de momento, le he dado esquinazo.
ResponderEliminarMuchos besazos
Me gusta como imaginas la "presencia" del dolor, y su ausencia, cuando lo has cansado con la noche, jeje, Muy ingeniosa.
ResponderEliminarIcíar, es que el dolor está ahí, aunque en algunos momentos nos hagamos a la idea de que no.
EliminarMuchas gracias.
Un abrazo
Hay veces que no hay dolor sino un inmenso agujero negro que nace de dentro y deja, tan sólo -tan mucho- la huella de un inmenso vacío persiguiendo las sombras de nuestros pasos... persiguiendo todo...
ResponderEliminarRamón, cuánto tiempo... No sé que es peor, si el agujero o la persecución, pero cuando son las dos cosas, es insoportable.
EliminarSí... una carga tan pesada como impalpable... Ambas juntas, como tú dices, insoportable...
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