No puedo quejarme. A dos de mis escritores favoritos les ha dado últimamente por escribir historias de amor. Hace un tiempo fue mi adorado Javier Marías y
'Los enamoramientos' y ahora es Arturo Pérez-Reverte y 'El tango de la Guardia Vieja'. Una historia de amor sin empalagos, dura, incluso. Una historia de amor que nosotros, lectores, en la cabeza de Max (el bailarín y ladrón profesional) y Mecha (mujer bien con grandes secretos), sabemos que lo es. Aunque si fuéramos Max o Mecha (personajes que podemos tocar, escuchar y sentir) seguramente pensaríamos que somos los únicos que amamos en esa extraña relación que se mantiene durante décadas, a pesar de todo. De la distancia, de las diferencias sociales, de los engaños, de otras parejas... Una relación que nos hace pensar qué hubiera podido ser si... Si Mecha no estuviera casada, si Max no fuera un vividor, si el destino se lo hubiera puesto más fácil... Los protagonistas se conocen en un barco rumbo a Argentina. Mecha es la mujer de un gran compositor, Armando de Troeye, bailarina excepcional a la que Max, bailarín del barco, saca a la pista de vez en cuando ante la atenta mirada de su marido, que prefiere fumar en la mesa pensando en el tango que debe componer para una apuesta. Max, conocedor de los bajos fondos de Buenos Aires, llevará, ya en el país, a la pareja a conocer en auténtico tango, el de verdad, el que se baila en la calle y deja a un lado la sensualidad del tango de los salones para adentrarse en la sexualidad de la carne que llama a la carne. Y la carne de Max y Mecha lleva tiempo llamándose. Pero eso es sólo el principio, los primeros compases de una historia de robos de joyas, ladrones, competiciones de ajedrez, engaños, disimulos, reencuentros... Una novela que he intentado leer despacito, para que me durara más, y que, ahora, entiendo que Pérez-Reverte dejara durmiendo durante muchos años antes de retomarla. Eran necesarios los años, el tiempo visto desde la distancia, para que esa historia, la de Mecha y Max, la de dos personas que tardaron décadas en confesarse que se querían, la de un reencuentro en un momento en el que ya apenas hay tiempo para nada, la de una historia de amor que no parece una historia de amor, pareciera de verdad.
"La palabra putas no había sonado vulgar en su boca, apreció el desconcertado Max. Sólo provocadora. Propia de una mujer capaz de ir, por curiosidad o diversión, a un barrio de mala fama para ver bailar tangos. Y es que hay modos de decir las cosas, concluyó el bailarín mundano. De pronunciar ciertas palabras o mirar a los ojos de un hombre como ella lo hacía en ese momento. Dijera lo que dijese, Mecha Inzunza no sería vulgar ni proponiéndoselo. El cabo segundo legionario Boris Dolgoruki-Bragation, cuando estaba vivo, llegó a resumir eso bastante bien. Cuando toca, ni aunque te quites, decía. Y cuando no te toca, ni aunque te pongas."
Título: 'El tango de la Guardia Vieja'
Autor: Arturo Pérez-Reverte
Editorial: Alfaguara
Páginas: 501
Precio: 21€