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Aunque también dicen que si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, mejor no decirlo.. ¿¿Esto es de una canción?? Besos
ResponderEliminarMarisa, eso que comentas es de una canción, sí, de Manolo García, para más señas.
EliminarUn besote
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNo se que he hecho con el comentario. ¿Habrá tormenta eléctrica?, Lo repito:
ResponderEliminarLas tormentas meteorológicas me gustan por la fuerza que liberan, por el desgarro.Las silenciosas y personales son las que me asustan.
Tu texto transmite ese miedo.
Reve, el comentario estaba, no te preocupes, pero la tormenta eléctrica también estaba. Ayer aquí hubo tormenta con lluvia, truenos, rayos y viento. No pude resistirme. Bajé a la playa a verla y a caminar tranquila por la orilla. Acabé empapada, pero nueva. Las personales son las que asustan, sí. Mucho.
EliminarUn abrazo
Lo que duele de los silencios es lo que no se dice, pero escuchas.
ResponderEliminarPreveo un fin de semana horroroso, por el trabajo y por lo que me toca del trabajo :(
Desoladora entrada Dorothy. Confío en que no sea algo personal.
ResponderEliminarBesos
Jaal, aquí, siempre, es todo personal.
EliminarBesos
Esos silencias son demoledores, terribles, peor que la mas grande de las tormentas, espero que pronto la energía estalle y se empiece a hablar y se suelte todo lo que hay dentro.
ResponderEliminarBesos :)
Nieves, yo también prefiero los gritos y los portazos, aunque luego haya silencio no es el mismo silencio.
EliminarUn besazo
De acuerdo contigo, a menor estridencia mayor devastación.
ResponderEliminarBesos
Pakiko, exactamente eso.
EliminarBesines
para mi no hay mayor tormenta... que el silencio...
ResponderEliminarun beso fuerte amiga...
Marieta, es que el silencio es la peor tortura posible.
EliminarUn besote
Con lo que me gustan a mí las tormentas en otras circunstancias... Toca acamparse Dorothy, y esperar que amaine.
ResponderEliminarBesos, bella Ariadna
Norah, las tormentas, en casita con un buen libro y una copa de buen vino son deliciosas. Ahí ando, esperando.
EliminarUn besazo, preciosa
Nunca llueve eternamente es lo único que e me ocurre decirte. La foto me ha encantado y la letra también pese a la tristeza. Besos
ResponderEliminarMarilú, lo sé, pero el tiempo que pasa hasta que pare es siempre largo.
EliminarGracias.
Besines.
Nada pesa mas que las palabras necesarias nunca dichas.
ResponderEliminarNada hiere mas que el silencio cuando se necesita sonido.
Aqui también llegaron los rayos y truenos, pero no me atreví (ni se me ocurrio) salir a pasear-empaparme por mi playa.
...pero como soy bueno, te hubiera secado gustoso.
Guille, totalmente de acuerdo. ¿Secarme? No me hizo falta, directa a la ducha.
EliminarMujer, me refería a después de la ducha.
EliminarAñado mas, mi amabilidad me hubiera llevado a enjabonarte (si era necesario).
Pues qué quieres que te diga... yo prefiero el silencio. Estoy saturado de gritos que hieren y que hacen daño...
ResponderEliminarSorokin, el silencio está bien si no hay cosas pendientes que decir o gritar.
EliminarBueno Dorothy, anímate, porque ya sabes que "después de la tormenta siempre llega la calma".
ResponderEliminarBesos
Marian, no es la tormenta lo que me preocupa, es la calma lo que me tiene en vilo.
EliminarUn besote
Las tormentas silenciosas son las peores, porque no se ven venir...
ResponderEliminarAbrazo!
Zamarat, y si las ves venir tampoco puedes hacer nada porque si lo haces te acusan de fomentar la pelea.
EliminarUn abrazote
Tiene tantas lecturas tu pequeño texto que sólo puedo felicitarte por tu capacidad de síntesis. Esperemos que escampe. 1beso!
ResponderEliminarTizire, pues escoge la lectura que más te guste. Yo también espero que escampe.
EliminarUn besazo
A mí siempre me han gustado las tormentas, pero claro, las otras: las de rayos y truenos, y desde la distancia.
ResponderEliminarCuando nos pillan cerca y no hay estruendos o relámpagos que nos alerten, siempre me surge esa impotencia de no saber si correr o no a atecharme en algún sitio, o seguir caminando un rato más.
Las nubes negras también las termina arrastrando el viento, aunque las silenciosas se resistan un poco más. Mucho ánimo, y espero que pronto llegue algún claro.
¡Un besote!
Rober, las tormentas calentito en casa, o caminando bajo la lluvia son geniales. Yo, en esos casos, si no tengo que ir al trabajo sigo caminando a paso normal, mojándome, no me importa. Si aún estoy trabajando, a cobijarme.
EliminarSí, las nubes silenciosas cuesta más que se vayan.
Un besazo
A menudo... el silencio escribe sus propias palabras... a su propio paso...
ResponderEliminarRamón, el silencio, paradójicamente, habla mucho.
EliminarSiempre certera...
EliminarDuele mucho el silencio cuando se están esperando palabras que nunca llegan a decirse... Me encanta tu forma de escribir. Como dices tanto con tan poco...
ResponderEliminarBesotes!!!
Margari, muchas gracias. El silencio es una tortura cuando esperas una explicación.
EliminarUn besazo
Las tormentas silenciosas son desgarradoras, todo lo que hay dentro que nunca se llega a decir...
ResponderEliminarMe ha recordad a un verso de Feliu Formosa: "La constant amenaça de les coses no dites..."
Me gusta mucho cómo escribes, ya lo sabes.
Una abraçada!
Dona, "la constant amenaça de les coses no dites..." M'encanta! És tan cert... Maleeixes el silenci perquè necessites una explicació o saber el que a l'altre li passa pel cap. Però també agraeixes el silenci perquè potser el que escoltaries és el contrari del que voldries que et diguessin.
EliminarMoltíssimes gràcies.
Un petonàs!
En toda relación la peor tormenta es preferible, al más insignificante de los silencios.
ResponderEliminarT. Rex, totalmente de acuerdo, pero los hay que prefieren los silencios a las tormentas. Encontrar el punto medio no es fácil.
EliminarTotalmente de acuerdo con T Rex, te iba a decir algo parecido.
ResponderEliminarLas tormentas me encantan (y no me refiero a las de las relaciones). En Buenos Aires había unas tormentas espectaculares, siempre las recuerdo (en Madrid nada que ver).
Beso
Eva, las tormentas en las ciudades no me han gustado nunca, a no ser que estés en casa calentita, pero en la playa o en el campo me gustan muchísimo. Bajas un momento, te empapas, la ves, la sientes y vuelves a casa en un minuto a la ducha calentita. Tendré que pasar por Argentina para ver una de esas tormentas, de verdad, no en silencio.
EliminarUn besazo
Sin duda es la mejor metáfora para esas situaciones, tormentas muy sentidas-
ResponderEliminarAbrazos
Claudia, las tormentas son una gran metáfora para muchas cosas.
EliminarUn abrazo
Esas tormentas son las peores. Con las otras sabes a lo que atenerte, pero estas tormentas de límites tan difusos y a la vez tan concretas, son las que realmente te remueven, las que perduran en el recuerdo, las que hacen daño...
ResponderEliminarUn beso.
M., siento lo mismoq ue tú, pero hay quien las prefiere, prefiere el silencio que las palabras porque las palabras le hacen más daño. A mí es el silencio lo que me hiere.
EliminarUn beso
ains, no me gustan esas tormentas...la foto es espectacular....
ResponderEliminarMeg, creo que esas tormentas no le gustan a nadie.
EliminarMuchas gracias.
Un besote
Espero que sean tormentas ficticias... Me ha gustado mucho, sencillo y que llega.
ResponderEliminarBesos,
Carmen, muchas gracias. ¿Ficticias? No, pero, al menos, son pasajeras...
EliminarUn besazo