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'Recursos inhumanos', de Pierre Lemaitre | @martatorresmol |
Superados los 50 y sin trabajo. Ésa es la situación en la que se encuentra Alain Delambre, protagonista de 'Recursos inhumanos', de Pierre Lemaitre. Una situación que le lleva al delirio, a la locura, a una situación que no tiene vuelta atrás. Porque Alain Delambre, hace no mucho un hombre de éxito, con una familia estupenda, una vida social envidiable y un hogar grande, luminoso y bien situado, no es de los que dan marcha atrás. Y eso, en momentos desesperados, puede llegar a ser temerario. Lo que avergüenza a Delambre, antiguo director de recursos humanos de una gran empresa, no es no llegar a fin de mes, haberse tenido que mudar a un minipiso o trabajar en lo más bajo del escalafón de otra empresa. No. Lo que avergüenza a Delambre es la pérdida de estatus. Haber dejado de ser el hombre importante que creía que era. No poder solucionar, con un golpe de tarjeta, cualquier problema. Que su mujer no pueda permitirse un capricho. Tener que pactar hasta el más mínimo gasto de la casa. Que le miren con cierta pena.
Y eso, todo eso, es un peligroso caldo de cultivo. Sobre todo en las manos de Lemaitre, que ya sabemos, desde la primera línea de este ¿thriller laboral?, que no le tiene preparado nada bueno a su protagonista. Incluso sabiendo eso, es inevitable llevarse las manos a la cabeza y gritar internamente "...¡No!..." cada vez que, un par de párrafos antes, intuimos la decisión que va a tomar. Porque en esa obsesión por ir hacia adelante, por salir de esa situación, por recuperar su posición social... Delambre no sólo no consulta con nadie, sino que engaña a quienes tiene a su alrededor. Hace de trilero, él, que era tan listo y ahora es incapaz de leer entre líneas, de entender lo que le está pasando. La vergüenza, la desesperación, un trabajo para el que está demasiado cualificado, una pelea, un despido... El caldo de cultivo para la desgracia que se avecina. Porque todo ello hace que Delambre pierda por completo la cabeza hasta el punto de, cuando se mete en el proceso de selección para un puesto directivo, pedirle dinero a su hija para investigar a los demás aspirantes. Todo está completamente controlado. O eso se cree él. Porque ahí, en ese momento, en el instante en el que se da cuenta de que no, de que se le ha escapado lo más importante, explota la locura de esta novela en la que, sin dejar de ser el Lemaitre que todos conocemos, ese que nos tiene en vilo leyendo sin respirar ni parpadear, no deja de sorprender. Página tras página. Hasta la última. Y entonces, una vez recuperado el aliento, te da por pensar en esa jungla que es el mercado laboral, la desesperación de no tener un empleo, de no poder llegar a fin de mes, de tener la sensación de que has fracasado, de no soportar que te miren con pena... Quizás, en esa situación, no es tan increíble convertirse en Alain Delambre. O, al menos, considerarlo con fuerza.
"Nunca he sido un hombre violento. No me viene a la memoria ningún momento en el que haya querido matar a nadie. Sí que he tenido ataques de ira de vez en cuando, pero nunca la voluntad de hacer daño. De destruir. Así que, claro, estoy sorprendido. La violencia es como el alcohol o el sexo: no se trata de un fenómeno, es un proceso. Estamos en ellos casi sin notarlo, simplemente porque estamos maduros, porque nos llegan en el momento justo. Me daba perfecta cuenta de que estaba enfadado, pero nunca habría imaginado que aquello se transformaría en furia despiadada. Y es eso lo que me da miedo. Y que todo esto lo haya pagado Mehmet... Mehmet Pehlivan. Es turco."
Título: 'Recursos inhumanos'
Autor: Pierre Lemaitre
Traductor: Juan Carlos Durán Romero
Editorial: DeBolsillo
Páginas: 400
Precio: 9,95€
Procedencia: comprado en el aeropuerto