'La regata', volver (leer) a casa
Hay algo en los libros de Manuel Vicent que es como volver (leer) a casa. Sobre todo en aquellos en los que el Mediterráneo (su Mediterráneo, mi Mediterráneo) está ahí, llenando las páginas de luz, de sal, de sensualidad, de carnalidad. Sus libros son como esa sensación que tengo al regresar a la orilla de este mar que me crió después de muchos días lejos de él. En 'La regata', la última novela del escritor castellonense, apenas salimos del mar porque 'La regata' es, precisamente, eso, un recorrido en velero que parte desde la costa levantina y nos lleva por las aguas de Ibiza (Eivissa), Cabrera y Menorca para llegar a Alguer, en Cerdeña, y regresar de nuevo a puerto por el Oeste de Mallorca. Supongo que esto es un extra para quienes conocemos esas orillas. Reconocemos los escenarios, los amaneceres y ocasos, el frescor improvisado de una ventresca de atún sobre unos pimientos asados, el sabor de una copa de vino con los labios llenos aún de sal, el placer de nadar sin bikini, y al Mediterráneo cuando, a pesar de la imagen que mucho tienen de él, se pone corajudo en pleno verano.
Todo esto (escenarios, placeres, sabores, sustos...) lo descubrimos junto a los participantes en esta regata, una de tantas que organizan en verano los clubes náuticos, regatas no competitivas en las que los socios participan por el mero placer de navegar. Y en esos participantes está otro de los atractivos de esta novela. Arquetípicos. Reconocibles. Da igual los nombres con los que los ha bautizado Vicent, yo les he puesto otros. Nombres reales. De personas de verdad. Con las que me cruzo a veces. A las que conozco. Con las que he tratado por trabajo. Está el cirujano plástico que utiliza el ambiente del club para captar clientas. El corrupto al que le estalla un escándalo en mitad del mar. El periodista invitado que espera que las singladuras le traigan inspiración. La jovencita que se entiende con un hombre mayor. Las adolescentes que no llevan nada que no sea de marca y hablan como si tuvieran una pelota de ping-pong en la boca. El mecánico del club al que se la refanfinflan los millones de los socios. Una repeinada familia del Opus. El empresario, aparentemente un honesto padre de familia, que celebra con prostitutas de lujo el cierre de un buen negocio. Y bueno, aunque no zarpa del club, también está el financiero al que, en las primeras páginas de la novela, le sobreviene la muerte mientras disfruta de una sesión de sexo duro con su joven amante, una actriz que le tiene echado el ojo a su billetera. Entre los personajes y el escenario, la novela baila. Oscila. De la sensualidad y el lirismo del Mediterráneo a la comicidad de algunas de las situaciones. No es 'Son de mar', esa novela con la que me enamoré, muy jovencita, de la prosa de Manuel Vicent. No es 'Son de mar', pero es mediterránea, fresca, limpia, luminosa, salada, hedonista, sensual...
"Cerca del mar, en un valle donde florecen los limoneros, hay una casa solariega de gruesas paredes encaladas, porche de cuatro arcos y hondo zaguán, rodeada de varias hectáreas de tierras de labranza que ya nadie cultiva a la espera, tal vez, de que se conviertan en un magnífico solar recalificable en la próxima fiesta de la codicia".
Título: 'La regata'
Autor: Manuel Vicent
Editorial: Alfaguara
Páginas: 240
Precio: 18,90€
Procedencia: préstamo Marian
Yo también relaciono a Manuel Vicent con el Mediterráneo, el suyo y el mío (y el tuyo).
ResponderEliminarMás su forma de escribir, sus historias, y el añadido de que soy de su tierra, hacen que haya leído casi todos sus libros. Así que "La regata" espero saborearla este verano.
Un abrazo
Al calor... Espero que la disfrutes mucho. No es su mejor novela, pero está muy bien para el verano.
EliminarAbrazos.
Vale. Me sobra la trama del financiero y el empresario, es que me aburren mucho. Seguro que me llevaría bien con el mecánico del club. Lo de la pelota de ping pong me ha matado, jajajajaja, parece que las oigo. Alguna vez he pensado que si tuviera que ser un asesino en serie mataría unas cuantas empezando por las que tienen cuerpo de Photoshop, (una manía como otra cualquiera). Y me apunto de lleno al paseo en barco, al sabor de la sal en la piel, y a disfrutar de unas vacaciones imaginarias.
ResponderEliminarNada va a ser como Son de mar, ni nosotras ni las novelas. Pero habrá que conformarse.
Besos Dorothy Martina
Norah, yo no sé si las llamaría tramas, en realidad son flashes, situaciones que no se desarrollan pero que te ayudan a hacerte una idea mucho más ajustada del personaje. ¿A las de cuerpo de Photoshop? Jajajaja... Yo sólo a las que presumen de cuerpo pero están completamente operadas. Es que repetir 'Son de mar' es muy muy complicado. Tendremos que conformarnos con releerlo.
EliminarBesines.
Bueno, qué bonito lo que cuentas y cómo lo cuentas. Ya ahora es cuando te digo que no he leído nada de él, pero que sin duda tomo buena nota. Un besote!
ResponderEliminarRocío, gracias, es que es un libro muy bonito, no tanto como 'Son de mar', pero muy bonito.
EliminarBesines.
Y yo que no he leído nada de este autor... Tengo que ponerle remedio!
ResponderEliminarBesotes!!!
Margari, pues si no has leído nada, mejor prueba con 'Son de mar', que es una maravilla.
EliminarBesines.
¡Hola! <3
ResponderEliminarNo he leído nada del autor pero creo que podría gustarme así que me lo apunto ;). Por cierto, no conocía tu blog y acabo de seguirlo jeje, ¿pasarías por el mío y si te gusta te quedarías en el?.
¡Un abrazo!
Arual, me pasaré.
EliminarGracias.
Lo tengo en casa Dorothy. Me llegó porque el autor venía a la Feria del Libro de Sevilla donde no pude verlo y luego lo pillé en la de Madrid. La cubierta es tan bonita que dan ganas de sumergirse inmediatamente en la novela, así que spero poder hacerlo en vacaciones. Besos
ResponderEliminarMarisa, pues aprovecha el verano para leerlo, creo que es la época ideal para hacerlo. Y si puede ser cerca del mar, ideal.
Eliminar¡Ya me contarás!
Besines.