'La librería ambulante', enamorada del señor Mifflin
Sé que me enamoraría sin remedio del señor Mifflin. De un hombre alegre, parlanchín, bromista, que te enseña un oficio, que tiene una caravana llena de libros y un perro y, sobre todo, que te rescata de la esclavitud de tu día a día sólo puedes enamorarte. Así he acabado 'La librería ambulante', de Christopher Morley (Pensilvania, 1890), prendada de ese hombre bajito, pelirrojo, que te persigue por los caminos y duerme al raso sin que lo sepas porque teme que te pase algo y que luce con orgullo un ojo morado después de una pelea por recuperar lo que le han robado. La obra de Morley es una auténtica delicia, un regalo para la lectura. Es como las galletas de jengibre, dulce sin empalagar, dulce con un puntito pícaro. Esta maravilla comienza con su protagonista, Helen McGill, casi cuarentona, regordeta y soltera, harta de su granja, de sentirse esclava de la tierra y, sobre todo, de su hermano, granjero convertido en escritor de éxito que cada vez pasa menos tiempo entre coles y patatas y más frente a la máquina de escribir. Así, cuando el singular señor Mifflin se presenta en la puerta de su finca con la intención de venderle a Andrew, al que admira profundamente, 'El Parnaso', su querida librería ambulante, porque quiere retirarse a nueva York a escribir una gran novela, Helen ve las puertas del cielo abiertas. No dejará que Andrew se haga con el carromato cargado de libros y la deje aún más sola a cargo del huerto y los animales. Helen saca sus ahorros, los que había juntado para comprarse un Ford, y lo adquiere ella misma. Lo compra y huye antes de que su hermano regrese para comer, dejando la comida en el fuego y la granja a cargo de una de las chicas que les ayudan. Se sienta en el pescante, junto al librero pelirrojo y, por primera vez en su vida toma las riendas de su vida. Riendas que la atan a la vieja Peg, a una caravana que es su casa y su modo de vida y a los caminos de Estados Unidos. El señor Mifflin, todo un caballero, se quedará un día con ella, para enseñarle los trucos del oficio de vender libros, a aprovechar las horas de la comida y la cena para llegar a las casas con sus historias, a hacer que todos deseen un libro. Porque, si hay algo seguro, es que 'El Parnaso' parece tener siempre el libro ideal para cualquiera que se acerque. El plácido y emocionante inicio de su nueva vida, sin embargo, se convierte rápido en una trepidante y rocambolesca huida de Andrew, que no parece entender que Helen quiera ver qué se cuece fuera de los límites de su granja. Una maravilla, insisto, de verdad. Ya no quiero un príncipe en su brioso corcel, quiero un señor Mifflin con una librería ambulante.
"¡Dios!", dijo, "cuando le vendes un libro a alguien no solamente le estás vendiendo doce onzas de papel, tinta y pegamento. Le estás vendiendo una vida totalmente nueva. Amor, amistad y humor y barcos que navegan en la noche. En un libro cabe todo, el cielo y la tierra, en un libro de verdad, quiero decir. ¡Repámpanos! Si en lugar de librero fuera panadero, carnicero o vendedor de escobas la gente correría a su puerta a recibirme, ansiosa por recibir mi mercancía. Y heme aquí, con mi cargamento de salvaciones eternas. Sí, señora, salvación para sus pequeñas y atribuladas almas. Y no vea cómo cuesta que lo entiendan."
Título: 'La librería ambulante'
Autor: Christopher Morley
Editorial: Periférica
Páginas: 182
Precio: 16,95€
Hola Dorothy. ¡¡Genial tu reseña!!. A este libro ya le teno yo echado el ojillo desde hace un tiempo y ahora me apetece leerlo ya mismo.
ResponderEliminarBesos
Marian, gracias. Se lee en una tarde si es un poco larga, no necesitarás mucho tiempo para ponerte con él. Espero que te guste.
EliminarBesines
Adorable. El libro y tú.
ResponderEliminarBesos.
Juan Antonio, gracias, mías y del libro.
EliminarBesos
Un libro magnífico que me leí con muchas ganas y que terminé con pena. Los dos protagonistas son únicos, unas vidas tan sencillas pero tan de pioneros en el fondo con un final muy de película americana, pero muy satisfactorio.
ResponderEliminarUn saludo.
Mariuca, es verdad que se termina con pena. Me hubiera gustado que fuera un poco más largo, que se alargara más, pero qué le vamos a hacer. El final no es lo mejor que tiene, pero es como quieres que acabe porque se lo merecen.
EliminarUn abrazo
Había leído reseñas, pero ninguna tan entusiasta. Ya tenía claro que lo quería leer así que me reafirmo en mi idea.
ResponderEliminarEl párrafo que has escogido es GENIAL.
Besos
Lu, tiene varios párrafos geniales, pero éste me llegó al alma. Muchas gracias.
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La verdad es que conozco poco autores norteamericanos (solo los más famosos y famosas), así que me apunto este autor, suena estupendo.
ResponderEliminarSaludos
Claudia, es una novelita sencilla pero con mucho encanto. Espero que te guste.
Eliminarun abrazo
Qué ganas tengo de leerlo! Creo que es imposible no enamorase de una persona como el señor Mifflin, por lo que cuentas.
ResponderEliminarBesotes
Margaramon, eso depende de cómo seas y cómo te gusten los hombres, pero a mí que me pierden los que tienen un puntito excéntrico, sentido del humor y algo de mal genio, he caído rendida.
EliminarUn besazo
Yo creo que también me enamoraría del señor Miffin. ¿Alguien que vende salvación para las almas en forma de libros? Irresistible!
ResponderEliminarMe ha encantado el argumento y tu reseña.
Petonssss
Dona, si la salvación para el alma son los libros, la mayoría de los que pasáis por aquí tenéis ya la salvación eterna.
EliminarGracias.
Petonassos
El señor Mifflin es realmente un personaje entrañable; una lectura muy amena, bien escrita y entretenida que se lee de un suspiro. Sin embargo, mi "estrella" en este campo sigue siendo la señorita Helene Hanff.
ResponderEliminarOffuscatio, Hanff es insuperable, pero esta historia tiene mucho encanto y, como bien dices, está bien escrita y es entretenida.
EliminarUn abrazo
No conozco a nadie que haya leído este libro y no le haya gustado. Aunque a ti te ha entusiasmado especialmente. Lo que no me pega nada es que tu quisieras un príncipe montado en un brioso corcel, por lo que veo el librero te ha salvado a ti también, a dios gracias.
ResponderEliminarBesitos
Norah, yo tampoco, a mí me ha gustado porque el señor Mifflin me ha enamorado y porque la prootagonista, Helen McGill, no es una protagonista al uso: ni guapa ni joven ni alta y delgada. Ni quiero ni necesito un príncipe, pero creo que todos tenemos algún muerto en el armario, piedras en la mochila y al príncipe dando por saco en el rincón del subconsciente al que lo enviamos cuando descubrimos que los cuentos de hadas eran la mayor mentira que nos habían contado.
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Me ha cautivado tu reseña! Quiero este libro! La portada es preciosa. Hace un tiempo vi un programa de callejeros viajeros, creo que era en Cuba, e iba un señor con su particular librería ambulante, una maravilla. Un besazo!!!
ResponderEliminarSandra, gracias. Yo también vi ese programa y recuerdo que me pareció un oficio maravilloso, de esas cosas antiguas que parece un milagro que sigan existiendo.
EliminarUn besote
Uff, qué ganitas de leer este libro. Una preciosa reseña, que invita a una preciosa lectura.
ResponderEliminarBesos
Pakiko, un precioso comentario. Gracias. Espero que la lectura valga la pena.
EliminarBesos
Que bonita la reseña de hoy y que párrafo tan bien elegido, me ha gustado tanto eso de " heme aquí, con mi cargamento de salvaciones eternas."
ResponderEliminarSin duda los libros son eso!!!
Besos :D
Nieves, me alegro de que te guste. Ese "heme aquí..." me parece insuperable. Los libros son grandes salvaciones, te lo digo yo que me pasé un mes y medio con la pata tiesa y, si no hubiera sido por los libros hubiera enloquecido.
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Muy chula la reseña! Y el libro.. me lo pido sin duda! :-) Besos!
ResponderEliminarSaramaga, espero que te guste, si no, ¡acepto reclamaciones! ;)
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Esta obra es una maravilla. Yo disfruté mucho leyéndola y analizándola. Me alegro que también te haya encandilado a ti. Un beso.
ResponderEliminarMarisa, nos ha encandilado a todos, me parece.
EliminarUn besote
ains, qué reseña!!! la tercera que veo muy positiva, sin duda tengo que hacerme con él...Un beso!!
ResponderEliminarMeg, yo leí dos reseñas y no pude más, para mí y leído sin pasar apenas por el montón de pendientes.
EliminarUn besín
Resulta un libro interesante, puede que romántico en cuanto a la historia en sí. Y trata de un oficio que desconocía que hubiese existido, ¡madre mía! un bibliobús del siglo XIX.
ResponderEliminarRubén, este libro tiene más de romántico por el oficio perdido que por la historia en sí. Un bibliobús a tracción animal y con ruedas de madera...
EliminarMe recuerda a las bibliotecas ambulantes que aún recorren muchos lugares de sudamérica; furgonetas o pequeños autobuses que llevan la aventura de leer a los pueblos más humildes y alejados de esta civilización tan incivilizada.
ResponderEliminarMe apunto el título porque no tengo dudas de que me va a gustar; la premisa es irresistible y me has contagiado el entusiasmo.
¡Repámpanos! ;) Me alegro de que el viento de otoño haya barrido tu cinismo mezclado con las hojas secas.
Un beso...
M., sí, lo de los autobuses biblioteca me pareció una maravilla cuando lo descubrí. Debe ser bonito, ir por ahí llevando libros a la gente y a las escuelas. Espero que no te decepcione. A mí me hubiera gustado que fuera un poquito más largo.
EliminarPor dios, como le llamemos viento de otoño se va a creer un indio chiricaua... Es pasajero, créeme, en unos días volveré a ser la misma cínica de siempre.
Un beso
PD: por cierto, en unas semanas igual voy a Barcelona y te recuerdo que tenemos algo pendiente...
Otra que cae rendida, Dorothy. Yo me enamoré de todos, hasta del perrillo y la yegua, jajaja.
ResponderEliminarBesos,
Carmen, todos rendidos ante las letras del señor Morley. La yegua y el perrillo me los llevaba yo también para casa.
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Bea, yo hace tiempo que me resigné. La lista siempre crece. Y sí, lo de comprar tiempo está bien, pero espero que no nos den todo el tiempo del día para leer.
ResponderEliminarUn besazo
Tiene buenísima pinta. Con esos personajes tan entrañables, no me extraña que hayas caído rendida. Otro que no me importaría leer...
ResponderEliminarbesos
Azalea, los personajes son lo mejor del libro hasta el punto de que lo que les pasa se queda en un segundo plano. Ya me contarás si te gusta.
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¡Qué reseña más emocional! jeje Me encanta!! yo también salgo prendada de algún personaje de ese tipo, así que tengo que conocer a este señor y esa librería ambulante. Besitos
ResponderEliminarMarilú, espero que el señor Mifflin también te acabe subiendo a la librería ambulante.
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Lo tengo pendiente desde ni se sabe, me llamó la atención según lo vi, el título me tiene ganada jejeje
ResponderEliminarBesotes
Shorby, sólo el título ya te gana, es verdad. Yo también llevaba mucho tiempo con él pendiente.
EliminarBesines
Genial concepto el de librería ambulante. Ahora lo más parecido puede ser el círculo de lectores o el BiblioBus de zonas escolares rurales.
ResponderEliminarUn oficio genial, ¿no? Aunque debe ser de los pocos negocios en los que de un poquito de rabia vender.
Un beso rodado.
David, creo que Círculo de Lectores hace tiempo que dejó de parecerse a esto, pero el BiblioBus sí. Un oficio genial, sí. Cada vez que lo veo pienso que me encantaría ser la bibliotecaria de ese autobús que llena de historias los pequeños pueblos. Hoy más. Hoy te aseguro que si alguien se presenta delante de casa para venderme un carromato lleno de libros, cojo a Nixon y nos perdemos por los caminos, para lamerme las heridas en soledad.
EliminarUn beso
He leído reseñas tan buenas del libro que me llama muchísimo la atención. Además parece una de esas novelas en la que los libros son protagonistas importantes, cosa que me encanta.
ResponderEliminarUn beso!!
Carla, a los que damos vueltas por aquí nos encanta cuando los libros son los protagonistas... No conozco a nadie a quien no le haya gustado. Ya me contarás.
EliminarUn besazo
Lo tengo apuntado y, por lo que veo, merece la pena.
ResponderEliminarAbrazo!
Zamarat, es una maravilla, sencillo, bien escrito, un final feliz... De esas lecturas que necesitas de vez en cuando.
EliminarUn abrazote
Tu opinión corrobora mis ganas de leer este libro y adelantarlo en mis futuras lecturas. Parece que lo tiene todo para disfrutar como lector. 1beso!
ResponderEliminarTizire, a mí me ha parecido un libro redondo, quizás un poco demasiado cortito, pero fantástico.
EliminarBesos
Le tengo muchas ganas a esta novela y desde luego tras tu reseña aún más.
ResponderEliminarBesotes!!!
Margari, espero que te guste. Si no es así, ya lo sabes: puedes reclamar lo que quieras.
EliminarUn besazo
¡Acabáramos! Otro detalle ese de la librería ambulante que me falta para convertirme en todo un galán ;)
ResponderEliminarMe la llevo anotada para intercalar entre lecturas y apartarme un poco de tantos zombis y horrores, que de vez en cuando apetece. De este blog me llevo además un montón de novelas perfectas para esto.
Además, me llama la atención ese cambio en positivo que se fragua en Helen.
Besines
Rober, aquí no hay zombies ni sangre ni esas cosas que tanto te gustan. Me gusta que te lleves novelas para cuando sales de ese mundo. Y sí, el cambio en Helen es sorprendente.
EliminarBesos
Yo tenía este libro en mente "por culpa" de Offuscatio, ue ya me gustó lo que dijo, pero es que tú me has rematado, y me dan ganas de ir a por ese señor Mifflin, que creo que también me va a gustar un rato.
ResponderEliminarEn fin, fantástica reseña, contagias.
Me gusta mucho mas tu nueva foto de perfil.
Icíar, yo leí varias reseñas y tuve claro que era un libro para mí. Seguro que el señor Mifflin te encanta. Muchas gracias.
EliminarEs que en cuanto una deja de ser una misma con una peluca está más mona.
Un abrazo
Me encantó, por el cariño que tengo a los libros, pero lo encuentro de poco fuste.
ResponderEliminarPilu, a mí también me hubiera gustado que tuviera algunas páginas más de aventuras por esos caminos...
EliminarUn abrazo
A juzgar por tu descripción no me apetece otra cosa que tener este libro entre mis manos y bajo el calor de una manta, pasar una página tras otra!!!
ResponderEliminarSonia, es ideal para tarde de lluvia con mantita y taza enorme de té.
EliminarUn abrazo
Otra reseña genial de un libro muy "chulo" que deja un buen sabor, y ganas de seguir leyendo más y viajando en ese carromato.
ResponderEliminarBesitos
Ely, el libro es genial, aunque la verdad es que se hace muy muy corto. Eché de menos más kilómetros en el carromato.
EliminarUn besín