'India mon amour', Dominique Lapierre, un Rolls viejo y la solidaridad

"Fue en la campiña de Bengala.
Una niña caminaba cansinamente sobre el estrecho dique que separaba dos arrozales. Llevaba una bolsa llena de libros y cuadernos. Volvía de la escuela y seguramente no había comido nada desde el amanecer. Me dirigió una bonita sonrisa y me saludó con la mano.
Hurgué en mis bolsillos con la esperanza de encontrar algo que poderle dar. Sólo encontré una galleta y se la di. Me lo agradeció como si le hubiera puesto la Luna en la mano, y luego retomó su camino.
La seguí con la mirada.
Unos minutos más tarde sus pasos se cruzaron con los de un perro esquelético. vi que la niña partía en dos la galleta y le daba la mitad al animal.
La India me acababa de dar la lección más bella de todas acerca de lo que significa compartir."

Así empieza 'India mon amour', de Dominique Lapierre, que no ha sido lo que me esperaba, pero me alegro de haberlo leído. Empieza bien, empieza genial, empieza divertido, sentido, emocionante... Empieza con la historia del propio Lapierre, un escritor de éxito que quiere ir a la India, que quiere recorrer ese país con su amigo Larry Collins (también escritor) con un Rolls Royce nuevo del que se ha enamorado. Un coche fiable para las difíciles carreteras indias. Empieza con las aventuras de ambos a bordo de su Rolls viejo de segunda mano por las carreteras de un país del que se enamora desde el primer instante y al que dedicará novelas, tiempo y muchísimo dinero para ayudar a algunos de sus más desfavorecidos habitantes. Empieza contando historias de la India: que los elefantes son marajás difuntos, que un marajá murió de agotamiento por satisfacer sexualmente a sus 365 mujeres, que en el Bengal Club prohibían la entrada a los perros y a los indios, el ruido que hacen los cráneos de los difuntos al estallar en las piras funerarias en Benarés o la espectacular ceremonia para honrar a la gigantesca estatua de Bahubali a la que bañan en leche de coco, azafrán, arroz, jugo de caña y sándalo entre otras cosas. Especialmente emocionante es el recuerdo de su encuentro con Gaston Grandjean, un enfermero que trabaja en uno de los barrios más pobres de Calcuta (esos en los que los desechos humanos recorren las calles, apenas hay una fuente de agua, los niños no tienen zapatos y la salud es un lujo), y con Hasan Pal, un conductor de ricksaw, personajes, ambos, que inspirarían su novela más famosa, 'La ciudad de la alegría'. Lapierre explica cómo Grandjean lo mira con desprecio en un primer momento, pensando que únicamente es otro millonario que no quiere irse de la India sin ver la miseria que se esconde a los pies de los hoteles de cinco estrellas, y cómo esa mirada cambia con el tiempo, cuando el escritor se muestra decidido a ayudar de verdad, cuando entra en las casas de los más pobres, cuando su mujer abraza sin miedo a los leprosos que han perdido sus dedos y sus caras. Y hasta aquí. Hasta aquí el libro es una especie de fabuloso cuaderno de viaje que permite conocer las condiciones en las que viven millones de indios, condiciones en las que nos parece mentira que se pueda vivir. A partir de aquí, las últimas páginas de 'India mon amour' son una especie de loa de la labor que el propio Lapierre ha desarrollado en la India. Una labor importantísima, eso no lo discuto, pero queda feo vanagloriarse uno mismo de ella. Sobre todo cuando se explica lo que los niños, los políticos y los colaboradores han destacado de la labor de Lapierre. Entiendo que lo haga, porque su proyecto allí, Action pour les enfants des lépreux de Calcutta, necesita toda la ayuda posible para seguir funcionando, pero queda feo. Quizás esa parte se podría haber incluido en un anexo, no como parte del propio libro. Pero es sólo mi opinión. 'India mon amour' me ha traído de nuevo a la cabeza los intensos momentos que viví en la India, un país que me fascinaba desde niña, que me enamoró siendo ya una mujer adulta y al que estoy deseando volver.

"Nuestra inmersión en el corazón del horror no ha hecho más que empezar. James nos lleva hacia otro barrio donde ha recogido a muchos de sus protegidos. El lugar se llama Pilkhana. Es una de las concentraciones humanas más densas del planeta. Aquí, setenta mil personas se hacinan en un espacio apenas más extenso que tres campos de fútbol. El entorno está tan contaminado que se nos inflaman los ojos y la garganta. Atravesamos un encabalgamiento de cuchitriles sin agua, sin electricidad, sin ventanas; callejas bordeadas de cloacas a cielo abierto; talleres propios de trabajos forzados, sin aire ni luz; una sucesión de establos pestilentes. Es un universo alucinante lleno de ratas, escolopendras, cucarachas... James nos revela que, aquí, la esperanza de vida no llega a los cuarenta años, y que nueve de cada diez habitantes no disponen siquiera de una rupia al día para sobrevivir, es decir, lo que hoy serían unos dies céntimos de euro. La mayor parte de esta gente son campesinos a los que un desastre climático -una sequía, un ciclón, una inundación, tan frecuentes en esta región del mundo- ha expulsado de sus tierras. No hay ninguna duda: este lugar es la antesala del infierno."

Título: 'India mon amour'
Autor: Dominique Lapierre
Editorial: Planeta
Páginas: 264
Precio: 17€


Comentarios

  1. Y yo que a este tío lo confundo con John Le Carré y pensaba que este libro era algo de espías tipo 'Desde Rusia con amor'... Tendré que hacérmelo mirar.
    El principio del libro de verdad que pinta genial, si al final se convierte en un panfleto para darse autobombo quizá se le pueda perdonar si lo demás te ha llenado lo suficiente, que creo que sí.
    Besos

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    1. Lu, te entiendo, a mí me pasaba lo mismo hace unos años. Se le perdona no sólo porque lo anterior me ha gustado, sino por el motivo por el que lo hace. Incluso vendió una casa suya para poder mantener ese proyecto. Supongo que de verdad necesita aportaciones.

      Besines

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  2. Me encantan los libros ambientados en la India. Una pena que empieze tan bien y al final no de mucho de si.

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    1. Albanta, los libros ambientados en la India son una de mis perdiciones. Se le va un poco la pinza al final, sí, pero es perdonable por el motivo por el que lo hace.

      Un abrazo

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  3. Tuve una fase hace años de enamoramiento de la India por culpa de los libros de Divakaruni, Manju Kapur y Anita Nair ( el último está pedido a los Reyes). Pero aunque parezca extraño nunca tuve claro si quería ir o no. Lo cierto es que no estoy en el mejor momento para leer tanta desgracia así que lo dejo pasar y lo de la última parte, pues lo que tú dices, bien si consigue ayuda para seguir con su labor pero lo de reclamar medallas, queda muy feo porque da la sensación de que lo haces para que te lo reconozcan.
    Besitos

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    1. Norah, yo siempre he querido ir a la India y siempre me han gustado los libros y las películas ambientadas en ese país. Cuando fui, me supo a poco y me marché teniendo muy claro que quería volver algún día. No descarto, si las cosas se me ponen un poco feas, aprovechar y escaparme allí unos meses. Yo tampoco estoy muy allá, pero me ha gustado leerlo ahora.

      Besines

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  4. Creo que me quedaría fascinada por una historia así, pero concuerdo en que un final como el ofrecido desluce. Una pena. Besos

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    1. Marilú, no es una historia, son muchas pequeñas historias, recuerdos, momentos vividos allí. Sí, una pena, pero lo entiendo.

      Besines

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  5. Cuando llegue a la India comprendí el significado exacto de la palabra multitud.

    Me costo enamorarme del país, esas tremendas diferencias, esa pobreza que inunda las calles, contrapesaban mucho con la amabilidad con que fui tratado, con la fascinación de lo diferente.

    Dos vivencias que entraron para siempre en mi vida: El Tal Mahal, impresionantemente bello a pesar de ser ta visto y un paseo en elefante.

    Y una anecdota; el jefe de camareros de un hotel de lujo se acercó a nuestra mesa y pregunto por cuanto podría comprar a una de las chicas (que por el impacto que causaba en todas partes debería aproximarse bastante al ideal de belleza).
    (a) Yo pedí tres camellos, pero ella no se dejo.
    (b) Ella volvio de ese viaje con la auto estima por las nubes.

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    1. Guille, mi aterrizaje fue duro. La primera imagen que vi fuera del aeropuerto fue a una madre y sus dos hijos, de menos de diez años, asfaltando una carretera de madrugada. Durísimo. La salida de la ciudad, la multitud de gente vagando a ninguna parte, me rompió el corazón, igual que muchas escenas que vi. Pero me enamoró del país la sonrisa de la gente, los colores, la hospitalidad, la alegría... El Taj Mahal me pareció increíble, a pesar de haberlo visto miles de veces en fotos y documentales. Y mi experiencia más inolvidable, además de la boda a la que iba, fue un paseo a pie por un pueblito perdido.

      Esa sensación de tu amiga la tuve yo en Estambul cada vez que he ido. Todas las veces he vuelto de allí con la autoestima por las nubes, aunque consciente de que todo era falso, puro juego.

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  6. No me llama demasiado, la verdad, aunque me gusta cómo escribe el autor, he leído alguna novela suya de esas que tiene escritas a cuatro manos de cuando las compraba mi padre. Recuerdo que se llamaba El quinto jinete.(años 80? 90?). Quizá algún día las retome.

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    1. Azalea, a mí Lapierre me gusta mucho. Después de leer este libro me han entrado ganas de volver a leer 'La ciudad de la alegría', que me encantó.

      Un abrazo

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  7. Una pena lo del final, porque pintaba bastante bien este libro. Con tanto por leer, no creo que lo lea, a no ser que me lo pongan por delante.
    Besotes!!!

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    1. Margari, es un libro que debes leer si te gusta mucho Lapierre o si te fascina la India. Si no, no le veo mucho sentido, la verdad. Es un libro extraño.

      Besos

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  8. Yo diría que es un libro de esos que dejan huella.
    La india es un país que deja marcada a las personas que la visitan, país difícil, distinto, mágico y hermoso.

    Personalmente no es de mis países favoritos pero siendo sincera creo que es por las historias "todas falsas, seguro" que escucho de ese lejano lugar...

    Un besote :)

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    1. Nieves, es un libro que, como todos los que muestran la cara más pobre de la India, te hace pensar. Es un país que te enamora o te repugna. Hay gente que ha cogido un vuelo de vuelta dos días después de llegar porque no lo ha soportado y otros que se han quedado enamorados de él, a pesar de todas las escenas tremendas que ves cuando estás allí. Supongo que al llegar debes cambiar el chip, ser consciente de que no puedes solucionarlo todo, sólo ayudar un poco. Si no es así, entiendo que te derrumbes. A mí me fascinó y estoy deseando volver. Quizás en 2014... No sé qué historias te habrán contado, pero a mí me gustó muchísimo.

      Un besazo

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  9. No he leído el libro. Oí una entrevista en la radio, hace unos meses con Lapierre, donde explicaba la labor de su fundación y contaba la anécdota de la galleta. La verdad es que la entrevista me gustó, pero como no soporto a la gente que se tira flores, creo que no lo voy a leer.
    La India debe ser un país fascinante, supongo que hay cosas fascinantes, pero también, esos contrastes... no sé. Se me caería el alma a los pies.

    Un beso.

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    1. M., a mí me pasa lo mismo con la gente que se tira flores, supongo que porque yo hago siempre todo lo contrario. Yo no sabía eso de este libro, sino te aseguro que no lo hubiera leído, porque es algo que me ha molestado mucho. Pero la verdad es que es de admirar todo lo que hace allí.
      La India es fascinante. Te atrapa o te repele. Y no puedes luchar contra eso. A mí me atrapó. A una de mis hermanas la repelió. No volverá jamás. Se te cae el alma a los pies. Ya he contado un poco más arriba la primera imagen que vi nada más salir del aeropuerto. Es duro. Pero también es una lección. Y siempre se pueden hacer cositas para ayudar.

      Un beso

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  10. Me gusta la idea de libro que sugieres, tipo cathedral, construir el conjunto a base de historias.
    Este no lo he leído asíq ue me lo apunto
    Besos

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    1. Mientrasleo, es como intentar que tengas una imagen de lo que Lapierre vio en la India, lo que sintió y por qué decidió montar du proyecto solidario. Es un libro un poco especial.

      Besines

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  11. Este creo que no me gustaría, en principio lo dejo pasar. Un besote!!

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    1. Meg, es un libro un poco peculiar, lo entiendo perfectamente.

      Besines

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  12. No sé. Mira que me gusta la India aunque, de momento, desde lejos (nunca he tenido ocasión de visitarla) pero no sé si esa parte que vira más hacia el ego me convencería del todo. Aunque sea por una causa de lo más noble, sin duda.

    Besines

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    1. Rober, eso del ego a mí no me ha gustado absolutamente nada, aunque lo entiendo, no me ha gustado nada, podría haberlo obviado.

      Besos

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  13. No me suena nadaaa... nadaaa... Si te sirvió para recordar ese viaje bien leído está, aunque no haya sido lo que esperabas... Un besito.

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    1. Marisa, me sirvió para recordar muchas cosas. Hace dos años que estuve allí y sigo recordándolo como si fuera ayer.

      Un besín

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  14. Precisamente este año me he propuesto leer de una vez por todas "La ciudad de la alegría", porque lo compré hace milenios y ahí está. La película me encanta, así que tengo fe en el libro. Y hasta la fecha no he leído nada de este señor, así que no te puedo decir más, sólo que coincido contigo en lo que opinas del final de esta novela, aquello de echarse flores. Supongo que no queda muy bonito, aunque por lo demás sí que me llama la atención. Una pena el final.

    ¡Besos!

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    1. Carol, a mí me gustó muchísimo. Lo leí después de ver la película y, aunque es muy parecido, el libro es mucho más denso y contundente. Una pena el final, aunque ya se veía venir, sinceramente.

      Un besazo

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  15. Me gusta el fragmento que has seleccionado. Visitar la India tiene que ser una experiencia única.
    Abrazo!

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    1. Zamarat, visitar la India es una experiencia. Para algunos para bien y, para otros, para mal porque ves cosas muy duras. Yo estoy deseando volver.

      Un abrazote

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  16. Nunca he ido a la India. Me llamarás cobarde pero tengo la certeza de que la visión de ciertas miserias me producirá tal shock que no lograré recuperarme...
    Besos,

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    1. Carmen, esas miserias están ahí y, si nadie las viera, no las conoceríamos y nadie haría nada por ellos. Desde que fui, tengo más claro que hay una ley de compensación que rige algunas cosas. En la India ves escenas durísimas, pero también recuperas la fe en el ser humano porque vives experiencias intensas y muy gratificantes. Es un shock, pero, para mí, vale la pena.

      Besines

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  17. Leí hace mucho tiempo La ciudad de la alegría, y lo recuerdo con emoción.
    No sé si tendré oportunidad de ir, pero es uno de mis sueños heredados, mi padre tenía un montón de fotos del Tal Mahaj y era su sueño, conocerlo y conocer el país y ya me contaba cosas sobre los contrastes tan brutales que podía encontrar si ibamos. Desde entonces es un país que me fascina, ya habrás visto que la foto de mi perfil es Lakshmi.
    Creo que me gustará leer este libro.

    Besitos

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    1. Ely, yo quiero volver a ese libro ahora que conozco la historia de Dominique allí y que he visitado la India. El Taj Mahal es impresionante.Lo has visto mil veces y, cuando te plantas allí delante, tan blanco, con tanto ruido y tanta gente casi no puedes creerte que estés allí. Luego te cuentan la historia, con el guía haciendo la gracia de que él también te construiría un palacio, y aún te sobrecoge más. Yo lo vi al atardecer, con el cielo pintándose de naranja, precioso. Y sí, los contrastes son tremendo y debes estar preparada para ellos, para asumirlos, para que no te devoren. Es difícil, pero sólo si lo haces sobrevives a ese país. Sí, ya vi que era de Lakshmi, espero de verdad que puedas hacer ese viaje y que lo hagas con el ánimo adecuado, para que lo disfrutes bien.

      Besines

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