'Ibiza, de la tierra a la mesa'


'Ibiza, de la tierra a la mesa'


"Sabíais que los atletas de la Antigua Grecia morían de gusto con el dulzor de los higos? ¿O que al romero también se le conoce como el ginseng mediterráneo? ¿Es buena para la digestión la costumbre de añadir unas gotas de zumo de limón a la paella? ¿Por qué los aztecas, además de por su forma, creían que el aguacate era un potente afrodisíaco? ¿Son las nueces, las avellanas y las almendras, en realidad, frutos secos? ¿Para qué infecciones empleaban antiguamente las mujeres la hierbabuena?
La tierra esconde historias. Y sus productos, un buen puñado de secretos. Esta es una pequeña y humilde guía para sacar el máximo provecho, para el cuerpo y para el paladar, a verduras, frutas, hortalizas, plantas aromáticas y especias".


Así se presenta, en la contraportada, 'Ibiza, de la tierra a la mesa' ('Eivissa, de la terra a la taula', en su edición en catalán), mi segundo libro de cocina. Debería haberse publicado para Sant Jordi, pero una serie de catastróficas desdichas impidieron que eso fuera posible. Nos perdimos el 23 de abril, con sus puestos de libros y rosas y su jornada al sol en el principal paseo de la isla, pero qué le vamos a hacer. Nuestro niño no llegó a tiempo. Y digo "nuestro" porque no soy la única madre. En esta aventura me han acompañado el fotógrafo Toni Escobar Cardona y el naturólogo Josep Colonques Garrido. Ahora que lo pienso... El primer libro de cocina salió en plena pandemia, así que tampoco pudimos disfrutar de un Sant Jordi al uso... ¡Vaya gafe!

'Ibiza, de la tierra a la mesa' no es un libro de cocina tradicional. En esto es totalmente diferente al primer libro de cocina que publicamos, 'Cocineras en Ibiza' ('Cuineres a Eivissa', en catalán). Consumidora de libros de cocina desde hace años —me encaaaaantan— me gustan especialmente aquellos que ofrecen algo más que recetas. En el primero contábamos las historias de once mujeres que durante años han llevado las riendas de populares restaurantes de la isla sin que se las reconociera (de hecho, el título original antes de que la editorial lo cambiara era 'Cocineras sin nombre') porque permanecían escondidas en las cocinas mientras sus maridos, hermanos, padres, hijos o tíos, que se encargaban de la sala, eran los realmente populares. Habían alimentado el estómago y el paladar de generaciones de ibicencos y turistas sin que éstos supieran nunca sus nombres ni conocieran sus caras. 

En éste, ese extra que tanto disfruto en los libros de cocina lo aportan los productos. Josep Colonques Garrido explica los orígenes, características, propiedades, riesgos y algunas anécdotas sobre frutas, verduras, especias, hortalizas y plantas aromáticas con las que esta periodista y bloguera prepara las recetas. Recetas que hago habitualmente en casa y para las que el electrodoméstico más avanzado que se necesita es una batidora. Algunos de los conocimientos de Josep me obligaron, incluso, a cambiar algunas de las recetas que tenía pensadas, ya que había algunas en las que intervenían productos que impedían sacar el máximo provecho nutricional a otros. Mientras leía sus fichas para introducirlas en el documento de word conjunto me maravillé no pocas veces con algunas de las anécdotas que explica.




Hay quien desprecia los libros de cocina, que los considera un producto menor dentro del mundo editorial. Quien dice eso no ha hecho nunca jamás un libro de cocina, porque os aseguro que fácil no es. En el anterior libro muchas de esas mujeres nos prepararon las recetas y en la mayoría de los casos hicimos las fotos allí mismo, donde hubieran cocinado. En esta ocasión, al ser nosotros mismos quienes cocinábamos, bueno, yo cocinaba, Toni Escobar se planteó hacer el mayor número de fotos posible con luz natural. En espacios reales. En el campo, en granjas, en huertos, en casas payesas... Y os aseguro que eso requiere muchísimo trabajo. Pensar los lugares, pedir permiso, cuadrar todas las agendas, preparar las recetas de forma que horas después, cuando se vaya a hacer la foto, todo se mantenga perfecto, rezar para que no llueva... En esas extenuantes sesiones nos hemos quemado con el sol, acabado llenos de pinchos de los cardos, frustrado, peleado con el viento, chillado, tenido que idear trucos de urgencia... 

El resultado, a mi parecer, que no es objetivo porque es amor de madre, es precioso. Creo de verdad que Toni ha conseguido una estética muy original dentro de los libros de cocina. "Cada foto es una obra de arte", aseguró, en la presentación, Josep Lluís Joan, técnico de calidad agroalimentaria del Consell de Ibiza. Y creo, firmemente, que tiene razón. Aunque también sé que Toni, si hubiera tenido tiempo, hubiera repetido más de una imagen. Me quedo, sin duda, con el pan cubierto de eivigrote que reposa sobre el mar en el rincón umbrío de una cala, con la luz que se cuela en el bote de cristal del escabeche de frutos rojos, la hamburguesa en un hopperiano dinner de los años 50 o el gazpacho de invierno en copa de martini al borde del trampolín de una piscina.

Por cierto, quien crea que haciendo un libro de cocina te pones las botas comiendo, que se quite esa idea de la cabeza. Muchas veces, para hacer las fotos los platos pasan varias horas al sol o en mitad del campo, a merced de bichos y bichillos, así que lo último que haría, salvo que quisiera entonar un "adiós, mundo cruel",  sería hincarles el diente. Algunos sí que los comimos. Como el arroz de mamá, del que usamos sólo un poco para la foto; la panna cotta de coco, de la que había preparado tres (por si alguna se ponía farruca al intentar desmoldarla), o el guiso de fideos chinos con setas, cuyas fotos fueron rápidas y en un ambiente controlado. Chuparnos los dedos, eso sí, nos los chupamos mucho.

Si te gusta la cocina (o que te cocinen), si eres gastronómicocurioso, si te apasiona el mundo vegetal, 'Ibiza, de la tierra a la mesa', es un libro para ti. Incluso si sólo te gustan las cosas bonitas, porque ha quedado precioso y no nos importa nada que lo consideréis un libro objeto. Aquíaquí y en todas estas librerías lo encontráis.

Título: 'Ibiza, de la tierra a la mesa'
'Eivissa, de la terra a la taula'
Autores: Marta Torres Molina, 
Josep Colonques Garrido 
y Toni Escobar Cardona
Traductor al catalán: Bernat Joan
Editorial: Balàfia Postals
Páginas: 276
Precio: 29€

Comentarios

  1. ¡Hola!
    Pienso que escribir y darle forma a un libro de cocina es algo muy complicado y entiendo tu orgullo de madre después de verlo acabado y publicado, después de ver el resultado tras el esfuerzo (pero no entiendo que nadie pueda despreciar este tipo de libros, la verdad, no me entra en la cabeza).
    Me da mucha rabia la invisibilidad de esas mujeres cocineras de tu primer libro, me alegra que hayas ayudado a hacerlas más visibles a través del mismo.
    Cocinar si te soy sincera, no es que me emocione, lo hago porque lo tengo que hacer, pero me gusta comer bien y comer cosas ricas, y hacer recetas nuevas de vez en cuando, así que me has dejado con los dientes largos. Es muy probable que me lo compre, el segundo (de momento), porque además me gustan los libros que además de recetas aportan otra información interesante sobre alimentos, ingredientes, o nutrientes.
    Fíjate que había pensado pedirlo también en la biblioteca para que se compre, pero he visto que en La Casa del Libro (que es donde se pillan los libros de la biblio) solo está en catalán.
    Pues nada, enhorabuena de nuevo por tus dos libros, me alegra mucho que estés contenta con el resultado
    Besines

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    1. Bueno, Marian, pues hay gente que debe pensar que conseguir que todo (sitios, agendas, meteorología, memoria, compras, elaboraciones...) cuadre es algo que hacen los duendes. Sí, esa invisibilidad a mí me dolía cuando iba a alguno de esos restaurantes y me daba cuenta de que no se las conocía, pero todo el mundo conocía a quien estaba al frente de la sala. Yo entiendo que lo de cocinar es algo que o te gusta o lo haces por mera supervivencia. Sí, no sé por qué en Casa del Libro, en Altaïr y en alguna librería más sólo está en catalán... ya preguntaré en la editorial a ver si es que sólo han mandado ejemplares en catalán.

      Besotes

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  2. Hola. Yo encargué tu libro estando ya de vuelta en Bruselas, porque con los tiempos de entrega que me daban, no hubiera llegado a tiempo en Manilva. Aquí funcionó la mar de bien y en castellano. Ahora lo estoy estudiando con esmero a ver qué receta hago, sobre todo encontrar los ingredientes.
    Y lo de los libros de cocina, es una parte muy importante de la literatura mundial. Allá por los ochenta del pasado siglo (cómo suena eso del pasado siglo) Andábamos todos medio locos con el libro de Simone Ortega, el de las 1080 recetas de cocina, a ver quien hacía la receta más sabrosa. Ahora, el tuyo (o los tuyos, que van dos), con sus fotos y su presentación es toda una obra de arte,

    Besazo

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    Respuestas
    1. Sorokin... ¡oooh! ¡Qué alegría! ¡y qué ilusión! Bueno, ya sabes, si no encuentras los ingredientes (que son bastante sencillitos) ya sabes: ¡Inventa! Sí, el libro de Simone Ortega, cómo no, por aquí lo tengo, aunque es verdad que ahora los libros de cocina sin fotos... Es como que nos falta algo, ¿no? Me sonrojan tus palabras, pero si el libro es bonito el mérito es todo de Toni Escobar, el fotógrafo, y de Alfredo Oliver, el diseñador, que tienen unas miradas que convierten todo lo que hacen en auténticas maravillas.

      Besines
      ¡Y gracias!

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