'En la bahía', gorritos de playa y ovejas lanudas
Virginia Woolf dijo de Katherine Mansfield que envidiaba su estilo. Creo que eso es ya un motivo más que suficiente para descubrir a la escritora neozelandesa. Aunque sea con 'En la bahía', un relato largo que publicó en 1922 en la revista London Mercury y que es una auténtica delicia. Una maravilla para leer de un tirón, en el sofá, entrecerrando los ojos y dejando que esas estampas de un verano de principios del siglo XX pasen por delante de nuestros ojos, con el color de las fotos de una lomo. 'En la bahía' explica un día de verano (qué bien suena esa palabra en estos momentos) en la bahía de Crescent, en la Nueva Zelanda natal de Mansfield. Es un recorrido por la gente y los paisajes de ese lugar que se presenta como idílico, uno de esos días de sol en los que todo sale bien (un poco como el vídeo 'London' de Lily Allen), en los que ni el vecino más molesto consigue que te enfades, las olas de la playa tienen la altura perfecta, las ovejas del pastor no se escapan, los maridos quieren volver a casa porque se les olvidó despedirse en condiciones de sus mujeres, las niñas no tiran la sopa al suelo, las criadas canturrean felices... En realidad, en 'En la bahía' no pasa nada. Todo empieza, o pasa por delante de nuestros ojos, o vemos cómo acaba. Pero no sabemos la historia entera. No sabemos si el pastor y su perro con el que despiertan el día y el relato tuvieron problemas para llevar a las ovejas hasta el monte con vistas al mar en el que pastan. No sabemos si Jonathan y Stanley, que compiten por ser los primeros en bañarse en la playa cada mañana (aunque lo parezca no es una tontería, pocas cosas hay comparables al placer de estrenar la arena y el mar al amanecer), tienen más rencillas que esas. No sabemos qué pasa para que Beryl, la señora Fairfield y las niñas estén deseando que el señor salga por la puerta. No sabemos desde cuándo los niños de los Joseph no juegan. Pero es igual. no importa. Porque lo que de verdad quieres es que Mansfield siga llevándote de la mano por esa bahía de Crescent para no dejar de sentir, aunque estés enrollada en una manta en la terraza para al menos escuchar el mar y oler la sal, que ya es verano. Un verano de los años 20. Un verano en color sepia. Un verano en el que las mujeres se bañan en el mar con gorritos de flores y bañadores con faldita. Un verano en el que los hombres aún visten traje y sombrero. Un verano con casetas en la playa. Un verano.
"Los Joseph nunca jugaban solos ni por su cuenta. Cuando lo hacían, los chicos siempre terminaban tirando agua por los escotes de las niñas o intentando meter cangrejos en los bolsillos de los otros muchachos. Por esta razón la señora J. S. y la pobrecilla señorita de compañía habían establecido lo que ésta denominaba un "brograma" matutino a fin de tenerles "entretenidos y evitar sus trevasuras". El programa consistía en competiciones o carreras y juegos en grupo. Y todo empezaba con un ensordecedor pitido del silbato de la señorita de compañía y terminaba con otro. Incluso había premios: grandes paquetes, envueltos en un papel un tanto sucio que la señorita de compañía extraía de una abultada bolsa de malla con una amarga sonrisita. Los Joseph peleaban espantosamente por conseguir los premios, hacían trampas y se pellizcaban los brazos: todos eran expertos pellizcadores. En la única ocasión en que las niñas Burnell habían jugado con ellos Kezia se llevó un premio, y cuando hubo desenvuelto tres papelotes se encontró con un corchete oxidado."
Título: 'En la bahía'
Autora: Katherine Mansfield
Editorial: Alba
Colección: Alba brevis
Páginas: 96
Precio: 11€
Pues sí que te ha dado ideas este relato. La verdad es que cuando un escrito tiene el poder de trasladarte a otra realidad merece la pena. Apuntado queda.
ResponderEliminarBesitos
Norah, a mí es que el verano, aunque sea leído, me llena de vida. A mí me ha encantado, aunque no es un grandísimo texto ni una grandísima historia. Es agradable, está muy bien escrito y quieres saber más de todos los que aparecen en él.
EliminarUn besazo
Jo, leyendo tu reseña me he sentido yo misma trasladada a esa playa de la que habla la autora, y me han dado unas ganas de tener arena cerca que no veas. Gracias por la recomendación: este libro parece que es de esos que no hay que dejar pasar. 1beso!
ResponderEliminarTizire, tener la arena cerca es un lujo que, por suerte, disfruto. Con avaricia. Aunque sea invierno. Es un cuento curioso, bonito, un paseo por la bahía, sin ninguna trama. Eso sí, obligatorio leerlo de un tirón.
EliminarUn beso
Es una escritora que tengo por descubrir. ¡Cómo tantas otras! Pero con esta reseña que has hecho tan elocuente, nos vas a convencer a todos para revisar su bibliografía rápidamente.
ResponderEliminarA ti también da gusto leerte.
LolaSh, yo tengo que descubrirla un poco más, porque no creo que este relato cuente mucho. Me apetece ponerme con algo suyo un poco más largo y con una historia que empiece y acabe. Creo que será uno de los propósitos de 2013.
EliminarMuchas gracias por esas palabras tan bonitas.
Un abrazo
Hablar de Nueva Zelanda y no hacerlo de mar y ovejas es algo incompleto.
ResponderEliminarMe atraen los relatos que muestran el perfil agradable de la vida, ya se encarga la realidad de darnos a conocer el otro lado.
No esta mal el contraste entre San Petesburgo y la bahía Crescent.
Trasmites muy bien el espiritu de la obra en tus reseñas, invitas a pasear por sus paginas, despiertas la curiosidad. Sabes traspasar con lo que escribes; deberias trabajar de periodisya.
¡¡¡¡ ¿ah, que ya lo haces? !!!!
Afortunados los que pueden leer la realidad con tus ojos.
Guille, los relatos que muestran el perfil agradable de la vida, cuando no se pasan tocando el absurdo, son muy agradables porque, mientras los lees, sientes que la vida también es así. Creo que si tuviera que elegir, ahora mismo me mudaba a la bahía de Crescent antes que a San Petersburgo, aunque creo que me quedaría sin dudarlo con la próxima parada de mi recorrido literario: La India, un país que me fascinaba antes de conocerlo y que me enamoró cuando lo pisé.
EliminarMuchas gracias, Guille. Pero me temo que lo que escribo en el diario poco tiene que ver con lo que escribo aquí.
En la India aprendes el significado exacto de la palabra multitud.
EliminarCreo que si tuviera que elegir un único lugar para pasar el resto de mis días elegiría antes la bahía Crescent que la India.
Me parece fascinante pero no habitable.
Guille, puestos a escoger dónde retirarse a vivir felizmente creo que me quedaría en Tahití o Zanzíbar. Buen tiempo, calorcito, playas espectaculares, exotismo... En la India se puede vivir muy bien también. Aprendes, entre otras muchísimas cosas el seignificado de multitud, pero también hay lugares en los que puedes estar en absoluta soledad y silencio. Aunque, siendo realistas, Estambul creo que sería mi ciudad ideal para vivir.
Eliminar¡¡Mecachis!!
EliminarHe visitado y pateado mas de 150 ciudades en los cinco continentes y nunca pasé por Tahiti, Zanzibar o Estambul. Asi ¿como voy a toparme contigo?
Mi experiencia me llevaría a vivir en Australia, preferentemente en Fremantle (donde los novelistas, cineastas y demas raros de la cultura) frente al oceano inacabable.
No he estado en Zanzíbar ni en Tahití, son como mis paraísos soñados. Seguramente, cuando vaya, me parecerán peores de lo que son. Estambul sí. En Estambul he repetido. A Estambul quiero volver más veces. Quiero vivir allí. ¿150 ciudades de los cinco continentes? ¡Qué envidia! Toparse con alguien en concreto es complicado.
EliminarEn algún momento entre viajes añadí un principio fundamental a mi vida; cuando algo que te interesa es complicado haz trampas.
Eliminarjejejejejejejejejeje
He leído poco de Mansfield pero siempre he terminado sus libros con ganas de más. Esta historia de La bahía, parece interesante. Tal y como la reseñas parece que se trata de un relato típica de observadora en que las personas pasan a tu alrededor y no sabes que va a pasar después. Tampoco está mal que sea capaz de transportarte a un sitio que provoca tanta tranqulidad. Muy realista. La buscaré.
ResponderEliminarUn saludo.
Mariuca, espero tener esa misma sensación cuando me ponga con ella en serio. Sí, es exactamente como lo describes, como alguien que observa y te va llevando de un escenario a otro. Da mucha tranquilidad, es verdad. Espero que te guste.
EliminarUn abrazo
No me suelen gustar los relatos, pero si es largo como este y te da tan 'buen rollo' como el que me ha dado leer tu entrada, quizá me lo piense... aunque eso de verano me iba a poner los dientes largos, sin duda.
ResponderEliminarBesos.
Azalea, el verano nos pone los dientes largos a todos en estas fechas, me temo. Quizás más que como un relato lo definiría como una crónica de un día en la bahía de Crescent.
EliminarBesines
Nuevamente un título cuya existencia desconocía y que me llevo apuntado para buscarlo ya, y más si se lee en un rato, lo puedo combinar con cualquiera de mis lecturas actuales. Un besote!!
ResponderEliminarMeg, es lo bueno de este libro, que lo lees en un ratín, como un descanso de todo lo demás. Espero que, si lo lees, te guste tanto como a mí.
EliminarUn besazo
No conocía ni a la autora ni al libro pero tiene muy buena pinta, me gusta mucho leer sobre esa época, una pena que sea tan cortito
ResponderEliminarbesos
Tatty, es muy cortito, parece una pena, pero mejor quedarte con ganas de más que que se haga largo, ¿no?
EliminarUn besote
Parece que este libro sea como mirar el cuadro de una playa e imaginarnos la vida de los personajes. Me gusta.
ResponderEliminarBesos
Lu, es exactamente eso, es como mirar un cuadro o una foto antigua y pensar qué hacían, qué pensaban, los que aparecen en esas imágenes. Es bonito, sí.
EliminarBesines
Espero pasar por este verano, creo que me gustará por lo que nos dices. Besos
ResponderEliminarMarilú, pues si pasas por este verano, me cuentas qué te parece.
EliminarBesotes
que chevere vi todo el articulo , esta buenaso esto ,saludos desde peru amigo/a.
ResponderEliminarFrank, bienvenido.
Eliminarque chevere vi todo el articulo , esta buenaso esto ,saludos desde peru amigo/a.
ResponderEliminarUF! En cada reseña que te leo, me doy cuenta lo los muchos libros que hay que leer, de lo interesante y de los mundos que albergan dentro de cada una de sus páginas.
ResponderEliminarEste libro parecen ser de esos que no olvidas cuando los terminas de leer...
Como dices encontraré un ratín para él.
Besos :)
Nieves, a todos nos queda muchísimo por leer, tanto que cuando piensas que no podrás leer todo lo que quisieras, casi te mareas. Te olvidas de los personajes, pero no de las imágenes que te has creado en la mente.
EliminarEspero que lo encuentres y que te guste.
Un besazo
Aunque el libro no me atrae demasiado, me encanta leer tus reseñas, la forma como las escribes.
ResponderEliminar¡Feliz Navidad!!!
Besos
Marian, muchas gracias, de verdad.
EliminarFeliz Navidad a ti también.
Besines
La verdad es que este tipo de relatos siempre gustan =)
ResponderEliminarBuena entrada!
Besotes
Shorby, estos relatos que te evocan momentos y lugares felices siempre gustan, independientemente de la historia.
EliminarGracias.
Un besazo
Me encanta Katherine Mansfield!! Hace unos años leí sus cuentos y me parecieron geniales.
ResponderEliminarAbrazo!
Zamarat, yo me he quedado con ganas de leer más de ella, porque no lo había hecho hasta ahora.
EliminarUn abrazote
Ay, la playa, y a mi que me pilla lejos. Me ha gustado tu reseña, pero el libro creo que no es de los míos. Al menos, en estos momentos, me apetecen otro tipo de historias, más "movidas".
ResponderEliminarBesos!
Caminante, pues si no es de los tuyos, no lo intentes, a ver si le vas a coger manía a la pobre Katherine. Muchas gracias.
EliminarUn besote
Te va a parecer una tontería, pero no alcanzo a disfrutar de la Woolf. dicen que envidiaba también a Joyce y Ulises es un libro que me ha encantado. Así que solo con tu primera frase ya me tenías ganada.
ResponderEliminarEl resto solo ha servido para convencerme
Besos
Mientrasleo, no eres la única a la que le pasa eso. Yo aún no me he puesto con el 'Ulises' de Joyce. Ya me contarás qué te parece esta historia sin mucha historia.
EliminarBesines
La novela costumbrista no me gusta demasiado, sölo consigue interesarme si viene aderezada con una historia que me atrape y no parece el caso. Voy a tener que investigar algo más por mi cuenta.
ResponderEliminarUn beso.
M., no es que sea una novela costumbrista, ni siquiera es eso, es sólo un relato descriptivo. Hay algunas pequeñas historias, pero muy pequeñas, de esas de las que nos pasan miles todos los días. Como si juntaras algunas de tus fotos y las fueras describiendo. Investiga. Y si encuentras algo interesante, dímelo, por favor.
EliminarUn beso
Creo que soy más de acción y también más de frío, así que no sé si me terminaría de gustar el librillo. Aunque no niego que en pleno invierno, y sobre todo para los nostálgicos del verano, puede ser una lectura la mar de evocadora.
ResponderEliminarUn besín!
Rober, ¿de frío? ¿de verdad hay gente que prefiere el frío? Si eres más de acción no te gustará. La máxima acción es entre dos hombres que pelean internamente por ser los primeros en bañarse en la playa.
EliminarBesines
Mansfield es para leerla sin prisas, es lo que requiere. No te sabría decir ningún título de ella, pero me la he ido encontrando aquí y allá en libros de relatos y la verdad es que siempre la he disfrutado. Creo que este: En la bahía es uno de los más conocidos.
ResponderEliminarBesitos
Ely, yo me he quedado con ganas de leer más a Mansfield, la verdad, tiene una manera de escribir tan elegante y delicada... Me ha encantado.
EliminarUn besín