Una vez amé a un clown
Una vez amé
a un clown. Amé su nariz roja. Su pelo despeinado. Sus pies pequeños
en sus zapatos grandes. Sus diminutas arrugas de tanto reír. Le amé
al primer golpe de foco. En aquel escenario oscuro. Con un zapato en
el pie y otro sobre la cabeza. Con su casaca verde. Con cepillos en
las hombreras. Con charreteras de chapas de refresco. Con su paso
ridículamente marcial. Un zapato cae y se enamora. Un amor
imposible. Zapato derecho. Zapato izquierdo. Condenados a la
distancia. A verse, rozarse con un poco de suerte, en mitad de cada
paso. Abandonó el escenario descalzo. En el foco de luz, juntos para
siempre, zapato derecho y zapato izquierdo. Entre lágrimas, en la
tercera fila, desconsolada por esos zapatos, me enamoré de un clown.
De su nariz siempre fría. De su boca llena de historias. De los pájaros de
su cabeza. De sus ojos cansados de tanto llorar.
Genial…
ResponderEliminarAbarzos
Muchas gracias, Claudia
EliminarUn abrazo
Yo no sé si podría enamorarme de uno :-) En esta ocasión, la foto megusta incluso más ue el texto, qué maravilla!
ResponderEliminarMeg, eso nunca se sabe. No era un payaso, era un clown, que es muy diferente. No era un espectáculo para niños. Me hizo reír y llorar...
EliminarUn besote
Hay barcos que han naufragado en lugares más absurdos.
ResponderEliminarReve, nunca lo consideré un naufragio.
EliminarUn abrazo
Cambiemos entonces naufragado por varado.
EliminarPero continuemos dejándonos arrastrar por las mareas.
Noto ¿nostalgia?. Una creación muy bonita.
ResponderEliminarBesos
Pakiko, ¿nostalgia? no, para nada.
EliminarMuchas gracias.
Besines
Dorothy un texto precioso. Pero a mí, desde pequeña, me dan cierto repelús los payasos o los clowns (excepto la familia Aragón). A Charlie River (¿¿era así su nombre??) no lo podía ni ver. Lo siento por él. Besos
ResponderEliminarMarisa, es que un payaso y un clown no son lo mismo. Los clowns, por norma general, sólo llevan la nariz, ni pintura ni disfraz. Entiendo que te diera miedo Charlie Rivel.
EliminarBesos
¡Has amado tanto! Aunque como a Marisa, a mí los payasos no me hacen gracia y los clown me dan mucha tristeza y no los entiendo.
ResponderEliminarUn besote, apasionada Dorothy
Norah, no sé si tanto, sólo sé que cuando quiero, quiero, y que me he llevado muchos golpes por ello. A mí los payasos no me gustan, pero los buenos clowns me tocan la fibra.
EliminarUn besote
Que bonito T_T Nunca he sido muy amiga de los payasos, la culpa la tiene la película IT jajaja Pero sé apreciar el sentimiento que encierra un texto, ¡¡son unas palabras preciosas!! ^^
ResponderEliminarUn besote!
Freyja, no me extraña que no te gusten después de esa película. Me alegro de que te guste.
EliminarUn besazo
A mi me gustaban mucho los payasos de la tela de mi infancia, pero reconozco que no me podría enamorar de un clown, ya desde entonces me daban un poco de miedo. Creo que por esas caras tan maquilladas en que incluso la sonrisa no era de verdad. Todavía me entran escalofríos de pensarlo.
ResponderEliminarUn saludo.
Mariuca, los clowns, a diferencia de los payasos, no suelen ir maquillados, sólo llevan la nariz, y, aunque a veces hacen reír, llevan siempre una enorme carga sobre sus espaldas. Los payasos me dan repelús, los clowns, no.
EliminarUn abrazo
Tienes buen gusto para el enamoramiento.
ResponderEliminarY escribes con palabras que saltan del papel y atrapan a los ojos que las persiguen.
Guille, no sé si tengo buen gusto, pero es el que tengo. Qué bonito eso que dices. Que no se vayan muy lejos tus ojos.
EliminarUn texto precioso... pero inquietante. Los payasos pueden resultar un tanto turbadores. 1beso!
ResponderEliminarTizire, los payasos me resultan perturbadores, pero no los clowns, que me inspiran mucha ternura.
EliminarBesos
No tengo asociaciones con los payasos que me perturben (como se nota que huyo del terror como alma que lleva el diablo), libre de esta carga el texto me ha gustado mucho, en cierto sentido los clown con sus risas y penas forman parte de muchas maletas.
ResponderEliminarUn beso
Marilú, me alegro de que en tus pesadillas no haya ningún payaso ni ningún clown. Cuando te llegan al alma no puedes no llevar un trocito en la maleta.
EliminarUn besote
Siempre me han producido una tremenda tristeza los clown. Siempre los evoco rodeados de soledad y amargura. Así los veo yo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el texto, Dorothy!
Besos,
Carmen, a mí me pasa lo mismo, que los recuerdo solos, fracasando para hacerte reír o llorar en un escenario grande con un foco pequeño.
EliminarMe alegro de que te haya gustado.
Besines
Qué lindo el texto! Y no sé por qué nunca pienso en un payaso llorando, qué curioso, no sé por qué será...
ResponderEliminarUn beso
Eva, los clowns lloran mucho, quizás los payasos no tanto, y, si no lloran, te acaban haciendo llorar a ti.
EliminarUn besazo
Es que los payasos son muy especiales, o te aterran o te enamoran, a mi siempre me han gustado mucho, hasta el punto de enamorarme no pero si que es una profesión que aprecio y tengo gran estima.
ResponderEliminarPon un payaso en tu vida!!
Besos :)
Nieves, una amiga que escribe una columna semanal hace años, tituló con ese 'Pon un payaso...' uno de sus escritos poco después de esta historia. Ves las cosas con otros ojos, desde luego, cuando tienes a alguien así al lado.
EliminarUn besazo
No creo que haya una criatura tan especial como los payasos. Digan loq ue digan los mimos son simples aficionados
ResponderEliminarBesos
Mientrasleo, yo también prefiero a los clowns que a los mimos, que me caen mal.
EliminarUn besín
Será un payaso ¿no? por las pistas, je, je...vale, pero es que ya sabe que yo, soy muy payaaaaaaaaaasaaaaa, ja ja...(sí hay una s entre tanta a, je je) Bss
ResponderEliminarCari, que eres payaseta ya lo sabía, pero no era un payaso, era un clown, no son lo mismo, no en las artes escénicas modernas. Un día de estos os lo explico.
EliminarBesos
Aunque algunos resultan algo malvadetes, nunca me han llamado especial atención los clowns. Aunque tienen ese atractivo que les da el ser el contrapunto, y ser diferentes.
ResponderEliminarPrecioso, a la par que nostálgico, tu texto de hoy :)
¡Un besín, y buen fin de semana!
Rober, exacto, son diferentes, por eso supongo que, a diferencia de los otros, los clowns me llegan.
EliminarGracias.
Un besote
A mi los payasos siempre me han dado pena, desde chiquita, porque intentan hacer reír, pero provocan más bien ganas de llorar. Siempre tan solos y con los colores desteñidos... Al menos a mi que nunca me enamoré de un clown.
ResponderEliminarPrecioso texto.
Sue, a mí me ha pasado igual siempre con los payasos del circo, pero no con los clowns que suben a escena con espectáculos de sentimientos, de fracaso, que los comparten y que te llegan dentro.
EliminarMuchas gracias
Un abrazo
Precioso! Una historia corta, sencilla pero intensa. Y a mí que los payasos siempre me han causado tristeza...
ResponderEliminarBesotes!!
Margari, a mí, más que tristeza, ternura.
EliminarMuchas gracias
Un besazo
No me gustan los payasos, pero tu clown sí :D
ResponderEliminarIcíar, pues me alegro.
EliminarUn abrazo
Qué bonito! Me ha encantado.
ResponderEliminarAbrazo
Zamarat, me alegro.
EliminarUn abrazo
Yo me lo pasaba fenomenal en el Circo Price, el desaparecido. Me gustaban los payasos. Me deslumbraban los clowns, con sus vestidos relucientes. Y me ha sorprendido, gratamente, el relato. Un beso
ResponderEliminarKoncha, a mí los payasos de circo nunca me gustaron, pero descubrí el mundo del clown por trabajo y me fascinó...
EliminarMuchas gracias, todo un lujo que tú me digas que te ha gustado.
Un besazo
Los clowns en realidad nos hablan de cosas tristes, aunque quieran hacernos reír. Muy bonito tu escrito, que nos hace ver más allá.
ResponderEliminarPetonsssssss
Dona, efectivamente, yo creo que son los clowns los que, si tienes los ojos y el corazón abierto, te hacen ver más allá.
EliminarUn petonàs
Era un filósofo disfrazado de clown
ResponderEliminarPaco, me temo que todo buen clown es un filósofo con nariz roja.
EliminarUn texto bello y lleno de melancolía!!!! Me gustan estos pequeños fragmentos!!!
ResponderEliminar♥♥♥
Sonia, muchas gracias, me alegro de que te guste.
EliminarUn besazo
Adoro el trabajo de los clowns. Almas sensibles que saben decir mucho con muy poco, que provocan emociones insospechadas, que parecen hoy en día sacados de contexto.
ResponderEliminarTener al lado a una persona así debe proporcionar momentos increibles.
Qué bien lo has contado.
un beso.
M., el mundo y el alma del clown me enamoraron desde que conocí esta disciplina de mano del que dicen que es uno de los mejores profesores de clown del mundo. Un hombre con el que es una delicia hablar y con el que, por suerte, puedo hablar con relativa asiduidad. El clown lo es en el escenario y fuera. A veces para bien, a veces para mal.
EliminarUn beso
muchas gracias