'Un grupo de nobles damas': Ay, las mujeres...
'Un grupo de nobles damas', de Thomas Hardy. | @martatorresmol |
La supuesta volubilidad femenina vista, analizada, comprendida, sonreída, incluso, por un grupo de hombres de mediados del siglo XIX. Así podría resumirse, en una frase, 'Un grupo de nobles damas'. Un libro de Thomas Hardy que requiere viajar hasta el siglo XIX y ponerse, como si fuera un disfraz, una mentalidad de la época. Es necesario porque, de lo contrario, la confrontación con el autor y con esos hombres que desgranan, en una noche desapacible, historias de mujeres rebeldes, caprichosas, inseguras, enamoradizas, influenciables, cabezotas e ignorantes de lo que es mejor para ellas, con el objetivo de divertirse. Es necesario ponerse en el siglo XIX para disfrutar de la maravillosa forma de narrar de Hardy. Para no enfadarse con él. Para disfrutar de esos narradores de la reunión del Club de Naturaleza y Arqueología de Wessex, de esa noche junto a la chimenea, del resplandor de sus llamas en los cráneos barnizados y de las sombras chinescas de los fósiles de ictiosaurios e iguanadones.
Un deán rural, un médico anciano, un coronel, un caballero conocido como Chispas, un historiador, un ratón de biblioteca... Todos ellos desgranan, algunos de ellos con pudor, las historias, supuestamente reales, de diez mujeres. Mujeres que tenían las ideas muy claras. Que no estaban dispuestas a asumir, por imposición de su familia, a maridos que no querían. Como Betty, futura condesa de Wessex, que sale huyendo del carruaje para entrar en una vivienda asolada por la viruela con el único objetivo de contagiarse y espantar, así, a su marido forzado. O como la bellísima Barbara de la casa Grebe, que abraza todas las noches la estatua de mármol del hombre al que amó y que ella misma echó de su vida. O la marquesa de Stonehenge, que paga el precio de las decisiones de juventud, lo mismo que la tierna Dorothy, con dos madres y sin ninguna al mismo tiempo. Ellas y todas las demás (lady Icenway, la dama del terrateniente Petrick, lady Baxby, lady Penelope, la duquesa de Hamptonshire y la honorable Laura), actúan como quieren, como sienten y, aunque sus acciones no sean muy comprendidas por esos hombres del club, esos hombres que lo ven todo desde su perspectiva masculina del siglo XIX, que no pueden evitar cierto tono de moralina al hablar de esas mujeres que huyen, que mienten, que se hacen pasar por otras, que callan, que hablan y que no dudan en poner su vida en peligro para evitar lo que no quieren (o para conseguir lo que anhelan), vale la pena conocerlas. Porque muestran lo limitadas que estaban las mujeres hace menos de dos siglos. Y porque leer a Hardy es un placer. Hay que conocerlas a todas ellas. Desde la que salta por la ventana a la que huye de un carruaje en mitad de la nevada.
"Sucedió un invierno de hace mucho tiempo, cuando el siglo XVIII apenas había pasado de su primer tercio. Norte, sur y oeste, todas las ventanas cerradas, todas las cortinas corridas; sólo una ventana del flanco este de la planta superior estaba abierta y una muchacha de unos doce o trece años se encontraba inclinada sobre el alféizar. Bastaba verla para comprender que no se había asomado a contemplar el paisaje, pues se cubría los ojos con las manos. Se hallaba la muchacha en la última de una serie de habitaciones, a las que sólo se accedía a través de un amplio dormitorio anexo. Llegaban de esta estancia las voces de una disputa, mientras el resto de la mansión se sumía en el silencio. Para no oír aquellas voces la muchacha había salido de la cama, se había cubierto con una mano y asomado a respirar el aire de la noche".
Título: 'Un grupo de nobles damas'
Autor: Thomas Hardy
Traductora: Catalina Martínez Muñoz
Editorial: Alba
Colección: Alba Clásica
Páginas: 312
Precio: 18€
Procedencia: comprado
Es que si entras al juego, entras con todo y asumes lo que hay para entenderlo y disfrutar de la lectura. Ya me imagino por dónde van a ir los tiros y qué es lo que les vana a reprochar y me da igual que las historias sean reales o no, lo que quiero es que el autor me haga creerlas. Me parecen muy interesantes y me apunto al viaje en el tiempo.
ResponderEliminarBesos, Dorothy Hunt
Norah, está bien leer (y ver) ciertas cosas con mirada crítica, pero hay que ser conscientes de cuándo se crearon. No le podemos recriminar a señores de los siglos XVIII o XIX cómo presentan a las mujeres porque lo único que hacen es mostrarnos cómo se las consideraba entonces. A mí me han gustado mucho esas historias.
EliminarBesotes.
De Thomas Hardy solo he leído cuentos cortos, uno bastante impactante, "The withered arm" y otro más divertido "The distracted preacher", ambos en una antología de cuentos ingleses del SXIX publicada por Penguin. Me da pereza meterme con sus novelas, pero, en fin, "never say never", tal vez si encuentro el libro que dices en algún vagabundeo por alguna librería, me lo compre (lo que, digamos la verdad, no quiere decir que lo lea, que en lista de espera tengo montones)
ResponderEliminarBesotes
Sorokin, este libro no diría yo que sea una novela, incluso siéndolo, porque, en realidad, es un compendio de cuentos. Lo único que ocurre es que, al final de cada relato, hay unos párrafos en los que se explica que son los señores que están en el club los que cuentan las historias y unas pinceladas de cada uno de los narradores. Hace años leí 'El alcalde de Casterbridge', que me gustó mucho. (Las montañas de lectura son insondables).
EliminarBesines.
Uis lo de la viruela me ha recordado a una leyenda de aquí, la de doña Elvira que se iba a casar con el rey don Pedro, una plasta que no la dejaba ni a sol ni a sombra y la buena mujer, por producirle repulsa, se echó una olla de aceite hirviendo en la cara. Ni que decir tiene que el rey no se casó con ella y esta acabó en un convento recluida. Buen libro y mejor autor! Besos
ResponderEliminarMarisa, hay varias historias similares a la de la viruela, lo que quiere decir que debía ser bastante habitual, antiguamente, que las mujeres buscaran las formas más extremas de escapar de sus pretendientes, que tenían todo el poder. Muy triste.
EliminarBesos.
Creo que esta novela no es para mí... Y eso que parece interesante, pero al final siempre me decanto por otro tipo de historias y de novelas... Por cierto, soy nueva seguidora, si te apetece pasarte por mi blog estaré más que encantada, y si te gusta lo que ves y quieres suscribirte, genial! Un saludo!
ResponderEliminarEste es uno de los títulos que tengo anotados para leer este otoño
ResponderEliminarCuriosa coincidencia
Besos
Hola Dorothy, un placer conocer tu blog. Soy de Argentina, devoradora de libros también (tanto que de ellos he hecho mi profesión, soy profe en Letras). Esta obra que hoy reseñas, no la conocía y me ha encantado lo que nos comentas. Me gusta la idea del viaje al pasado que propone Hardy y si está bien narrado me creo todo lo que me dice y sufro con estas mujeres. Abrazo y te invito a que conozcas mi blog cuando te apetezca así nos leemos.
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