Los veinte malos caminos de 'El niño nada'
Marta Torres Molina | Ibiza
'El Niño Nada', de Víctor Escandell, no se lee. En 'El Niño Nada', del ilustrador ibicenco, se entra. Y se intenta salir. Para ello hay que conseguir llegar a Ítaca, el final del libro, cuyo camino no discurre página a página. Es un poco más complicado. Hay 21 posibles recorridos, pero sólo uno es el bueno, mejor dicho, el que conduce al final. El resto llegan a un punto muerto –«game over, c'est fini»– en el que al lector no le quedará más remedio que desandar lo andado (desleer lo leído) para recuperar el camino bueno y tomar las decisiones correctas. Porque eso es lo que tiene que hacer el lector: escoger.
Los que fueran niños en los años 80 reconocerán en seguida la estructura de los libros 'Elige tu propia aventura', de Timun Mas. En ellos se ha inspirado Escandell, que pasó horas de su infancia y adolescencia con «aquellos libros azules y rojos». Eso sí, hay algunos cambios. El ibicenco, que trabaja en Barcelona, ha dedicado mucho tiempo a buscar la fórmula para que el lector que escoja uno de los caminos erróneos pueda volver atrás.
El ibicenco ha invertido los viernes –«y algunos sábados y las vacaciones»– de los últimos cinco años en dar forma a 'El Niño Nada. Aventuras sin límite de un tipo limitado'. De lunes a jueves se dedica a los encargos, pero los viernes «desde siempre» se los ha dedicado a él. A desarrollar sus propios proyectos. A esbozar lo que le gusta. A imaginar sus propias historias. A escribir y dibujar sin más censura que la autocensura. Y sin saber siquiera si, una vez acabados, se publicarán.
La estructura de este último libro responde a la necesidad de Escandell de no aburrirse: «Seguir durante tanto tiempo con un mismo estilo me mataba y esta historia me permitía que cada ilustración fuera diferente». Sólo hay que echar un vistazo a las 150 páginas del libro para comprobar que en ellas conviven ilustraciones dulces, oscuras, realistas, tiernas, crudas, dantescas, naif, coloridas, en blanco y negro... (seguir leyendo)
Nunca me gustaron los libros de Elige tu propia aventura. Será que muy aventurera no soy... Pero este libro desde luego llama la atención, con sus ilustraciones, tan distintas, tan intensas... Tendré que echarle un vistazo.
ResponderEliminarBesotes!!!
Margari, a mí me gustaban como divertimento, no como lectura. Y prefería unos que se llamaban 'La máquina del tiempo', de Timun Mas, que sólo tenían un camino correcto que debías ir adivinando y sólo acertabas si sabías de historia. Víctor es un ilustrador fantástico y, además, tiene unas ideas y una forma de narrar fabulosas. Vale mucho la pena.
EliminarBesines
Era un desastre eligiendo aventura, tenía que repetir muchas veces hasta llegar a un final que me gustara. De hecho el que tenía esos libros era mi hermano, yo les cogía manía pero era cuestión de orgullo y repetía lo que hiciera falta.
ResponderEliminarMe apunto este libro para mirar en la librería (habrá que rebuscar). Y probaré suerte a ver si ahora se me da mejor.
¡Vivan los viernes!
Un besote, Marta.
Jajajaja Norah... A mí me gustaban para divertirme. Jugaba a conseguir el máximo posible de finales diferentes. El libro es una pasada, te puedes pasar horas mirando los detalles de cada una de las páginas que, además, son grandes. Ya te advierto de que es complicado, pero si necesitas una chuleta, no se lo digas a nadie pero la tengo.
EliminarUn besazo