'El exótico hotel Marigold', una delicia en Jaipur

Mucho antes de ver el tráiler sabía qeue quería ver esta película. Sólo necesité ver el cartel (hace ya unos meses) para desear que llegara el día del estreno de 'El exótico hotel Marigold', de John Madden. La historia, un grupo de personas mayores británicas que deciden hacer de la India su lugar de retiro, me atraía (sobre todo por los actorazos que los interpretan), pero lo que de verdad quería era volver, aunque sólo fuera a través de una pantalla de cine, a la India, un maravilloso y durísimo país que me enamoró, un país que se  me metió dentro y que sé que ya no saldrá nunca. La película muestra cómo siete ancianos viajan a Jaipur, al hotel Marigold, pensado para residentes de la tercera edad que buscan un lugar de retiro exótico, cálido y más económico que, por ejemplo, la Costa Brava. Pero la India es la India y nunca nada es como uno espera. Para bien y para mal. El establecimiento aún no está acabado y el dueño y director, el joven Sonny, necesita más ayuda de la que pensaba en un principio para ponerlo en marcha. Cada uno de los siete afronta la India de una manera diferente: recuperando recuerdos de infancia, descubriendo una nueva vida, enfrentándose a sus miedos y prejuicios, buscando una aventura, cerrándose en banda... Todo ello en ese tono agridulce que tan bien dominan los ingleses, en el que ríes y lloras casi al mismo tiempo. A pesar de las expectativas (muy altas) y de las ganas (muchas), difíciles de cumplir, 'El exótico hotel Marigold' no me ha decepcionado. Todo lo contrario. Es una película deliciosa. Es bonita. Es interesante. Es emocionante. Es luminosa. Es rítmica. Es divertida. Es triste. Es cruda. Es esperanzadora. Te hace creer en las segundas (y terceras y cuartas y...) oportunidades, en que la vida es vida hasta el último suspiro, en que no hay una edad límite para empezar de nuevo y afrontar los sueños. Como repite constantemente el joven Sonny: "Al final todo sale bien y, si no sale bien, es que no ha llegado el final".