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Copyright: Marta Torres |
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Desde pequeña me fascinan los arcoiris. Creo que la culpa la tiene un cuento infantil que leí y releí y que aún hoy, no sé cómo, conservo. A punto de la desintegración, eso sí, de tantas veces que lo tuve en las manos para volver a soñar con la leyenda de los indios americanos que explica que los pájaros eran todos grises hasta que un día de lluvia jugaron deslizándose por los colores del arcoiris y sus plumas se llenaron de colores. Años más tarde, en clase de Naturales, nos explicaron la ciencia de los arcoiris. Recuerdo que cerraba los ojos por si acaso lo que contaba Àngels era incompatible con los pájaros grises embadurnándose de colores. Los años, y alguna década, han pasado, pero sigo quedándome embobada cada vez que veo un arcoiris, especialmente si son como éste con el que hace pocos días me tropecé delante de casa. Había dos, pero creo que el más débil lo desgasté de tanto mirarlo con los ojos entrecerrados, buscando los pájaros grises llenando sus plumas de colores.
Ojalá pudiésemos creer siempre en esos maravillosos cuentos de pájaros de colores, verdad?
ResponderEliminarBesines, Dorothy!
¡Verdad! Por suerte estos momentos de naturaleza te hacen creer en ellos por unos instantes.
ResponderEliminarBesos, Carmen
Precioso espectáculo visual el de "el arco iris". Casualmente, este invierno tomé unas fotos para dedicarle una entrada...
ResponderEliminarLos pensamientos bellos no deben abandonarse, no son ciertos o falsos, son necesarios. Es alucinante la sensación de alegría y seguridad que nos transmite este fenómeno, y todavía mayor el de esperanza... Después de las tormentas vuelve a salir el sol.
"Tu haces que la vida se me vuelva de colores"
Emotiva entrada, Dorothy! Un beso Plastidecor.
Cuando era niña imaginaba que si conseguía llegar al principio del arcoiris seguramente encontraría un mundo extraordinario y me quedaría a vivir allí. t
ResponderEliminarTodavía no he encontrado ese inicio, pero no pierdo la esperanza.
Hermosa entrada, Dorothy
Besotes.
preciosa la historia de los pájaros grises !!La verdad es que los arco iris a mi también me encanta ,siempre me pongo super feliz cuando veo uno !!!
ResponderEliminarUn beso :)
hola acabo de aterrizar en tu blog a traves del de Daviblio y me parece muy interesante, a mi tambien me encanta la lectura, asi que con tu permiso te sigo, jeje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Daviblio, espera que me ponga a la Gran Orquesta Republicana para leer tu comentario...
ResponderEliminarYa está. Es verdad que el arcoiris transmite alegría. ¿Colgaste el tuyo en el blog? Ahora voy a mirarlo.
Besos que no se rompen, no se ensucian y se pueden borrar. ;)
Elysa, yo también pensaba eso, pero nunca pensé que se pudiera alcanzar. Yo lo imaginaba como una mezcla del país de los dibujos de los osos amorosos y tarta de Fresa. Hay que seguir pensando que es posible alcanzar ese principio, aunque es difícil.
ResponderEliminarBesazos
Ariamsita, te regalo la foto para que cuando necesites un poco de alegría puedas mirarla.
ResponderEliminarUn beso
Bichoraro, bienvenido, aunque como ves no sólo de libros vive este blog...
ResponderEliminarUn abrazo
Es que el arcoiris tiene algo de mágico, verdad? Qué suerte tienes de haber leído ese cuento tan bonito en tu infancia!
ResponderEliminarUn abrazo!
esos "de repentes" policrómicos, por muy negro que esté el cielo, son reconfortantísimos. pájaros de buen agüero.
ResponderEliminarLa verdad es que son estupendos. Hace un par de meses cuando llevaba al niño al cole vimos uno fantástico, hacía años que no veía uno tan grande y bien definido, no fuimos los únicos, al llegar al cole varias personas lo comentamos, y es que la naturaleza nunca deja de sorprendernos.
ResponderEliminarHola Dorothy, me ha gustado la historia del arcoiris. En Estambul ha llegado la primavera (o eso parece) pero por ahora aún no me he encontrado con ninguno. Un saludo, te seguiré leyendo.
ResponderEliminarZamarat, creo que la magia de los arcoiris es una de las pocas cosas en las que debe estar de acuerdo casi todo el mundo. Y sí, fue una suerte aprender a leer cuando aún había libros de lecturas en los colegios...
ResponderEliminarUn beso
Raúl, el negro hace que los colores sean más intensos.
ResponderEliminarTengo una curiosidad... ¿Qué musica le pondrías al arcoiris?
Sonia, eso demuestra que por muchas consolas, televisiones, ordenadores, facebooks y twitters que nos pongan delante la naturaleza siempre los supera.
ResponderEliminarUn beso
Hombrerrante, Estambul en primavera es preciosa. ¡Qué envidia! Es una de las ciudades más fascinantes en las que he estado. Seguro que antes del verano ves uno. Y si no... tienes taaaaaaantas vistas maravillosas ahí que no te vendrá de un arcoiris.
ResponderEliminarUn abrazo
Magnifica foto... gràcies per compartir-la.
ResponderEliminarHola!!! He compartido contigo un Premio de Primavera, puedes verlo en la última entrada de mi blog. Espero que te guste.
ResponderEliminarBuena semana!!!!!
Ricard, gràcies i de res.
ResponderEliminarSonia, me paso en un segundo, pero incluso sin verlo: Gracias, gracias, gracias, gracias...
ResponderEliminarNo solo te hace bien seguir creyendo en arcoiris y pájaros que pueden y deben cambiar sus plumas grises por 8 colores a cuál más bonito sino que haces bien en contagiarnos... mira... a mí me parece que he visto el arcoiris en tu entrada y también los pájaros... de colores, y me he llenado de felicidad, aunque he tenido que sujetarme porque desde que este verano pasado estuve en Irlanda, me creo que al final del arcoiris está el caldero con las monedas de oro y ... la verdad, sí ya sé que me vas a decir Dorothy que el materialismo está reñido completamente con los colores... pero qué lástima también el trébol de la suerte que es bien verde...je, je.... Bss...
ResponderEliminarMaei Cari, ¿cómo que el materialismo está reñido con los colores? Como alguien de Gucci te oiga...
ResponderEliminarPues mira, a mí eso de que al final del arco iris haya un caldero rebosante de monedas de oro me parece maravilloso.
Un besote