No entiendo por qué hace tiempo que no me tiemblan las piernas, que mis polillas no se convierten en mariposas. No entiendo por qué hace tantas madrugadas que no siento la necesidad de medir en cíceros ninguna espalda dormida ni de repasar con las yemas de los dedos un tatuaje palpitante. Me he abierto la piel, he apartado las costillas y le he preguntado un millón de veces por qué. Un millón de veces me ha contestado, desdeñoso, con su latido monocorde. Y de repente nos encontramos. Y me besas en la mejilla. Y se te olvida que ya no deberías acariciarme la nuca. Y me llamas como solo tú me llamas. Y enroscas un mechón de mi pelo en tu índice. Y entonces... Entonces, por desgracia, lo entiendo todo.
Encara que sembli mentida arriba i s'identifica de seguida, amb una sola mirada, una sola carícia.
ResponderEliminarHi ha una frase d'en Borges que diu: "Uno está enamorado cuando se da cuenta de que otra persona es única." En el moment en què veus a l'altre des d'aquesta perspectiva, saps que estàs enamorat i que l'estima no en necessitarà de grans construccions. Només necessitaràs estar.
ResponderEliminarMolt encertada, Cenicienta. Una sola mirada és suficient per copsar l'essència de l'enamorament.
Chiquilla, cómo nos ponemos cuando se acerca San Valentín!!jeje
ResponderEliminarBesotes, guapa!!
A veces pretendemos ponernos una coraza para no sufrir màs, pero llegado el momento... es imposible no sentir. Saludos
ResponderEliminarEncantador blog el tuyo, un placer haberme pasado por tu espacio.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Esos gestos tan mínimos son los que nos hacen entender...
ResponderEliminarBesotes
Y gracias por tu visita.
Glups.
ResponderEliminarSeren, un momento de bajón lo tiene cualquiera... Pero ya está.
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