Los libros de la vida de Joan Mayans
Mayans recuerda lecturas de muy pequeño. Los primeros recuerdos que tiene como lector son de los últimos años de la escuela (la EGB de entonces), cuando descubrió la colección ‘Elige tu propia aventura’, muy popular entre los niños y adolescentes de los años 80. Pudo comprar bastantes cuando, en sexto o séptimo curso, ganó en un concurso un vale de diez mil pesetas (60 euros) de la librería Hipérbole. También recuerda haber leído alguna historia de Julio Verne. «Pero el primer momento en que tengo conciencia de una lectura más ordenada y orientada fue en el instituto, con buenos profesores de literatura», explica Joan Mayans, que aprovechó la Navidad para presentar su novela (ganadora del Premio Pollença de Narrativa en 2019) en Ibiza.
En el instituto leyó ‘Martin Eden’, de Jack London, que no descarta releer. Sumergido en la historia de ese hombre humilde que llega a dejarse la vida para ser escritor fue la primera vez de Mayans fantaseó con dedicarse a escribir.
«Con Eduardo Mendoza descubrí que leyendo puedes reírte. Me había reído leyendo cómics, pero no literatura», explica sobre el momento en que devoró las páginas de ‘El misterio de la cripta embrujada’ o ‘El laberinto de las aceitunas’. En esa misma época también se adentró en el mundo de la distopía con George Orwell, Ray Bradbury y Aldous Huxley y en que la «política ficción» y el suspense de Frederick Forsyth lo mantenían despierto, pegado a las páginas «hasta las tantas». Le pasó con ‘Odesa’ y con ‘Los perros de la guerra’, explica Joan Mayans, que confiesa que aún hoy no sabe si en lo que explicaba en sus libros sobre la Guerra Fría «exageraba o se quedaba corto».
Al mudarse a Barcelona para estudiar se reencontró con Mendoza aunque fue una época de su vida en la que se centró en las lecturas de la carrera: «Me parecía que leer cualquier otra cosa era perder el tiempo». Entre la poca literatura que leyó, destaca ‘La ciudad de los prodigios’, que le pareció «la mejor forma de explicar Barcelona» y que le acompañó en el descubrimiento de la nueva ciudad en la que estaba viviendo y que le plantó delante a Mendoza «en todas las dimensiones».
Un libro que lo marcó «como persona» fue ‘Crónicas del ángel gris’, de Alejandro Dolina. «Fue un zarandeo muy bestia», explica Mayans, que detalla que no se trata de una novela sino, más bien, de «narraciones empalmadas» que plantean la dicotomía entre los llamados Hombres Sensibles y los Refutadores de Historias. «El estilo es fantástico», apunta el escritor, que con ‘Oración por Owen', de John Irving, se encontró con el mejor libro que había leído nunca. «La estructura, el ritmo... Es absolutamente único. Brutal», indica Mayans, que en los últimos años, coincidiendo con su mayor dedicación a escribir, ha tratado de leer «de forma más ordenada», convirtiendo la lectura «en una forma de aprender». «Escribir y leer, para mí, van de la mano», afirma. Con este planteamiento de la lectura confesa que disfrutó mucho de ‘Una vacante imprevista’, de J. K. Rowling, por la forma en la que es capaz de «crear una comunidad». «Fue un curso de literatura acelerado», añade Mayans, a quien esto no le sorprendió porque está rodeado de pottermaníacos y sabe de lo que es capaz la escritora: «En vez de ambientado en Hogwarts lo está en un pueblo del Reino Unido donde juega con una docena de personajes. Te sumerges en la narrativa, cada personaje oculta algo. Y la estructura... Te atrapa de una forma bestial».
Precisamente sobre estructura aprendió y disfrutó con ‘Las voces del Pamano’, de Jaume Cabré, compleja (aunque no tanto como su ‘Yo confieso’). Y esta sensación de «desordenar las piezas para que tú las montes» la tuvo con ‘La mort lenta’, del jovencísimo (24 años) Xavier Mas Craviotto, que no sólo le impactó muchísimo: «Es magnífico, muy corto, con una mirada absolutamente podrida de la vida que te cuesta entender que pueda tener un autor tan joven».
El libro que más le ha motivado para escribir, espoleado, el que le marca un reto, el que le provoca y le mueve ha sido ‘Primavera, estiu, etcètera’, de Marta Rojals. «Te hace un clic en la cabeza, te cambia la forma de mirar y la forma de vivir», afirma Mayans, que confiesa sin problema que sintió auténtica «envidia» por quien había sido capaz de escribir aquello. Especialmente el capítulo once: «Lo leí varias veces, es antológico».
De hecho, venció la vergüenza que siente de hablar con otros escritores y le escribió a Rojals para explicarle que aquel capítulo había sido un detonante, una palanca. Rojals, extremadamente celosa de su intimidad, le contestó: «Me dijo que para ella también era un capítulo especial porque al terminarlo supo que acabaría el libro». Él se ofreció a enviarle un ejemplar de su libro, pero ella le dijo que no, que lo compraría, que los escritores se tienen que ayudar entre ellos. Mayans quedó «muy contento» con aquella conversación. No sabe si la escritora catalana ha comprado finalmente ‘El futur no és el que era’. Quién sabe si lo tendrá ya en su biblioteca. Abrazado por dos libros de escritores de la letra M.
Hola. Excelente crónica de una vida literaria contada a través de las lecturas. Me ha gustado mucho el recorrido pero cada vez que te leo un artículo de estos echo de menos leer una historia tuya. Yo no pierdo la esperanza.
ResponderEliminarBesotes, Dorothy Pulitzer
Norah... Ains... Hace años, en la crisis del 2008, asumí que si prescindían de mí sería mi oportunidad para dedicarme a la artesanía (hago unos cestos, unos gorros y unas alfombras estupendas) o a la cocina y escribir, algo para lo que ahora no es que no tenga tiempo, es que no tengo cuerpo, cuando acabo de trabajar lo último que me apetece es volverme a sentar frente al ordenador. Algún día... Quién sabe...
EliminarUn besote, preciosa.
Me ha encantado este repaso por la vida literaria del autor. Al que no conocía, por cierto. Así que gracias por esta fabulosa presentación.
ResponderEliminarBesotes!!!
Margari, pues si lees en catalán te recomiendo su novela, 'El futur no és el que era', que se lee en un par de tardes.
EliminarUn besazo.
Hasta que, según lo que cuentas, Mayans llegó a Barcelona, prácticamente leyó todo lo que yo leía. A partir de ahí, no me suena nada. Eso sí, de Eduardo Mendoza no me pierdo ni una.
ResponderEliminarBesazos
Cuando se habla de literatura, se comparte y eso me deja obnubilada y ya no puedo pensar en otra cosa.
ResponderEliminarBuenas! Me he topado por casualidad con tu blog y me encanta, así que me quedo por aquí. Me gustaría que te pasaras por mi blog, ya que soy una escritora novel que acaba de sacar a la venta su primer libro y cualquier ayuda se agradece. Por eso mismo, si tuvieras interés en reseñar mi libro, te puedo mandar una copia en digital.
Muchas gracias de antemano.
Besos!