Del #hermanayotecreo al #estánentodoslosputossitios





No voy a repetir ninguna de las barbaridades que le han dicho a Paula Bonet por este comentario. Sería darle altavoz a toda una cohorte de cafres (hombres y mujeres), ejemplares humanos que nos hacen entender por qué las mujeres estamos en la situación en la que estamos y por qué esta lucha ("esto es una guerra", como dice mi admirada Irantzu Varela) es importante y va a ser larga. Sólo hay que ver el acoso que está sufriendo la artista, que siempre ha hecho bandera del feminismo, para darse cuenta de lo necesario que es seguir, apoyarnos, no dejarnos amedrentar y avanzar, aunque los pasos sean pequeños y nos pongan muchas zancadillas, hacia la igualdad. Porque ahí está la clave. Si Paula Bonet fuera un hombre, ¿se le habrían echado encima como lo han hecho? No necesito pensarlo ni un segundo para contestar: NO.

Paula Bonet no dice nada que no sea verdad. Sólo en España violan a una mujer cada ocho horas. No lo digo yo, lo dice Dolores Cidoncha, que trabaja desde hace más de veinte años en prevención y atención a víctimas de agresiones sexuales en la Comunidad de Madrid. Una cada ocho horas. Una por la mañana, mientras desayunamos. Otra a la hora a la que muchos se echan la siesta. Y la última a medianoche, mientras muchos violadores se van a dormir tranquilos y calentitos. Todas conocemos a alguna mujer a la que han violado. Conocemos su dolor, el sentimiento de vergüenza que todas comparten, el miedo, las noches sin poder pegar ojo, cómo, cuando no lo cuentan, se las come por dentro y cómo, cuando lo hacen, las fieras las devoran por fuera. Si no conoces a ninguna mujer que haya sufrido una violación revísate la lengua. Igual conoces no sólo a una, sino a varias, pero seguramente hayas hecho comentarios que las hayan hecho pensar que antes se tragan la lengua que confiar y explicártelo. Comentarios como los que hemos tenido que oír sobre la víctima de la manada desde que, valiente, se atrevió a denunciar, hacen comprensible que muchas de las mujeres renuncien a denunciar. Porque cuando lo hacen son ellas las juzgadas. Más que sus agresores.

Paula Bonet no dice nada que no sea verdad. Todas nos hemos sentido en peligro alguna vez. Todas hemos vivido situaciones de las que hemos salido intactas porque había gente alrededor, porque hemos llamado por teléfono, porque nos hemos refugiado en un bar abierto. Físicamente intactas, porque hay momentos, miradas, comentarios, escenas y olores que, aunque han pasado los años y no nos llegó a pasar nada, siguen poniéndonos los pelos de punta y un puñal en el estómago cuando los recordamos. Y sí, como bien dice la autora de 'La Sed', están "en todos los putos sitios". Todos (todos y todas, insisto) los que llevan desde el día 21 acosándola en redes sociales están más preocupados por un comentario que por el hecho de que cinco violadores estén en la calle, disfrutando de una libertad que, a su manera, se le ha privado a la víctima desde el primer día. Y no son cuatro gatos. Ésos, como los violadores, "están en todos los putos sitios". Y la sentencia de la manada, primero, y su libertad, ahora, les han dado alas. Están envalentonados. La (in)justicia los ha sacado de las cavernas y se sienten poderosos. Como los violadores. Por eso estamos en pie de guerra, porque hemos confirmado que la venda con la que la justicia se cubre los ojos no es para ser imparcial, sino para no ver lo que quienes la imparten no quiere que vea.

Paula Bonet no dice nada que no sea verdad. Y sus acosadores no hacen más que alimentarnos. Cada comentario nos hace más fuertes. Cada insulto nos une más. Cada mentira nos da más ganas. #hermanayotecreo y, efectivamente, Paula, #estánentodoslosputossitios.

Comentarios

  1. Lo que pasa es que aquello de lo que no se habla, aqui no pasa... No nos gusta poner el dedo en la llaga, pero nadie tapa el sol con un dedo...

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    1. Emma, algunos estaban muy bien con todas nosotras calladitas y tragando, pero me da que esto ya no tiene vuelta atrás.

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  2. Pasa que la verdad duele y más de uno se ha dado por aludido... A mí también me da que ya no hay vuelta atrás. Que ya estamos hartas de estar calladas. Que ya no nos va a callar nadie. Ahora hace falta que nos escuchen.
    Besotes!!!

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    1. Margari, demasiados aludidos, diría yo. Da miedo que tantos hombres se hayan sentido aludidos.

      Besines.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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