'¿Qué tal el dolor?', cuando necesitas un tonto que te ayude a suicidarte
El final de esta historia está al principio. Simon, un hombre de edad avanzada se suicida en su habitación de un balneario donde parece estar pasando unas vacaciones. Después de molestarse porque una moto de dos tiempos le despierta de madrugada, de darle un bocado decepcionante a una manzana que se guardó tras la última cena, de ducharse, de afeitarse y de ponerse ropa limpia se ata al cuello una cuerda blanca con los extremos rojos y espera. Espera a Bernard, el joven atontolinado que le dará la patada definitiva a la silla sobre la que está subido. Porque él... Él no se atreve. Tiene clarísimo lo que quiere hacer, está decidido, pero no tiene el valor suficiente para esa patada definitiva. Así que ahí está, esperando escuchar los pasos de Bernard que, como una cuenta atrás, le anunciarán su final. Un principio tan impactante que no te permite dejar de leer '¿Qué tal el dolor?', una historia de Pascal Garnier que sorprende por el tono un tanto cómico que va adoptando así como avanzan las páginas. Y es que Bernard, el hombre al que le encarga poner fin a su vida, no es un sicario ni un profesional. Ni siquiera es alguien espabilado, con iniciativa. Tampoco un hombre con un punto macarra o que haga intuir que algo turbio se esconde en su interior. Nada que nos pueda hacer pensar que es capaz de acabar con la vida de alguien de forma premeditada. De hecho, es un joven bastante bobo que aún vive atado a las faldas de su madre alcohólica, que tiene una idea absurdamente romántica de la vida y que no duda en creerse un príncipe salvador de mujeres en apuros (bueno, de una mujer en apuros y su bebé) mientras acompaña a Simon, que le ha contratado como chófer, en su último viaje y su última aventura. Eso sí, el recorrido en un coche de lujo por el Sur de Francia no es el que el anciano, enfermo pero con una importante misión que cumplir aún, esperaba, ya que Bernard acaba convirtiéndolo en algo mucho menos íntimo de lo que él esperaba. Se lee de un tirón. Sin pausas. Con algunas risas.
"Quizá por haber dormido demasiado tiempo junto al cuerpo helado de su madre o bien por culpa de la humedad omnipresente, el caso es que Bernard está hecho polvo, molido, moqueando y con la cabeza embotada. ¿Qué les pasa a estos viejos, que quieren todos cargarle a él con el trabajo sucio?".
Título: ¿Qué tal el dolor?
Autor: Pascal Garnier
Editorial: Alba
Colección: Novela negra
Traductora: Isabel González-Gallarza
Páginas: 160
Precio: 16,50€
Procedencia: biblioteca del trabajo
Me ha recordado a la escena de "El abuelo" cuando van al precipicio y el profe le pide que lo empuje.
ResponderEliminarTengo especial debilidad por las historias en los balnearios. A parte de eso, el libro que traes hoy me parece curioso. Me lo apunto para cuando me apetezca salir del camino llano.
Ahora me voy al cine con Lorenzo a ver La rusa.
Besos Dorothy Fernán Gómez
Norah, antiguamente, en la tradición inuit, los mayores, cuando se convertían en una molestia para su familia en ese duro entorno pedían a la persona a la que más querían que les acompañara a su último paseo. Supongo que es una idea que está ahí, casi un tabú, de hecho, mira cuánta polémica genera la eutanasia. El balneario apenas sale, para novela de balneario te recomiendo 'El balneario de Battle Creek', despiporrante. Disfrute usted con Lorenzo. Y tenga cuidado.
EliminarBesos
Este tipo de libros siempre me caen bien. Ya de entrada el título me sugiere que me va a gustar y con ese inicio entiendo que sea lea del tirón. Me lo llevo! Besos
ResponderEliminarMe gusta... me lo llevo, no lo conocía =)
ResponderEliminarBesotes