El fuego que todo lo une
Un grupo de desconocidos. Árboles. Unos bancos de más de cien años. Queso. Carne asada en las brasas. Una yegua embarazada. Café de caldero. Risas. Un tronco más al fuego. De repente alguien saca un álbum de fotos antiguo. Lo coge como un tesoro de cristal y lo pone en tus manos. Imágenes de los años 40 llenas de hombres que desconocían la camiseta y llevaban sombrero y mujeres de peinados perfectos que miran conquetas a la cámara mientras pasean cogidas del brazo, como si fueran la versión ibicenca de 'Las chicas de la Cruz Roja'. Las risas provocadas por las hierbas en las que han bañado el flan suben de volumen al fondo de la sala mientras el papel de cebolla te descubre nuevos recuerdos en blanco negro de los antepasados de unos desconocidos a los que te ha unido el fuego de una chimenea en la época del aire acondicionado. De mayor, quiero una casa con chimenea.
Miras el fuego y quedas hipnotizado. Tal vez ese fuego sea esa curva temporal cerrada que describe un universo lleno de un fluido perfecto en rotación. El fuego de tu chimenea le dice al espacio-tiempo como curvarse y éste le dicta a tus emociones cómo moverse. Tal vez, algún día, yo también tenga una chimenea en la que curvar el espacio-tiempo.
ResponderEliminar¿Casa con chimenea? Sé de una que está en desuso, igual te vale para una escapadica... Tienes razón, no hay nada como abrir un viejo album y tratar de descubrir caras conocidas entre los rostros rejuvenecidos de nuestros ancestros... Antes, cuando mis abuelos existían, eran ellos quienes ponían nombres a las caras. Ahora me da pena pensar en la de veces que tuve que haber puesto una grabadora encima de la mesa de aquel entrañable comedor...beso
ResponderEliminardesuso, cerca de Lisboa
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