Holmes y Watson, pura química
Ansiosa estaba ya por ver el duelo Downey Junior-Law en 'Sherlock Holmes'. La habían estrenado el viernes y dos días después todavía no había pasado por el cine. Descubrí al detective creado por Conan Doyle a través de la serie de dibujos en la que todos los personajes (desde Lestrade a Moriarty) eran perros en esa preadolescencia en la que se me despertó un voraz apetito lector. Leí casi todas las aventuras del habitante del 221b de Baker Street y ya entonces caí rendida a los pies de la singular pareja formada por Holmes y Watson. Era prácticamente lo único que me interesaba de la versión de Guy Ritchie. No me importaban los neblinosos y oscuros decorados, ni las frenéticas aventuras, ni siquiera el perfecto vestuario inglés de tweed, tirantes de cuero y favorecedores sombreros. Sólo ellos dos. Holmes y Watson. El impulso y el cerebro. El genio y la lealtad. Downey Junior y Law. Ninguno de los dos podría estar mejor, pero Robert Downey Junior está insuperable. Gracioso e histriónico en su punto justo. Un gentleman con un toque del doctor House y otro del Ichabod Crane de Johnny Depp al que Jude Law da la justa réplica del amigo prudente, aventurero a la fuerza por lealtad. Miradas y medias sonrisas que traspasan la pantalla. Pura química sin ambigüedades. ¡Quién fuera Irene Adler…!
Comentarios
Publicar un comentario
Comenta, habla, opina, grita, chilla, susurra...