Un cuento, dos libros, tres rosas
Tres rosas, dos libros: No me esperaba ninguna rosa para Sant Jordi. Y no hablo de rosas con significado, sino de ésas que alguien te regala porque sí, sólo porque es Sant Jordi y estás cerca. Así, no es de extrañar la ilusión con la que recibí las que Ben me puso frente a los ojos con un “for you”. Una enorme y roja, una mediana y rosa y una pequeña, apenas un capullo, encarnada. Las tres, recién cortadas por Alba en su jardín, habían presidido la mesa en la que presentó su último ( y magnífico) poemario: 'Memoría'. Todavía huelen. Y huelen de verdad, sobre todo la roja. Huelen a rosas auténticas. Podrías cerrar los ojos y saber que jamás han pasado por una cámara frigorífica, ni les han cortado los tallos para que sean más esbeltas, ni les han quitado los pétalos menos hermosos… Así son mis tres preciosas rosas de Sant Jordi que, hasta que los devore, hacen compañía a los dos nuevos libros que no caben en casa. A las diez de la mañana ya tenía en mis manos 'Ni de Eva ni de Adán', de mi adorada Amélie Nothomb, que me obliga a cerrar los ojos cada vez que paso por delante. Es la única manera de no devorarlo en plan aquí te pillo. Quiero tiempo. Pasadas las diez de la noche una gran amiga, que me conoce mejor que yo misma, me regalaba (siguiendo la tradición que mantenemos desde hace años) el libro que quería y del que, pobrecito, me había olvidado por culpa de la Nothomb. Por suerte ella no se olvidó y la noche más noche de Murakami espera su turno para salir de la montaña de libros pendientes.
Un cuento:
—Cariño, ¿cuántos años llevamos juntos?
—…
—Es que me lo preguntan para una encuesta de refrescos.
—Mira la estantería.
—¿Cómo?
—Mira la estantería. ¿Cuántos libros hay?
—Un, dos, tres… siete.
—No me cuadra. Tiene que haber más.
—…
—¿Has mirado detrás de la puerta de la entrada?
—¡Ah! Es verdad. 'El corazón de las tinieblas'. Está ahí de tope. Y… ¿no teníamos otro rellenando el hueco de detrás del váter?… ¡Ajá! 'Los viajes de Gulliver'. Tenemos una fuga de agua. Está un poco mojado. ¡Nueve! Tenemos nueve libros!
—Pues llevamos nueve años juntos. Bueno, diez, que hoy es Sant Jordi y la mesa está coja.
roses sense passar per la nevera,,, el millor regal.
ResponderEliminarme gusta tu cuento y casi he podido oler las rosas.
ResponderEliminarLa verdad es que me ha costado mucho quitarlas a pesar de que ya no les quedaba ni un pétalo. ¡Gracias guapa!
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