El hereje, de Miguel Delibes
'El hereje', de Miguel Delibes | @martatorresmol |
Hace unos meses, una mujer que asiste a un club de lectura me dijo que una novela de Noah Gordon (no me preguntéis cuál, no me acuerdo) le había recordado a 'El hereje', de Miguel Delibes. Me sorprendió. Y me quedé dándole vueltas a esa idea. Había leído 'El hereje' hacía mucho, cuando aún iba al instituto y tuve una época en la adolescencia en la que tras leer 'El médico' (había visto a mi padre ventilárselo en dos tardes) devoré todo lo que había de Gordon en la biblioteca de casa. Habiéndolos leído a los dos no tenía la sensación de que tuvieran alguna similitud, pero... Tengo en cuarentena muchas de las lecturas que hice en la adolescencia y la preadolescencia. Leía muchísimo, lo que me llamaba la atención de aquellas enormes estanterías a reventar de libros. Muchos de los títulos, comprendí, con los años, debería haberlos leído un poco más adulta. O más madura. Con más vida a mis espaldas. Más piedras en la mochila. Más viajes en el alma. Más tiritas en el corazón. Más arrugas en las fronteras de los ojos. Más...
Unos meses más tarde, en la misma librería en la que me la había encontrado, en el maravilloso rincón de los libros de segunda mano me encontré una edición de 'El hereje'. De las que me gustan. Tapa dura. Sobrecubierta. Tira trenzada de hilo para marcar las páginas. De 1999 (un año después de que Delibeslo publicara). Y nuevo. Apuesto mi templo hindú para dioses literarios a que ese libro no se había leído jamás. Creo en las señales, así que me lo llevé. Y no pasó siquiera por ese purgatorio que es la siempre creciente montaña de libros crecientes. Entiendo lo que quiso decir aquella lectora de la librería, pero no. Hay años luz de diferencia entre Delibes y Gordon. Gordon te lleva en tren por sus historias. Las ves a través de la ventanilla, las entiendes, te emocionan, te gustan. Llegas a la última página y te bajas del tren. Delibes te pasea a pie por sus páginas. En burro. O, como mucho, a caballo. Te metes en la historia, conoces a los personajes, los hueles, te manchas los pies de barro, te mojas cuando llueve. Cuando llegas al final del camino. Cuando te bajas del burro o, incluso, del caballo, te duele todo. Cansada, pero feliz.
'El hereje' comienza en barco. En mitad del mar en el siglo XVI. En un barco en el que el protagonista, Cipriano Salcedo, no lo pasa bien. No es por las olas ni porque se maree ni por los olores de la vida abordo. Es por el cargamento que lleva. Unos libros prohibidos por la iglesia católica que le pueden suponer un problema con el Santo Oficio. Justo en el momento en que avistan el puerto y Cipriano respira tranquilo al ver a su criado esperándole, como habían quedado, Delibes nos hace dar una voltereta hasta la Valladolid de unos años antes, la de 1517, el año en el que Lutero desencadena el cisma de la iglesia católica y el año en el que nace Cipriano Salcedo. La novela recorre de forma magistral la vida de ese niño (los problemas del parto de su madre, su relación con su nodriza, el desapego de su padre, el descubrimiento de la fe, los años como estudiante, el éxito empresarial, la obsesión por una mujer, el noviazgo con otra, el enamoramiento final de una tercera, las dudas sobre el camino de esa fe, las intrigas...) hasta que es adulto mostrando (y uso este verbo porque de verdad lo ves) cómo funcionaba la sociedad de la época. Cómo se expresaban o escondían los sentimientos, la relación entre los integrantes de las diferentes clases sociales, la forma en la que se vivía acorde a lo que estaba bien visto, los problemas que podía suponer no ajustarse a lo establecido, el miedo a lo que podía hacer la iglesia si te apartabas del camino marcado, la valentía de quienes intentaban ir más allá, los riesgos y la aventura de militar fuera de los dogmas, la doble moral, los tratamientos médicos... Sencillamente, fascinante.
"El 'Hamburg', una galeaza a remo y vela, de tres palos, línea enjuta y setenta y cinco varas de eslora, dedicada al cabotaje, rebasó lentamente la bocana y salió a mar abierta. Amanecía. Se iniciaba el mes de octubre de 1557 y la calima sobre la superficie del mar y la estabilidad de la nave presagiaban bonanza, una jornada calma, tal vez calurosa, de sol vivo y suave viento del norte. Era el 'Hamburg' un pequeño barco de carga, dotado con cincuenta y dos marineros, al que su capitán, Heinrich Berger, con un agudo sentido de la economía personal, superponía en el buen tiempo dos pequeñas tiendas de campaña sobre las cuadernas de toldilla para alojar a cuatro posibles pasajeros de confianza, mediante un módico estipendio.
En la primera de estas tiendas, viniendo de proa, viajaba ahora un hombre menudo, aseado, de barba corta, al uso de Valladolid, de donde procedía, tocado de sombrero, con calzas, jubón y ropilla de Segovia, que, acodado en el pasamanos de babor, oteaba con un anteojo el puerto que acababan de abandonar."
Título: 'El hereje'
Autor: Miguel Delibes
Editorial: Destino para Círculo de Lectores
Páginas: 430
Precio: 3€
Procedencia: librería segunda mano
¡Hola! Pues sí parece realmente fascinante esta novela del maravilloso Delibes (de jovencita me leía todo de él, aunque "El hereje" creo que no lo he leído). Yo he leído a ambos (a Gordon y a Delibes) y la verdad es que opino como tú, nada que ver
ResponderEliminarUn beso
Marian, lo es. Fascinante y muy interesante. Me ha dado pena tras leer esta novela darme cuenta de que lo he tenido un poco olvidado, después de éste de adolescente y 'Los santos inocentes', que también leí en aquella época y que me impresionó. Entiendo que esa mujer lo decía por el tema de la religión, la huida, la prisión... Pero ya está.
EliminarBesines.
Yo leí El Hereje hace mucho pero no me gustó demasiado. En cuanto a El médico debo ser de los pocos casos que no fue capaz de llegar ni a la mitad, al no atraerme nada lo que estaba leyendo. Pero bueno, sobre gustos no hay nada escrito. Besos!
ResponderEliminarPues no veo mucho parecido entre ambos autores. El hereje lo leí cuando salió, hace ya años y recuerdo que me gustó mucho. Es de esos libros que me gustaría releer.
ResponderEliminarBesotes!!!
Uno de mis libros favoritos y que fue de los primeros que me convirtieron en lectora junto con Nada de Carmen Laforet es uno de Delibes, El camino. Adoro esa historia. Y como dices tú, hay libros que exigen cierto recorrido vital previo, una madurez, un poco de callo. No fue el caso del Camino en su día pero ahora me da miedo releerlo.
ResponderEliminarNo leí nada más del autor. Pero siempre me sentí amiga de Daniel y me dio pena despedirme de la niña de las pecas.
Así que creo entender la forma en la que has vivido el Hereje. Pero no sé, no lo veo ahora para mí. No es momento para ese viaje.
Besitos, Dorothy Melville
Hay que volver a leer a los viejos maestros, Delibes, Torrente Ballester, Carmen Laforet. Será como la máquina del tiempo. Volver a vivir las emociones de entonces, cuando los leí. En cuanto acabe los mil libros que tengo pendientes, me pongo a ello.
ResponderEliminarBesazos