'Ritos funerarios', la última decapitada de Islandia
'Ritos funerarios', Hannah Kent. | @martatorresmol |
Hipnótica. "Dicen que debo morir...", empieza ella, Agnes, y ya no puedes parar. Sabes que Agnes no es sólo un personaje de novela, construido palabra a palabra, gesto a gesto, silencio a silencio. No. Sabes que Agnes, esa mujer que espera que el hacha del verdugo caiga sobre su blanco cuello, es real. Fue real. Existió realmente. Sabes que la historia que teje Hannah Kent en 'Ritos funerarios' es la de Agnes Magnúsdóttir, la última mujer decapitada en Islandia. Su belleza, su carácter frío, sus silencios... No juegan a favor de Agnes, criada de un famoso curandero, condenada, junto a otra criada y un joven del pueblo, por el brutal asesinato de su amo y de otro hombre. Agnes es una asesina, una mujer peligrosa, una alimaña... Eso es, al menos, lo que cree la gente. Y eso es también lo que piensan los Jónsdóttir, horrorizados, cuando el comisionado de la región les comunica que deben acoger en su casa a Agnes hasta que llegue la hora de su ejecución.
Los Jónsdóttir, a pesar de que su casa de turba se cae a pedazos, de que es pequeña, de que tiene dos hijas adolescentes que compartirán habitación con la rea... no pueden eludir la orden. Un rechazo y un fastidio que comparte su mujer, Margrét, y que le dan la bienvenida a Agnes cuando llega al pegujal y la badstofa que serán su última morada. Maniatada. Tratando de mantener el equilibrio sobre un caballo. Con la roña de meses pegada a la piel. Con las calzas llenas de orín. Es un cadáver. Respira. Siente dolor. Miedo. Frío. El corazón le late con fuerza. Pero es un cadáver. Todos son conscientes de ello. Ella también. Es un cadáver con tiempo para pensar. Para explicarse. Para reencontrarse con aquellos que, en esa vida anterior a ser la ramera y la más temible asesina de Islandia, en algún momento la trataron con cariño. Con respeto. Con misericordia. Aunque no reconozcan en esa mujer aparentemente fría, a aquella adolescente que sonreía para agradecer favores. Ese camino, de la presunta asesina a la mujer, del cadáver que respira al cuerpo inerte tendido junto al hacha ensangrentada del verdugo, es hipnótico. Agnes es una Sherezade que, encuentro a encuentro con el párroco encargado de preparar su alma para la ejecución, desgrana su vida, su relación con el curandero y, sí, qué pasó la noche en la que ambos se convirtieron en cadáveres. Él, envuelto en sangre. Ella, atenazada por los grilletes. Pero eso, qué pasó realmente aquella noche, es lo de menos. Porque lo único que te apetece es que Agnes, la de la roña, la ramera, la de mirada inquietante, siga con su relato. "Dicen que debo morir..."
"Dicen que debo morir. Dicen que le robé el aliento a unos hombres y que ahora ellos deben robarme el mío. Supongo, entonces, que todos somos llamas de vela, brillantes de grasa, parpadeando en la oscuridad y en el aullido del viento, y en la quietud de la habitación escucho pisadas, pisadas espantosas que se acercan, que vienen a apagarme y a sacarme la vida del cuerpo en forma de corona de humo gris. Me fundiré con el aire y con la noche. Nos apagarán a todos, uno a uno, hasta que quede únicamente su luz, bajo la que se ven ellos. ¿Dónde estaré yo entonces?
A veces me parece verla otra vez, la granja, ardiendo en la oscuridad. A veces siento la punzada del invierno en los pulmones y me parece ver las llamas reflejadas en el océano, esa agua tan extraña, tan trémula por la luz. Hubo un momento aquella noche en que me volví a mirar. Me volví a mirar el fuego, y si me lamo la piel, aún noto el sabor a sal. A humo.
No siempre ha hecho tanto frío.
Oigo pisadas."
Título: 'Ritos funerarios'
Autora: Hannah Kent
Traductora: Laura Vidal
Editorial: Alba
Colección: Contemporánea
Páginas: 384
Precio: 19,50€
Procedencia: comprado
Ays, otro libro que quiero leer. Y ahora tras leerte, más!
ResponderEliminarBesotes!!!
A mí esta novela me encantó de principio a fin, tanto que en seguida compré Los buenos aunque aún no he podido leerla.
ResponderEliminarUn beso
Pues sin palabras me dejas con esta reseña. Siempre le tuve una mezcla de miedo y respeto a este libro, sé que me dará de lleno así que ando entre la atracción y la huida. Pero acabaré por leerlo. Me recuerda mucho a Del color de la leche, que si no lo has leído, apunta para más adelante.
ResponderEliminarEs tremendo y además los detalles que lo hacen más real.
Besos Dorothy Leyshon.
Segunda reseña que leo sobre este libro. Voy sobre aviso. No me asusta pero te confieso que iría con mucha cautela. La he anotado. Besos
ResponderEliminarFascinante tu reseña, como siempre. Islandia es un tema que me atrae, desde que los protagonistas al Viaje al centro de la tierra suben al Sneffels (lo leí de niño) o después de leer los comentarios de Borges sobre las sagas islandesas. He estado a punto de ir varias veces, pero siempre se ha cruzado algo en mi camino.
ResponderEliminarNo te digo que vaya a leer el libro, porque tengo una lista de espera de unos cuatro metros de altura (es que soy un exagerao) que crece cada día, pero sí que si se me aparece en alguna de mis visitas a mis librerías, lo compro.
Besotes
En su día lo apunté y luego lo he ido dejandop pasar, hasta que hace poco lo he visto en otra reseña muy entusiasta y vuelvo a tenerla fichada. Espero no tardar en leerla. Un besote.
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