Me ha costado leer este libro. Por cuestiones personales que nada tienen que ver con la subyugante novela negra de Camilla Läckberg. De hecho, cuando me atreví con ella, apenas tardé un par de tardes en leerla. Un par de tardes y una madrugada, porque al pasar el ecuador me resultaba imposible abandonar aunque sólo fuera por unas horas ‘El domador de leones’. Me maravilla cómo todas las piezas encajan deparándote algunas sorpresas en esta historia en la que confluyen varios asesinatos. Erica, escritora, investiga un crimen que ocurrió en los años 70 en Fjällbacka: el sangriento asesinato de Vladek, un domador de leones retirado, a manos de su esposa, Laila, en una casa en la que descubrieron cadenas y grilletes que usaban para inmovilizar a su hija Louise. Erica visita a Laila, en un psiquiátrico, para intentar descubrir qué pasó aquella noche y las noches siguientes, tanto con Louise como con el otro hijo de la pareja, Peter. Sin embargo, la novela comienza con otro crimen atroz: el de Victoria, una adolescente desaparecida hace meses y a la que atropella un coche cuando consigue huir de sus captores. Victoria aparece cegada con ácido y con la lengua cortada. Patrick, el marido de Erica, policía, investiga este crimen, que rápidamente relacionan con el de otras adolescentes desaparecidas en el país en los últimos años. Las pequeñas dimensiones de la localidad hacen que este cruel asesinato revolucione a todos los habitantes, en cuyas vidas Läckberg te va metiendo de una manera que te hace sentir prácticamente como si los tuvieras delante. El caso avanza mientras Erica, que continúa con sus visitas a Laila, no puede evitar inmiscuirse en él y mientras la autora nos va dando píldoras de la vida de Vladek y Laila antes del crimen. A partir de la página 200 no hay vuelta atrás. Imposible soltar el libro hasta llegar al escalofriante final.
“La niña no iba corriendo. Caminaba trastabillando, siguiendo una línea irregular, con los brazos muy pegados al cuerpo. El jinete lanzó un grito. Un grito estruendoso que lo hizo comprender que algo fallaba. La niña no respondió, sino que siguió avanzando a trompicones.”
Título: ‘El domador de leones’
Autora: Camilla Läckberg
Editorial: Maeva
Páginas: 400
Precio: 20€
Procedencia: regalo de cumpleaños
Hola. No sé si me suena demasiado a la primera novela de la trilogía de Stieg Larsson. Se ve que los suecos/suecas se han lanzado a su rebufo para vender libros. De Camilla Lakberg leí "la princesa de los hielos" y no me gustó demasiado. Claro que la leí en traducción francesa, completamente relamida y convencional. Por si acaso, me la he comprado en versión inglesa, a ver si la encuentro mejor, dada la común raíz lingüística germánica del sueco y del inglés. Pero en fin, que creo que he hecho un gasto superfluo, contribuyendo, además a hacer de mi biblioteca un desastre cada vez más absoluto.
ResponderEliminarTotal, que no creo que me anime, aunque lo de las lenguas cortadas y esas cosas suena muy morbo.
Un beso
Sorokin, nada que ver con la de Larsson. Yo ésta es la primera que leo de Läckberg y seguro que leo alguna más porque es entretenida y no le he encontrado fallos de trama. Lo del circo y cómo se enlazan el crimen antiguo con los actuales es lo que más me ha gustado. Y sí, algún punto morboso tiene.
ResponderEliminarBesines
Me ha puesto los pelos de punta lo de la chica. De esta autora leí uno hace tiempo y me dio mucha pena, también era difícil de dejar de leer pero había niños de por medio como víctimas. No me quedaron muchas ganas de repetir. Creo que con este que te ha dejado sobrecogida no me voy a poner.
ResponderEliminarBesitos
No he leído nada de la autora, de momento. La verdad es que tiene libros interesantes y este no me importaría nada leerlo. Besos
ResponderEliminarTodavía no he leído nada de esta mujer!
ResponderEliminarBesotes
Yo leí su primera novela, La princesa de hielo creo recordar, y no me dejó mucha huella pero me pareció entretenida. No he seguido con sus novelas porque de momento hay otros géneros que me atraen más que el thriller/novela negra, pero me has puesto los dientes largos.
ResponderEliminar¡Un beso!