Oscuras viñetas para las últimas horas de Pasolini
Hay quien no entiende que tarde más en leer un cómic de 90 páginas que un libro de 700. Es bien sencillo. La imaginación de las palabras es más veloz que la curiosidad de los dibujos. Leo la viñeta y puedo estar cinco minutos escrutando todos y cada uno de sus trazos. Fijándome en los detalles. Buscando lo que lo dicen las letras. Acabada esa primera lectura vuelvo al principio, para leerlo de corrido. Así lo he hecho con 'El caso Pasolini' (gracias, Fer), una historia en la que la dureza y la sordidez traspasan el papel. Saber que fue real hace que, en ocasiones, me pareciera que algunas viñetas, en blanco y negro, estaban pintadas con los colores deslucidos de los recuerdos. El relato de Maconi sobre las últimas horas del artista italiano tensa al lector desde la primera viñeta, en la que un coche solitario en una noche oscura en la playa de Ostia ya adelanta la macabra historia que discurrirá tira tras tira. Un asesinato sin aclarar. Una muerte sin explicaciones. Un terrible final para un hombre que temía que no le comprendieran: "La muerte no consiste en no poder comunicar sino en ser ya para siempre incomprendido".
Hay novelas gráficas que son una verdadera joya. Mucha gente piensa que leer novela gráfica es como leer "El jueves". No soy un gran lector de este tipo de historias, ya que no controlo mucho, pero me gusta darle un vistazo a recomendaciones que creo que vales la pena. Y esta creo que la vale. Muchas gracias.
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