Y de repente me miras
Y de repente me miras. Y el mundo se arruga y corre a esconderse bajo mis pies. Me miras. Y detrás de tus gafas tus ojos no se mueven. Ni un milímetro. Hablas. No escucho. El ruido de mis pensamientos corriendo a la velocidad de la luz de una neurona a otra me convierte en sorda. Te busco un refugio. A la derecha. Un sendero por el que desviarte. A la izquierda. La excusa para desenfocarme y cambiar de plano. Pero no. Sigues ahí. Tus globos oculares encadenados a los míos. Y me rindo. Y te miro con avaricia hasta que te marchas llevándote las palabras que apenas he escuchado. Arrastrando las cadenas rotas que ya no atan ninguna retina.
amor, nunca sabré de que materia está hecho para que nos ancle así, para que interpretemos cualquier movimiento, amor
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