'Camille', empezar por el final


Nunca me gustó empezar nada por el principio. Supongo que eso está detrás de que haya empezado a leer la saga Verhoeven, de Pierre Lemaitre, por la última de sus entregas, 'Camille'. Eso y el azar. O la casualidad. Entré en una librería y se me fueron los ojos y las manos hacia el ejemplar. Estaba rodeado de los otros tres libros de la saga, pero a mí me dio por escoger el último. Capricho, quizás. Pero sobre todo esa manía de no comenzar nunca por el principio. Es algo que arrastro desde niña. Nunca he sabido de dónde viene. Sólo sé que me gusta. Todo lo que empieza por el principio tiene tendencia a ser ordenado, cronográfico, aburrido. Y prefiero el caos. Su exigencia. El caos te obliga a darle la vuelta a las cosas, a pensar, a ordenar, a entender. El caos y el desorden no aceptan que pases por ellos como si nada. Da igual que no encuentres el principio de la madeja, os lo aseguro, las que hemos sido Ariadna entendemos de hilos y de madejas. Puedes cortar el hilo por donde quieras y tendrás tu propio principio. Empezar algo por el final te obliga a destejer para tejer. Y... ¡Ay! De eso las que fuimos o somos Penélope sabemos mucho.

Y a eso obliga a quienes no hemos leído las tres entregas anteriores (ya estoy deseando ponerme con ellas) a leer con calma, con más calma que si ya hubiéramos devorado las otras tres. 'Camille' empieza como empiezan las novelas de Lemaitre, dura, directa al grano, sin preámbulos, y continúa como continúan las novelas de Lemaitre, con una voltereta que te hace parar, recolocarlo todo, y tratar de atar de nuevo todos los cabos sueltos. Es como si la madeja de hilo que te has preocupado en desentrañar te explotara en las manos. Observas los trozos. Los analizas. Y de repente ves que todo encaja, de otra manera, pero encaja. Y es a partir de ese momento cuando ya no puedes soltar a Camille, cuando no puedes dejar de leer. Cuando te mueres por saber qué pasa con Anne Forestier, la novia del policía, esa mujer que no te explicas cómo sigue viva después de la paliza y de los disparos y de la persecución que sufre en las primeras páginas de la novela, cuando, antes de entrar a trabajar, se ve atrapada en el brutal atraco a una joyería. Sufres, físicamente incluso, todos sus golpes. Su pómulo destrozado, sus dientes rotos, su cara hinchada, sus manos destrozadas. Lemaitre (al que descubrí con 'Vestido de novia'), como siempre, no evita la brutalidad. Conciso, directo, con frases cortas, te la cuenta toda. Al detalle. Sus descripciones son casi quirúrgicas. Es una de sus marcas. Algo que me apasiona. Camille se enfrenta a todo y a todos para proteger a Anne, a la que intuye que uno de los atracadores perseguirá. Le ha visto la cara. Y pronto intuye que hay algo más. Quienes hemos leído a Lemaitre en otras ocasiones también lo intuimos. Las cosas, en sus historias, no son tan fáciles, tan planas, tan lineales. Ya sabéis, la madeja.

"Un acontecimiento se considera decisivo cuando desbarata nuestras vidas por completo. Camille Verhoeven había leído esta afirmación unos meses antes, en un artículo sobre 'La aceleración de la historia'. Ese acontecimiento decisivo, sobrecogedor, inesperado, capaz de provocar un cortocircuito en el sistema nervioso, lo podrán distinguir inmediatamente del resto de accidentes vitales porque transmite una energía y una intensidad particulares. En cuanto ocurra, serán conscientes de que sus consecuencias van a ser de proporciones gigantescas, de que lo que ha pasado es irreversible."

Título: 'Camille'
Autor: Pierre Lemaitre
Traductor: Juan Carlos Durán Romero
Editorial: Alfaguara
Páginas: 320
Precio: 18,90€
Procedencia: comprado

Comentarios

  1. Le verdad es que ya no sé cual es cual, porque en español les han cambiado los títulos a todas las novelas de la serie Verhoeven (son cuatro, aunque cuenten que es una trilogía). Las he leído todas. Por lo que cuentas, deduzco que la que se llama en español "Alice" se llama originalmente "Sacrifices" (sacrificios). Puedes leerlas en el orden que quieras, todas te van a poner los pelos de punta, la carne de gallina y el estómago revuelto.
    Besotes

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    1. Sorokin, es precisamente eso (los pelos de punta, la carne de gallina y el estómago revuelto) lo que me fascina y me gusta de Lemaitre. Le tengo muchas ganas a las tres primeras entregas de Verhoeven. Espero mucho de ellas, aunque ya sé cómo acaban algunos de los protagonistas.

      Besines.

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  2. Jejeje me gusta ese aire tuyo de rebelde. Yo también acostumbro a leer revistas y periódicos de atrás hacia delante pero con los libros soy más ordenada. Con el siguiente que leas, si sigues tus principios, nos complementaremos. Yo solo he leído los dos primeros. Tengo ganas de concluir la saga porque me gustaron mucho. Besos

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    1. Marisa, pues aunque te resulte extraño, lo que haces con las revistas y diarios es muy habitual. Cada vez más. La gente empieza por atrás porque es donde suelen estar las entrevistas de cultura y sociedad, las esquelas, cultura y los deportes. No sé por dónde seguiré. Por el próximo que se me plante delante, supongo. Tengo ganas.

      un besote.

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  3. Yo también empiezo sagas por donde cuadra, creo que es nuestro instinto lector que nos dice dónde está lo que nos interesa.
    Me gusta Lemaitre cuando viene más suave como en los tres días. Me gusta que me sacudan y se me salgan las emociones pero con cariño y por eso esta serie ni por el principio ni por el final.
    Ahora te toca bregar con el resto de madejas cual gatito.
    Besos Dorothy Marie

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    1. Norah, pues eso, que benditas las sagas que pueden empezarse por donde a tu instinto lector le rote. Los tres días es una maravilla, a pesar de la crudeza, pero en éste me he reencontrado con el Lemaitre más brutal, ése que no te ahorra nada, el que me fascinó en 'Vestido de novia' y que me ha dejado k.o. con Verhoeven. Bregaré, bregaré. No sé en qué orden, pero me pondré el disfraz de Catwoman y a pelearme con las madejas.

      Besotes.

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  4. Para los libros suelo ser más ordenada que para otras cosas en mi vida y prefiero seguir el orden. He leído los dos primeros, que son brutales. Tengo que continuar esta serie.
    Besotes!!!

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    1. Margari, es que yo soy Miss Caos. Eso sí, los ordenadores, la música y los libros los tengo muy bien ordenados. Yo estoy deseando ya hacer el camino inverso.

      Besines.

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