Su nombre era Harvey Milk


Las dos horas se me pasaron volando. No me acordé ni de que tenía sueño, ni de que estaba cansada, ni siquiera del horroroso día que me esperaba más allá del sueño. Me metí en el cine y durante dos horas mi vida desapareció ante Harvey Milk. O ante Sean Penn, en realidad no sé cuál de los dos fue el mago que redujo mi persona a dos ojos y dos orejas hasta que los títulos de crédito aparecieron en la pantalla. Sean está espectacular como el republicano que luchó por los derechos de los gays (claro, por algo le dieron el Oscar). De hecho, en la primera escena ya me olvidé de que era Sean Penn y sé con toda certeza que hasta la próxima película que protagonice cada vez que vea su cara pensaré en Harvey Milk y no en el actor que hizo que ayer por la noche me llevara las manos a la cabeza al ver cómo en algún momento hubo alguien que pensó (en realidad no sé por qué me extraña, si todavía hoy hay quien piensa así) que los homosexuales no eran personas, ni podían dar clases, ni ser empresarios… Luchó contra eso y le costó la vida. Todavía resuena en mi cabeza la frase más repetida en la película: "Mi nombre es Harvey Milk y estoy aquí para reclutaros".

Comentarios

  1. Fíjate que sólo un biopic sobre su vida nos ha reclutado... ¿como hubiera sido encontrarselo de verdad, cara a cara? Igual me convence y me paso de acera...Al otro lado siempre hay más ganas de vivir y menos tabúes... ji, ji, ji

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  2. tenia ganes de veura-la, ara encara més...

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  3. Pues Toni Roca que estaba en la primera fila, mas o menos, se durmió a los cinco minutos. Sus ronquidos animaron sesión!!!

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