'Sumisión', ¿podría pasar?


Son las siete de la tarde del 17 de agosto. Estaba leyendo una maravilla de Natalia Ginzburg, pero hace rato que tengo la televisión en marcha. La televisión, la radio, twitter... Todo abierto. Ha habido un atentado terrorista en Las Ramblas de Barcelona. Escucho y leo atenta. Pero la información llega con cuentagotas. Y con mucho ruido. No puedo estar quieta. Busco entre la montaña de libros a la espera de reseñar. Ni hecho adrede. 'Sumisión', de Michel Houellebecq, sigue esperando su turno. Dos años lleva ahí. Lo sé por la tarjeta de embarque que utilicé de punto de libro cuando lo comencé: 21 de agosto de 2015, Ibiza-Bilbao. Es uno de esos libros castigados. De esos con los que durante un tiempo tienes que guardar la distancia de seguridad. Por el propio libro. Y por cómo llegó. Ya no quema. Todo pasa. En la pantalla se suceden las imágenes de ambulancias, de zonas acordonadas, de miedo... Números de víctimas aún sin confirmar... Houellebecq. Mientras leía 'Sumisión' no podía dejar de pensar que esa historia no me parecía tan extraña. Tan imposible. Tan surrealista.

Un partido islamista moderado gana las elecciones presidenciales en una imaginaria Francia de 2022. Con el apoyo de los socialistas y de la derecha. Un acuerdo que le permite imponerse al Frente Nacional. Se supone que no iba a cambiar nada. ¡Son moderados! Pero el paisaje del país va cambiando. Los judíos se marchan. Minifaldas y escotes desterrados. Las mujeres desaparecen de los cargos públicos. De la universidad. Ahí, en la universidad, trabaja como profesor el protagonista. Y sí, aunque al principio hay una cierta rebeldía contra las nuevas medidas, al final, se imponen. Y se aceptan. Y ahí está el auténtico quid de la cuestión. 'Sumisión' no hay que leerlo en clave de Islam-Occidente. Hay que leerlo en clave machismo-feminismo. Sí, vale, ahora me diréis que voy a lo fácil, que con la fama que tiene el francés disparo a lo obvio, que no se puede mirar todo en la vida con ese prisma.

Pues lo siento, pero sí, creo que 'Sumisión' hay que leerlo en clave de machismo-feminismo. ¿Por qué? Pues muy sencillo. Porque lo que se ve en el libro es que con un islamista como presidente, las mujeres no cuentan. No importan. No valen más allá de los niños que puedan engendrar, el placer que puedan dar o las tareas domésticas que puedan desempeñar. Y así, poco a poco, van desapareciendo de los círculos de poder. Pueden protestar, pero sin el apoyo de los hombres, que son los que mandan, no llegan a ningún sitio. Y esos hombres, incluso los más beligerantes con la igualdad, descubren rápido que su vida es mucho mejor sin las mujeres haciéndoles sombra. Si se convierten al Islam, cobran más. Si se convierten al Islam, pueden tener todas las mujeres que puedan mantener. Si ellas no pueden ocupar ciertos cargos de poder, estos se los reparten todos entre ellos. El hombre más gris, el menos válido, el que antes no conseguía llegar a nada, ahora tiene todas las facilidades del mundo. Es todo tan cómodo... Que al final todos caen, todos aceptan, todos se hacen un ovillo confortable y calentito. Aunque sea un despropósito. Aunque se vulneren los derechos de las mujeres. Aunque años antes se llenaban la boca con la libertad. Tremendo, sí, pero estoy convencida de que podría pasar.

"Exteriormente, no había nada nuevo en la facultad, aparte de una entrella y una media luna de metal dorado que habían sido añadidas al lado del rótulo de la entrada en el que se leía 'Université Sorbonne Nouvelle-Paris 3': pero,  en el interior de los edificios administrativos, las transformaciones eran más visibles. En la antesala había una fotografía de peregrinos deambulando alrededor de la Kaaba, y los despachos estaban decorados con carteles que representaban versículos del Corán caligrafiados; las secretarias habían cambiado, no reconocí a ninguna de ellas, y todas llevaban velo."

Título: 'Sumisión'
Autor: Michel Houellebecq
Traductor: Joan Riambau
Editorial: Anagrama
Páginas: 288
Precio: 19,90€
Procedencia: regalo

Comentarios

  1. Pues sí, por poder..., podría ser. Tu reseña me ha recordado mucho al libro que tengo ahora entre manos "El cuento de la criada", otra distopia futurista escrita en 1985 y con un argumento de fondo similar. Unos políticos teócratas llegan al poder en EEUU y cambian el mundo, la sociedad regresa al pasado. Las mujeres solo sirven para procrear, en un mundo donde cada vez nacen menos niños. Me está gustando mucho, aunque en momentos te asfixia un poco y lo que tú dices, ¿podría pasar? ¿quién sabe?
    Un beso
    Besos

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    1. Marian, el de Atwood es uno de los libros que tengo pendiente leer. Me apetece mucho. Quizás peque de pesimista, pero realmente creo que podría pasar. Creo que habría quien lucharía, pero la trampa es que habría situaciones que beneficiarían a muchos y se acabaría imponiendo.

      Besos, guapa.

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  2. Más vale que no se les ocurra porque sí, sería posible. Y antes de que dijeras la "palabra" mientras contabas las circunstancias del nuevo orden ya lo estaba pensando: las mujeres salen perdiendo por goleada, como siempre o casi siempre porque luego cuando supuestamente hacen algo para que mejoremos, suelen ser torpezas como ciertas leyes.
    En fin, de este hombre leí Mapa y territorio, me recordó no sé por qué mucho a Auster en su estilo y me gustó mucho, te lo recomiendo si no lo has leído ya.
    Con este que traes no sé si me atreveré porque estos son los que dan miedo de verdad.
    Besos Dorothy Atwood

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    1. Norah, veo que estás conmigo en que podría pasar. No he leído nada más de Houellebecq, la verdad, no sé si tengo cuerpo para ello después de este libro, pero si tú me dices que vale la pena y que te recuerda a Auster, lo dejo todo. Da miedo, sí señora. Mucho más que Poe, mucho más que Lovecraft, mucho más que King.

      Un besote.

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  3. La verdad es que estoy de Houellebecq hasta la coronilla. Desprende pesimismo en cada libro y en cada frase de cada libro. Por lo menos en "el mapa y el territorio" se asesina a sí mismo y eso es de agradecer, pero, vamos, que le he aguantado unos cuantos libros estoicamente desde "las partículas elementales" para acá, pero me he prometido no acercarme a "Sumisión" ni de lejos, Cuando lo veo en un estante de alguna librería, salgo como alma que lleva el Saytán.
    Saludetes

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    1. Sorokin, después de leerlo, no me extraña que huyas de él, aunque también te digo que, a pesar de los pesares, vale la pena leerlo porque te hace ser consciente de que algunas ideas que en principio consideramos peregrinas e imposibles y tremendistas e hiperbólicas no lo son tanto. Apuntado tengo ya 'El mapa y el territorio'.

      Saluditos.

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