Frescas, húmedas, gelatinosas... Como si te comieras el mar de un bocado. Me pierden las ostras. Desde que probé la primera siendo apenas una niña. Nunca me dieron asco. Ni impresión. Jamás. Con la primera ya me enamoré de ellas. Desde entonces, cada vez que puedo degustarlas es casi una fiesta. Y es una pena, porque aquí apenas tengo ocasiones de hacerlo. No hay apenas lugares en los que poder parar una mañana de cualquier sábado de invierno a tomarse unas ostras con una copa de un buen albariño (sí, ya sé que queda más
fashion con champán o cava, pero yo lo prefiero así) bien envuelta en la bufanda al sol perezoso de estos meses. ¡Quién tuviera cerca el madrileño mercado de San Miguel! O el no menos fabuloso Mercat de l'Olivar, en Palma, donde, hace apenas unas semanas me di un capricho. Entre los puestos de pescado, un trocito de paraíso, la ostrería Platinum, donde a veces, incluso, tienen las espectaculares gillardeau. Turistas y residentes aficionados a las ostras se mezclan en los escasos metros de barra del puesto, en el que también tienen la deliciosa ensalada de algas wakame (otra de las cosas casi imposibles de encontrar en la isla en invierno). Se come y se bebe de pie, hablando casi a gritos en el murmullo ensordecedor del mercado, teniendo que dejar paso a los pescaderos que constantemente pasan por el pasillo con sus delantales impermeables y sus carros cargados de pescado, escena que los turistas no dejan de fotografiar olvidando, por unos segundos, las ostras que les esperan en el plato.
A ver Dorothy, no está bien que les robes las ostras a los turistas mientras hacen la foto, ¿qué impresión se van a llevar de nosotros? A mí el sabor a mar me gusta en la piel, pero con los bichos y mariscos no puedo, me supera.
ResponderEliminarAun así, bonita estampa otoñal la que nos dejas.
Besos
Jajajajaja... Norah, seguro que más de uno, después de hacer la foto se ha llevado un susto, pero creo que más porque con tanta gente es fácil confundir el plato que por mala intención. Hay mucha gente a la que no le gusta.
EliminarBesines
Pues yo que las tengo más bien cerquita y no puedo ni ver una ostra delante...
ResponderEliminarQuitando el pulpo, creo que el mar en cuanto a gastronomía me atrae más bien poco, soy más terrestre :P
Estoy con Norah, ese cuadro que nos retratas ya nos adentra un poco más bien en el frío.
Un besote!
Rober, hay mucha gente como tú. A mí es que me encanta todo lo que venga del mar, me gusta pasearme por los puestos del mercado y llevarme algo fresco. Donde esté una buena rotja (que así llamamos aquí al cabracho) que se quiten todos los pollos, corderos y cerdos del mundo.
EliminarUn besazo
Yo con cava, con cava :-) Uf, me pasa algo rarísimo: antes no me gustaba nada el marisco, ni tampoco el pescado. Pero desde que vivo en Viena, donde el buen pescado escasea, por no decir que no existe, tengo unas ganas terribles de pescado y marisco: ese fresquito que se deshace en el paladar.
ResponderEliminarDisfruta!
Petonsssss
Dona, es lo que tiene no poder tener algo, que entonces nos apetece mucho. A mí siempre me ha gustado el pescado, bueno, menos la merluza, que no la soporto y no me ha gustado nunca, y el marisco. Por suerte aquí lo tengo cerquita, buenísimo y recién sacado del mar.
EliminarPetonassos
Bea, yo a veces también compro y, aunque ya le he pillado el truco a lo de abrirlas, no es lo mismo que cuando te las sirven ya abiertas, bien colocadas, con su limoncito a un lado y la copa bien fría.
ResponderEliminarBesos
¿Has dicho ostras? Me chiflan. Siempre celebro estos nuevos mercados, qué delicia.
ResponderEliminarSaludos
He dicho ostras, Claudia. A mí también me chiflan, la pena es que el mercado me queda muy lejos...
EliminarAbrazos
A mi me gustan si! pero tampoco es que disloquen, me gusta quizás vivir ese ambiente que describes que el echo de comerlas.
ResponderEliminarUn beso :)
Nieves, hay mucha gente a la que las ostras no le dicen nada, pero, te gusten o no, ese ambientillo es lo mejor.
EliminarBesines
¿Puedes creer que aún no las he probado? Y eso que aquí en Madrid, en el Mercado de San Miguel, es fácil tomarlas. Algún día, supongo, las probaré. Abrazo!
ResponderEliminarZamarat, pues la primera vez es toda una esperiencia. O te encantan, o te dan un asco terrible, así que mejor espera a tener al niño, por si acaso.
EliminarUn abrazote
Yo soy muy de pescado y me gusta todo el marisco. Sé distinguir un pescado fresco del que no lo es aún después de cocinado, pero... no he probado las ostras. No sé, no me han llamado especialmente la atención, será porque en el sur (mi fuente de abastecimiento marino), no abundan.
ResponderEliminarSupongo que es algo que tengo pendiente.
El mercado de San Miguel me encanta. Ese ambientillo es genial, aunque en el de la boquería, hay un lugar donde te hacen un marisco y unas chirlas a la plancha im-presionantes. Y te puedes sentar ;)
Un beso.
M., no me digas que también eres de los que devuelve el 'pescado fresco' en los restaurantes a la mínima sospecha... En Barcelona yo las tomo a veces en la calle Sant Ferran, en un barecito que hace esquina pasados todos los pubs irlandeses. La Boqueria es una maravilla, me gusta mucho esa mezcla de gente comprando y turistas haciendo fotos de todo, es muy curioso, pero nunca he comido ahí, sólo algunos batidos o bandejas de fruta ya cortada para continuar el paseo. La próxima vez lo tendré en cuenta.
EliminarUn beso
Soc un depredadror d'ostres i tot i que entenc l'encant de trobar-les obertes i ja ben presentades, no em fa massa mandra fer l'opració d'obrir-les.
ResponderEliminarEl gel picat i la llimona els poso igual que si fos un servei extern. Per mi les presentacions són importants.
Una abraçada..!!
Ricard, a mi tampoc és que em faci molta mandra obrir-les, de fet, és el que he de fer aquí, on no hi ha cap lloc de carrer on te les serveixin, el que m'agrada és poder-te-les menjar a mercats és l'ambient. I sí, quan m'hi poso, no falten gel ni llimona, que si no, no és el mateix.
EliminarUna braçada
Un capricho que de vez en cuando es un placer, a mi tampoco me dan asco, te lo aseguro, y no en mi ciudad pero lo más cercano que tengo en puestos callejeros en la piedra en Vigo, una delicia!!!
ResponderEliminarSonia, pues si las tienes a un viajecito en cochem, ¡aprovecha! Que yo tengo que coger avión o barco para que me las sirvan...
EliminarUn abrazo
Pues no he probado la ostra, pero sí el albariño... ¡Qué bueno está! Lo prefiero también al cava, sí que sí...
ResponderEliminarBesotes!!!
Margari, yo depende de para qué prefiero uno u otro, pero con las ostras prefiero algo sin burbujitas.
EliminarBesines
Q buenas! Yo también las he comido desde que era muy muy pequeña y en cantidades industriales, pero hace cosa de un año les cogí una alergia tremenda. Fíjate si me gustan que lo he intentado tres veces a ver si se me pasaba (unos vómitos y una indigestión terribles) pero nada, así que he tenido que renunciar a ellas para siempre, una pena. Disfruta de ese pedazo de manjar, y si, a mí también me gustaban más con vino blanco. Un besazo
ResponderEliminarCarol, no eres la primera que me dice que le pasa eso. Por eso voy con cuidado y las como muy muy de vez en cuando, para, si tengo que desarrollar una intolerancia o una alergia, que al menos llegue lo más tarde posible. Lo siento muchísimo.
EliminarUn besote
El Mercat de l'Olivar si que lo conozco y me cae cerquita, jeje, y empieza a parecerse un poquito al Mercado de San Miguel. Creo que no he probado nunca las ostras y eso que me encanta el marisco y el albariño, pero no termino de decidirme a probarlas. ¿Te mando algunas por Correos? ;)
ResponderEliminarBesotes
Margaramon, no sabes cómo te envidio por tener esa maravilla cerca. Me guista el puesto de las ostras y las algas, pero es que los puestos de frutas y verduras, con todo tan bien colocado, son mi perdición. Si no hubiera límite de equipaje en los aviones me lo traería todo.
Eliminar¿Correos? A los precios que cobran los paquetes Creo que me sale más barato pagar el avión y comérmelas allí...
petonets
También me gustan, también y con albariño ¡sí, señora! mira que está bueno y entra bien. ¡ay, hace mucho tiempo de estos placeres! La próxima vez una de ellas y un traguito a mi salud ¿vale?
ResponderEliminarBesitos
Ely, la próxima vez brindo por ti, no te preocupes. En realidad, si hay un vino que me pone de buen humor, supongo que por el ambiente en el que suelo beberlo, es el txacolí.
EliminarUn besín