Los diecisés árboles del Somme


Los dieciséis árboles del Somme, Lars Mytting (Alfaguara) | @martatorresmol

Si aún no habéis leído esta maravilla que es 'Los dieciséis árboles del Somme', de Lars Mytting, aprovechad ahora. Ahora que aún hace frío, que los días se desvanecen pronto, que la luz es perezosa, que las chimeneas sonríen, que las mantas abrazan. Aprovechad ahora porque esta historia, de la que cuesta despegarse, es de las que se disfrutan más en invierno, acurrucada en la esquinita del sofá y con un té caliente esperando en una mesa que, página a página, lamentas que no sea de abedul flameado, esa preciosidad de madera de la que tanto se habla en el libro. Y de la que te has enamorado al buscar imágenes en Google después de que Edvard, el protagonista, hable de ella por primera vez en el libro. Porque esa madera, omnipresente, que se obtiene hiriendo a los abedules, es una protagonista más de la novela.

Está en los muebles. Y en los ataúdes. Porque aquí los ataúdes son clave. El del abuelo de Edvard, Sverre, el hombre que le crió tras la muerte de sus padres en un misterioso accidente. El de Einar, su hermano, de quien no se habla, a quien no se nombra. Una vida y un secreto familiar, el de unos abedules flameados en el bosque del Somme, que, tras la muerte de su abuelo, Edvard pretende descubrir. Poco a poco, así como seguimos a Edvard en su viaje a sus orígenes, a una isla, a lo inhóspito, a una mujer, a una cabaña, al mar embravecido... Vemos que esas heridas de los abedules son una metáfora de sus propias cicatrices. Esas que no se ven. Esa muerte traumática de sus padres, esos cuatro días que, siendo un bebé, estuvo desaparecido, la profunda soledad que siente tras la muerte de su abuelo, el desconcierto... Así como avanzan las páginas crece la necesidad de abrazar a Edvard, de decirle que todo saldrá bien, que la posibilidad de los viejos secretos de hacer daño es más limitada de lo que creemos, que no se obsesione... Pero al mismo tiempo lo que quieres es que siga, aunque para ello tenga que jugarse la vida y destrozarse el alma, para saberlo absolutamente todo de esa familia que ya no tiene, aunque eso, y lo sabemos todos, él y tú, signifique que la plácida vida en su granja de Noruega, la vida que ha tenido siempre, no sea nunca más tan plácida.

Y entonces, metidos ya de lleno en la investigación. Lejos de la granja, de Noruega, de la novia perfecta... En esa isla fría y húmeda, en la vieja cabaña de Einar, con esa mujer alocada que parece tener muy claro siempre cuál es el siguiente paso, acechando ya el misterio de esos 16 árboles... Es entonces cuando no puedes parar de leer. Y de cruzar los dedos. Para que ese secreto no le destroce más de la cuenta.

"Mi madre era para mí un olor. Era un calor, una pierna a la que me aferraba, un soplo de algo azulado, un vestido que creía recordar que usaba. Me decía a mí mismo que mi madre me había lanzado a la vida con un arco y, cuando moldeaba mis recuerdos sobre ella, no estaba seguro de si eran correctos ni verdaderos, sencillamente la recreaba tal como creía que un hijo debe recordar a su madre.
Era en ella en quien pensaba cuando ponía a prueba mi añoranza, rara vez en mi padre. en ocasiones me preguntaba si él habría sido como los demás padres del pueblo, esos hombres a los que veía con uniformes de la reserva o con zapatillas de deporte en los enfrentamientos de fútbol para adultos, tipos que madrugaban los fines de semana para participar en las jornadas de trabajo colectivo de la Asociación de Caza y Pesca de Saksum."

Título: 'Los dieciséis árboles del Somme'
Autor: Lars Mytting
Traductora: Cristina Gómez Baggethun
Editorial: Alfaguara
Páginas: 472
Precio: 20,90€
Procedencia: Préstamo Marian

Comentarios

  1. He verificado que en la librería de mi barrio, "À livre ouvert" lo tienen. En francés, por supuesto, pero puede que lo tengan también en traducción inglesa. Las traducciones al francés de idiomas nórdicos me repatean bastante (intenté leer uno de los libros de "Milenium" en francés y se me cayó de las manos). Pasaré esta tarde, tengo grandes ansias de leer el libro. Por cierto, no encuentro el tuyo ni en la FNAC ni en Amazon y lo sigo buscando.
    Besotes

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  2. Aquí es que lo que se dice frío, no lo ha hecho en todo el año... Pero el libro me lo llevo, que estas lecturas se disfrutan en cualquier época del año.
    Besotes!!!

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  3. He visto alguna que otra opinión de este libro. Me lo llevo anotado porque suena muy bien. Un beso guapa. Espero que por las islas esté la cosa mejor.

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