A estas alturas de la película pocas personas desconocerán el éxito de 'El abuelo que saltó por la ventana y se largó', la primera novela del periodista sueco Jonas Jonasson. Había visto el libro en la mesa de novedades de la librería, pero no me decidí a comprarlo hasta que vi la
entrevista al autor en 'Página2'. He leído 'El abuelo...', que llegó en Sant Jordi, en apenas un par de tardes. Y aún me estoy riendo de las aventuras de su protagonista, Allan Karlsson, que el día en que cumple cien años decide escaparse de la residencia en la que vive descolgándose por la ventana, con su traje de las fiestas y unas alpargatas, y sin ningún destino. El inicio sorprende. La mente (por lógica, cerebral) del lector no consigue entender cómo todo un centenario aparentemente en su sano juicio toma esa decisión. Menos aún cuando el anciano llega a la estación de autobuses y, animado por la casualidad, roba la maleta a un joven pandillero. Todo esto se va comprendiendo así como avanza la novela, en la que se alternan capítulos cortos que explican la huida de Karlsson y otros, más largos, en los que se desgrana la apasionante vida del anciano, quien ha tenido un papel fundamental en muchos de los grandes episodios de la historia mundial: casi hace volar a Franco por los aires durante la Guerra Civil, hace algo más que servir los cafés durante la invención de la bomba atómica, sobrevive a sus rocambolescas relaciones con Stalin y Kim Jong-il, se relaciona con la mujer de Mao... Uno de los puntos fuertes de la novela son, sin duda, los personajes secundarios: una pelirroja malhablada que tiene como mascota a un elefante escapado de un circo, un ex ladrón, un hombre que casi acabó decenas de carreras y que tiene un puesto de perritos calientes, un comisario que desea que los supuestos malos sean inocentes, un fiscal papanatas, un traficante gafe... Son maravillosos, excéntricos, están bien trazados, tienen maneras de hablar diferenciadas y destilan ternura y pasión. Se nota que Jonasson los ha mimado mucho. Aunque es inevitable reírse a carcajadas con esta novela, 'El abuelo que saltó por la ventana y se largó' es mucho más que una comedia. Está muy pero que muy bien escrita, se lee en apenas un par de tardes y acerca al lector a la historia mundial del siglo XX. Ya estoy deseando que Jonasson, que dedica el libro a su propio abuelo, un hombre que consideraba que aquellos que "sólo saben contar la verdad no merecen ser escuchados", publique una segunda novela.
"Es verdad que habría podido decidirse antes y de paso haber tenido la deferencia de comunicar su decisión a los interesados, pero Allan Karlsson nunca había dedicado tiempo a pensar las cosas antes de hacerlas.
Por tanto, en cuanto la idea le vino a la cabeza, abrió la ventana de su habitación en el primer piso de la residencia de ancianos de Malmköping, provincia de Södermanland, y bajó por el emparrado hasta el arriate del jardín.
La maniobra le resultó complicada, algo comprensible dado que ese mismo día Allan cumplía cien años. En menos de una hora se celebraría su fiesta de cumpleaños en el salón de la residencia. El mismísimo alcalde haría acto de presencia. Y la prensa local. Y el resto de los ancianos. Y el personal al completo, con la furibunda enfermera Alice a la cabeza, por supuesto.
Sólo el homenajeado no tenía la intención de presentarse."
Título: 'El abuelo que saltó por la ventana y se largó'
Editorial: Salamandra
Páginas: 413
Precio: 19€