70 años entre tintes y permanentes

En su primer día de trabajo, Carmen Serra, que entonces tenía sólo diez años, necesitaba subirse a un cajoncito para llegar al lavacabezas. Aquel día descubrió que la peluquería era su vida. Carmen cumplirá 80 años el próximo mes de junio y sigue abriendo su pequeña peluquería, en el primer piso de un edificio del barrio de pescadores, todos los días. No quiere jubilarse. Tampoco sus clientas quieren que lo haga. Su establecimiento es algo más que el lugar al que van a peinarse. Es un espacio en el que ríen, se cuentan sus cosas, se escuchan, se sienten atendidas, bromean, comentan sus achaques, comen sobrassada y hasta juegan a las cartas. A las ocho y media de la mañana (las ocho los sábados) Carmen espera, bata puesta y entufa encendida, a sus clientas. Como lleva haciendo 70 años. Si queréis saber más de la vida de esta vivaracha mujer, sólo tenéis que pinchar aquí.

Comentarios

  1. Una permanente permanente, tan necesaria para dar identidad a un lugar. Verdader@s profesionales que morirán en lo que han nacido, en lo que han vivido. Una historia mínima con máximo aprovechamiento reflexivo.

    Enhorabuena por el buen artículo-entrevista.

    Un beso y espero que me veas el pelo por muchos años en, este, tu negocio.

    ResponderEliminar
  2. Me encanta, Dorothy. Es un artículo magnifico, humano y de una persona real. Se hace tan raro encontrar alguien que lleve tanto años en el mismo trabajo que merece la pena contarlo. Yo no voy casi a la pelu, para cortar y me cuesta encontrar un sitio que me escuchen sin imponerme, seguro que me entendería con Carmen.
    Gracias por presentarmela.

    Besitos

    ResponderEliminar
  3. David, gracias. Y ya sabes, si algún día quieres ponerte el pelo a lo afro, Carmen es una crack con las permanentes extremas. La verdad es que conocer a mujeres como ellas es de lo mejorcito del trabajo. Me admira que se atreviera a viajar a pesar de lo que decía su familia, que se sacara el carnet de coche y se comprara uno a pesar de lo que decían de ella las malas lenguas, que se casara de blanco aunque tenía ya 43 años y todo el mundo le decía que buscara un traje chaqueta oscuro... Una valiente anónima como las miles y miles que tenemos cerca y que nos pasan desapercibidas.

    Un beso permanente

    ResponderEliminar
  4. Elysa, muchas gracias. Es verdad que se hace raro algo así ahora que todos los negocios abren y cierran en apenas unos meses. Yo voy a la peluquería una vez cada mes y medio para cortarme las puntas y el flequillo. Podría hacerlo yo misma en casa, pero ¡disfruto tanto de esa hora! Me encanta que Patricia y Silvia (mis peluqueras desde hace años) me mimen, me pongan un café mientras cotilleamos, me masajeen la cabeza al lavarme el pelo, escuchar a otras mujeres contando sus cosas... Es genial. Eso mismo le pasa a mi abuela con Carmen. Está esperando que llegue el sábado para ir a verla.
    Seguro que os entenderíais bien porque las dos sois estupendas.

    Un besazo

    ResponderEliminar
  5. Mis felicitaciones a tan grande mujer, seguro que no le dan ningún goya, pero se lo merece, en el apartado ... como se llame el apartado de estética y peluqueria o maquillaje y producción o ... eso... que hay muchas personas que merecen premios y no es posible por no haber competido en su vida nada más que en hacer su trabajo lo mejor posible hacia los demás... Bss

    ResponderEliminar
  6. Hola Dorothy, encantado de haber encontrado tu blog.

    Creo que lo leeré a menudo.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  7. MariCari, es verdad, no le darán nunca un Goya ni siquiera la medalla de oro de la ciudad. ¡Ni falta que le hace! Créeme, lo que más feliz le hace es que sus clientas, de vez en cuando, le lleven una tortilla, unas flores, unas revistas...

    Un besazo

    ResponderEliminar
  8. Sergio, encantada de que pases por aquí, espero que tu mensaje no sea uno de esos copiado, pegado y enviado a diestro y siniestro a millones de blogs. Sea como sea ¡Bienvenido!

    ResponderEliminar
  9. El periodismo hace tiempo que perdió ese tinte de contar historias interesantes para ser únicamente transmisor de las élites poderosas. Quizá me afecte más una reforma laboral, pero la historia de esta mujer me llega mucho más. Felicidades.

    ResponderEliminar
  10. Como Carmen hay multitud de personas que por exceso de energía, necesidad o ambas cosas ni sueñan con jubilarse. ¿Qué harían quietas?

    ResponderEliminar
  11. Goyo, muchas gracias. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Es necesario informar de las cosas, ir a las ruedas de prensa, transmitir lo que piensan los políticos... Pero a mí me gustala vieja escuela, la de contar las historias que encuentras por la calle, las de la gente corriente, pasar poco tiempo en ruedas de prensa y estar en la redacción el menor posible, sólo lo justo y necesario para escribir.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  12. Jajaja, no voy a decirte que no lo he hecho nunca, no a millones de blogs, pero......
    Puedes echar un vistazo a mi blog, tengo una lista de los blogs que sigo, al final te tienes que centrar en eso, en disfrutar de los blogs de otros, y no centrarte en querer que todo el mundo lea el tuyo.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  13. Sergio, ¿qué haría quieta? Pues estoy convencida de que si Carmen un día deja la peluquería se condumirá como una velita.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  14. Sergio, lo siento por la bordería, pero es que me dan mucho coraje esos comentarios. Es verdad, yo me lo paso mejor con los blogs de los demás que con el mío. Ahora me paso a verte.
    Un beso

    ResponderEliminar
  15. Un placer leer historias cómo ésta, siempre y si cabe más en los tiempos que corren que no creo que escaseen más pero sí quién se pare a contarlas. Gracias!!

    ResponderEliminar
  16. que interesante historia, un ejemplo de perseverancia.

    ResponderEliminar
  17. Me ha encantado el artículo, después de leer tu entrada no he podido resistirme y he ido a buscarlo. Las mujeres como Carmen me producen una gran ternura y muchísima admiración. Gracias por traérnoslo.
    Un abrazo
    Antonia

    ResponderEliminar
  18. Sonia, debe haber muchísimas cármenes por el mundo. ¡Y les hacemos tan poquito caso! Me alegro de que te haya gustado.

    Un beso

    ResponderEliminar
  19. David C. Un ejemplo de perseverancia, constancia y decisión.

    ResponderEliminar
  20. Antonia, muchísimas gracias. A mí me encantan estas mujeres, por eso siempre intento buscarlas y contar sus historias. Cuando me cruzo con la señoras mayores en el mercado siempre me pregunto qué vidas habrán tenido, qué malo y qué bueno, contra qué habrán tenido que luchar y los sueños que se les habrán quedado por el camino simplemente porque eran mujeres. Si te ha gustado ésta y tienes un ratín léete 'Los 108 años de una modista', está en el historial en enero de 2011, es la historia de una mujer que se llama como tú, Antònia, y es impresionante.

    un beso

    ResponderEliminar
  21. Qué personaje tan entrañable, Dorothy, qué maravilla.
    Saludos

    ResponderEliminar
  22. que mujer tan entrañable ¿verdad?... estoy convencida que existe una generación de abuelitas de "raza especial", de otra manera andaría el mundo si se las tomara a ellas como ejemplo de vida...

    me ha encantado Dorothy

    un besito

    ResponderEliminar
  23. Entrañable mujer y estupendo artículo. Tanto tiempo realizando el mismo trabajo y sigue con ilusión...
    Gracias por presentarnos a Carmen, Dorothy!
    Besos,

    ResponderEliminar
  24. Claudia, es fabulosa. Es una mujer divertida, bromista, con sentido del humor, que ha sabido continuar viviendo con alegría a pesar del golpe que supuso perder a su marido y que se divierte los sábados por la noche con sus amigas.

    Un beso

    ResponderEliminar
  25. Carmen, gracias, tu tocaya es fantástica.

    Besos

    ResponderEliminar
  26. Maria, opino lo mismo que tú sobre estas abuelitas de raza especial. Muchas gracias.

    Un besote

    ResponderEliminar
  27. Me encantan estos artículos donde descubres a personas especiales que, de otro modo sería imposible saber de su existencia.

    ResponderEliminar
  28. Noe, gracias, es verdad que son mujeres con las que te cruzas todos los días y a las que no haces mucho caso hasta que un día te paras un momento y descubres todo lo que hay detrás.

    Un beso

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Comenta, habla, opina, grita, chilla, susurra...

Entradas populares