Curiosidad animal

Marta Torres/Diario de Ibiza (prohibido reproducir sin permiso)
Jordi Chías Pujol
Jürgen Ross
www.brianskerry.com
Bence Maté
Thomas P. Peschak
Marcelo Krause







                                                                                                                            Los niños están emocionados. Unos corren de una foto a otra, buscando nuevas aventuras, animales y paisajes. Otros comentan a los compañeros, apenas sin respirar, lo que acaban de descubrir. Algunos, los menos, observan durante largos minutos cada imagen. En solitario. Ajenos al revuelo de la sala leen las pequeñas historias que cuelgan junto a cada fotografía. Una y otra vez. Como si temieran que al salir de esta singular clase de 'Conocimiento del medio' se fueran a olvidar de las emocionantes anécdotas de los fotógrafos que captaron las impresionantes imágenes que tienen ante sus ojos. La cerca de una hora que pasan en la exposición 'Fotógrafos de la Naturaleza 2011' (muestra itinerante de una selección de las imágenes presentadas al prestigioso concurso organizado por el Natiral History Museum y la BBC Wildlife que presenta la Obra Social de la caja Sa Nostra) se les queda corta. Sentados en el larguísimo escalón de la sala, comparten impresiones. Ninguno se atreverá a comer sopa de aleta de tiburón en un restaurante chino después de ver cómo uno de estos animales "llora sangre" mientras se la cortan. Tampoco osarán tirar nada al mar después de ver a una tortuga boba, que todos han sentido que les miraba a los ojos, atrapada en unas redes. Han descubierto que las hormigas comiéndose una hoja pueden ser el mejor teatro de sombras, que los leones pueden ser pacientes padres, que un pacífico búho se puede deshacer sin inmutarse de un cuervo pescador que intenta fastidiarle, que las gaviotas roban el pescado de las bocas de los frailecillos, que nada puede frenar el instinto migratorio de los centollos australianos, que una tortuga y un aligator americano pueden compartir el único tronco al sol en los humedales o que los monos pueden apreciar la belleza de una puesta de sol. Ellos se quedan con las historias de los animales, que comentan y repiten mientras salen de la sala. Yo, más allá de las fabulosas imágenes, me quedo con la pasión, la paciencia y la valentía de los fotógrafos. Los que pasaron horas esperando el momento y la luz perfecta. El que disparó su cámara mientras una leona hambrienta le miraba a través de un agujero en la piel de su presa. El que tuvo que salir de la profundidad del Amazonas cuando un yacaré empezó a morderle el objetivo. El que aguantó hasta el último momento tumbado en la arena antes de que una tortuga gigante le aplastara...

Comentarios

  1. Las fotos son espectaculares!!!

    Y los niños siempre tienen una perspectiva distinta y peculiar, una perspectiva tan original como las mismas fotos.

    Besitos :)

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  2. Me encanta la fotografía pero no me ha llamado dios por ese camino. Creo que me va a salir una de las buenas y me sale mediocre tirando a malilla pero...
    ¡qué se le va a hacer!
    Besines,

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  3. que fotos mas impactantes no me extraña que los niños no quisieran salir de la exposición. Como me ha impresionado la del tiburón, que pena....
    Un abrazo

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  4. Esas fotos son impresionantes, pero tú lo has descrito muy bien, más aún es el trabajo de estos profesionales para traernos estas historias ante nuestros ojos.
    Gracias, Dorothy

    Besitos

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  5. Nieves, las fotos son increíbles. por suerte tengo el catálogo para verlas todas cuando quiera. Y sí, me encanta cubrir eventos con niños, sobre todo cuando se lo toman en serio, es muy estimulante ver cómo reflexionan sus cabecitas. Suelen tomar caminos que a los adultos no se nos ocurren.

    Besines

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  6. Carmen, a mí también me encanta. Me ha gustado siempre, pero desde que la descubrí de verdad en la facultad, mucho más. Lo de positivar y revelar, ver cómo van apareciendo las imágenes en el papel en blanco dentro de las cubetas es casi magia. Seguro que las fotos no te salen tan mal como dices.

    Un besazo

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  7. Zamarat, son espectaculares. Y aún te lio parecen más cuando lees las historias de cada una de ellas.

    Besotes

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  8. Bichillo, la del tiburón es tremenda. El fotógrafo no se dio cuenta de lo de la lágrima de sangre hasta después de hacerla. Hay otras también muy bestias: un elefante agonizando en India, un oso al que le están sacando la bilis en Indonesia, un mercado animal de Yakarta... Muy triste.

    Besos

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  9. Elysa, gracias. Espero que algún banco (hay varios que tienen la exposición) te la acerque a casa y puedas verla al completo.

    Un besín

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  10. Vaya mezcla de salvajes. Nos fascina el mundo animal, y los niños son lo más parecido a ese estado natural dentro del ser humano. La mezcla da esos resultados tan interesantes que nos cuentas.

    Los animales no suelen salir de los instintos, los niños siempre llenan sus instintos de fantasía. Maravillosas criaturas ambos.

    Un beso natural... y salvaje!

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  11. Tienes razón, a veces no sólo consiste en disfrutar de una imagen, es pararse a pensar en cómo ha sido hecha, en qué circunstancias, el tiempo que se ha empleado... hay muchas en que también se puede adivinar la personalidad del autor...

    impresionantes Dorothy... y las caritas de los niños un poema!!!!

    un besito

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  12. David, "los niños siempre llenan sus instintos de fantasía". Qué frase más bonita. Es verdad que a la mayoría de los niños les fascinan los animales salvajes. Igual no les gustan los perros, pero se pirran por los leones.

    Un lametón en la mejilla.

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  13. Maria, supongo que lo de pensar en cómo se hicieron es deformación profesional. Y sí, después de más de una década trabajando con fotógrafos te aseguro que se les puede conocer a través de sus fotos. Curiosamente, los más introvertidos no suelen capturar primeros planos, algo que sólo hacen los empáticos, los que de verdad se interesan por las historias de la gente. Los soñadores son geniales con los paisajes, a los confiados se les dan bien las estampas surrealistas... Créeme, hay todo un mundo detrás de cada foto.

    A mí también me gustan mucho las caritas que tienen.

    Un besazo

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  14. Hola! vengo del blog de Elysa, soy el "dibujante" quería agradecer tu comentario en su blog.

    Un abrazo!

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  15. Ah!! maravillosa naturaleza y maravillos inventos del hombre... así podemos ver más que en 1000 vidas vividas... Bss

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  16. Qué bien lo has descrito... Qué magníficamente has "retratado" con tus descripciones la dificultad intrínseca y el sentido de cada una de ellas... el impacto que nos causan a propios y extraños. Impresionantes... Una vez más, cuando veo fotografías así, pienso que una imagen es un universo entero de palabras escrito sin letras... ¿o quizás sea la palabra un mundo de imágenes condensadas en caracteres?

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  17. Excelentes fotos y un texto que acompaña. Te felicito, me ha gustado mucho.

    Saludos y buen comienzo de año :)

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  18. Jualu, bienvenido. La verdad es que soy una apasionada de la ilustración (supongo que por eso de no poder pasar de 'un seis y un cuatro y ahí tienes tu retrato') y me encantó. En cuanto pueda me paso un ratito por tu blog.

    Un abrazo

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  19. MariCari, es verdad que podemos ver más cosas, pero también es verdad que al verlas te entran más ganas de verlas en directo y te das cuenta de todo lo que te vas a perder...

    Un besín

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  20. Ramón, gracias. ¿Las imágenes? ¿Las palabras? Las imágenes pueden decir muchísimo, pero siempre pueden dejar los detalles más importantes fuera del encuadre. Las palabras, a veces, no son suficiente, pero en otras basta un monosílabo para decir más que muchísimas imágenes. Imposible escoger, ¿verdad?

    Un beso

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  21. Ana Laura, muchas gracias. Espero que tú también tengas un buen año.

    Un abrazo

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  22. Nadie quedaría indiferente ante estas fotografías tan impactantes, y mucho menos los niños.
    ¡Mira que se temible un tiburón!, pero... ver como llora sangre... para eso... no se puede ser más cruel.

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  23. Rubén, bienvenido. Es verdad que, tal y como dices, es imposible no quedar impactado ante algunas de las fotografías aunque, para mi gusto, eran un pelín pequeñas en la exposición.

    Un abrazo

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