¿Dónde van los patos del lago de Central Park cuando el agua está helada?

Lo mío con este libro era gafe. En varias ocasiones no pude pasar de la página 50 porque desapareció (lo perdí, lo olvidé, lo arrancaron de mi biblioteca...), así que una, que presta mucha atención a las señales, decidió esperar a que el libro de Salinger volviera por su cuenta. Y ese regreso se produjo este mismo año, el 23 de abril, a través de David, que tuvo el detalle de regalarnos un libro a sus seguidores. Y ahí estaba, de nuevo, por tercera o cuarta vez, 'El guardián entre el centeno'. Y sí. Era su momento. No volvió a escaparse. La historia del ansioso adolescente Holden Caulfield apenas me duró tres noches entre las manos. Había leído y oído tanto sobre esta obra que la cogí con miedo, temiendo que me decepcionara, pero todas las ideas previas no han conseguido minimizar el impacto que, por otra parte, estoy convencida de que hubiera sido mucho mayor si lo hubiera leído durante la adolescencia. Holden, un joven ansioso y desorientado que no acaba de encajar en ningún lado (ni en los diferentes colegios de los que lo han expulsado ni en su propia familia), tiene todos los ingredientes para que cualquier adolescente se sienta identificado con él. Holden es todo en 'El guardián entre el centeno'. Él es el protagonista. Él es quien cuenta la historia. Él es el único punto de vista. Holden vampiriza las páginas, por las que desfilan más de 30 personajes, sombras apenas en la huida del adolescente. Expulsado del internado Pencey, decide disfrutar de un fin de semana de libertad y fiesta en Nueva York. Las salidas y encuentros, sin embargo, no esconden la profunda soledad que rodea al adolescente, que necesita pasar unos minutos por su casa, aprovechando que sus padres no están, para hablar con alguien, aunque sea Phoebe, su preciosa y listísima hermana pequeña. En esa soledad aparentemente ignorada y pretendidamente escondida, a la vista del lago de Central Park helado, Holden no puede dejar de preguntarse algo a lo que el propio Salinger no halló nunca respuesta: ¿dónde van los patos de Central Park cuando el agua está helada?

"Si realmente les interesa lo que voy a contarles, probablemente lo primero que querrán saber es dónde nací, y lo asquerosa que fue mi infancia, y qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y todas esas gilipolleces estilo David Copperfield, pero si quieren saber la verdad no tengo ganas de hablar de eso. Primero porque me aburre y, segundo, porque a mis padres les darían dos ataques por cabeza si les dijera algo personal acerca de ellos."

Título: 'El guardián entre el centeno'
Autor: J. D. Salinger
Editorial: Alianza
Páginas: 266
Precio: 6,95€

Comentarios

  1. Lo leí en la facultad pero tengo ganas de retomarlo. Tengo en caatellano tu misma edición; este año vuelve caerá la relectura...
    Besazos y feliz 2012, Dorothy!!

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  2. Hace tiempo que la leí, y la segunda vez, me impactó aún más. Creo que siempre será leído, cuenta algo que todos de alguna forma sentimos en algún momento.

    Besitos y te deseo una feliz entrada de año.

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  3. Está claro a dónde van los patos cuando se hiela el río... hay multitud de recetas para la comida de Navidad y Año Nuevo, por ejemplo... pato a la naranja!! ja ,ja...
    Y con respecto al libro... no, no lo he leído... pero he oído tanto hablar de él que... quizás diga... ¡Al agua patos! ja, ja ,,,,
    Bss y feliz, feliz 2012... me encanta leerte!!

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  4. Hola rubia con cabellera morena...¿o era al reves?..jejeje. te acabo de conocer..un beso desde Murcia...buen escrito..te veré poco a poco que es dia uno...seguimos...

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  5. Tengo buenas referencias de este libro. Me lo apuntaré. Feliz Año Nuevo.

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  6. Yo también tengo la sensación de que me habría gustado más si lo hubiese leído de adolescente. A mí me decepcionó un poco, la verdad, pero está claro que es todo un clásico que hay que leer.
    Abrazo!

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  7. Ely, creo que es imposible no sentirse un poco Holden sea cuál sea la etapa en la que lo leas. Aparentemente es una novelita sencilla, pero esconde muchísima verdad se consigues ver más allá.

    Un beso. ¡Y feliz año!

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  8. MariCari, eso mismo pensé yo, que los patos acabarían calentitos en los restaurantes, hoteles y casas cercanas de Central Park, pero la aparté corriendo de mi mente. Prefiero imaginármelos en cualquier otro lugar...

    Feliz 2012 para ti también.
    Un beso y gracias.

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  9. Alp, bienvenido. Pues era una rubia renegada teñida de morena. Pero eso era hace un par de años, cuando comencé el blog. Ahora vuelvo a ser yo.

    Gracias por pasar por aquí. Espero que vuelvas.

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  10. Goyo, mejor leerlo en la adolescencia que ahora, pero mejor leerlo ahora que a los 80.
    Feliz año.

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  11. Zamarat, eso nos pasa por no hacer lo que toca cuando toca. A pesar de que estoy convencida de que me hubiera gustado muchísimo más hace doce años, me ha impactado bastante.

    Un besito.
    Y feliz año.

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  12. Lo tengo pendiente desde hace la tira de tiempo ¬¬
    A ver si este año es EL año xDD

    Besotes!

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  13. Shorby, ya decidirá el libro el momento. Para mí era una lectura gafe hasta ahora.

    Un besazo

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  14. Carmen, es verdad, estaban en spam los comentarios. En realidad yo no tengo esta edición. Lo leí tal y como me lo regaló David, en versión pdf, pero esta fue la más económica que encontré para recomendar.
    Espero que lo disfrutes tanto como la primera vez.

    Un besazo y feliz 2012 también para ti.

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  15. Que sí, cariño, que los patos son aves migratorias, no te preocupes, je ,je... Bss

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  16. ¡Cómo no se me había ocurrido! Pero, ¿quieres decir que el instinto migratorio es superior a vivir en Manhattan?

    Un besote

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  17. Feliz 2012 (o lo que queda de él). Me perdí esta entrada. No estaba en casa.

    Gracias por leer mi regalo de Sant Jordi y por citarme. A la gente que regala le encanta que la persona que lo recibe lo publique a los 4 vientos - me lo ha regalado tal. Se quedan más anch@s... (No soy de esos).

    Me acabo de enterar de que ya no eres adolescente. ¿Por fin vuelves a ser niña?

    Un beso de pato del Pisuerga.

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    Respuestas
    1. Feliz 2012 a ti también, David. Siempre leo lo que nos regalas, ya lo sabes, y ¿cómo no te iba a citar si era un regalo tuyo? Sé que no eres de esos y que no lo estás esperando, por eso me gusta más hacerlo.

      Soy a veces niña, a veces adolescente y a veces mujer.

      Un beso de flamenca de los estanques salineros (aquí no tenemos patos)

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