El pasado huele a Moschino y Dior


Este mediodía, en una tienda, una mujer ha pasado a mi lado, olía a L'eau de Moschino. Mi cerebro me ha dejado sola entre mikados, teteras y mantas de sofá. Ha viajado al pasado. A una noche de San Juan en la playa, a tequilas en un balancín de flores, a un adiós que nunca oí. Al llegar a casa he buscado la botella. Estaba segura que todavía guardaba una con apenas unas gotas. Duró lo que duró la botella. Todos han tenido un olor propio. Desde los trece años. Cada ruptura u olvido me ha llevado a la perfumería en busca de otro aroma. Primero fue el chico Don Algodón, ligero y tranquilo. Después el chico Anouk, un poco más contundente, al que siguió el chico LouLou, intenso y dramático. Pasada la adolescencia llegó el hombre Eau d'Eden, clásico y profundo, al que siguieron los hombres Acqua di Gió (fresco y sin problemas), L'eau de Moschino (fugaz), Cheap and Chip (retorcido y complicado), Sicily (apabullante y trágico), Moschino Glamour (volátil), Opium (constante), Miss Dior Chérie (divertido) y Cinéma (…). Ahí me planté. No ha habido hombre Nina, colonia que continúo combinando a días con la anterior. Me sigue gustando el olor y ya no lo asocio a nadie. Hay colonias que no merecen un olvido.

Comentarios

  1. Molt bona entrada! Jo sempre he acavant associant les noies de la meva vida a personatges teatrals. La més contundent va ser lady
    Macbeth.

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